Bahía Blanca | Martes, 30 de abril

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El copiloto Andreas Lubitz fue tratado por tendencias suicidas

La Fiscalía de Düsseldorf reveló este nuevo dato aterrador, mientras siguen las investigaciones para aclarar las causas de la tragedia aérea en la que murieron 150 personas, la mayoría de ellas alemanas y españolas.
Andreas Lubitz y un perfil que tenía puntos de contacto con una decisión que terminó con 150 vidas, incluida la de él.

Andreas Lubitz, el copiloto sospechado de haber estrellado la semana pasada de forma deliberada el avión de Germanwings en los Alpes franceses, recibió hace años, antes de obtener su licencia como piloto, un tratamiento psicoterapéutico por "tendencias suicidas" durante un largo periodo de tiempo.

La Fiscalía de Düsseldorf (oeste de Alemania) reveló ayer este nuevo dato, mientras continúan las investigaciones para aclarar las causas de la tragedia aérea, en la que murieron 150 personas, la mayoría alemanas y españolas.

Tras avanzar el viernes que Lubitz había ocultado una baja médica vigente para el día del siniestro, la Fiscalía reveló en la víspera sus antiguas tendencias suicidas, aunque precisó que en las posteriores consultas médicas que el joven tuvo con prescripciones de baja no se constataron esas inclinaciones y tampoco tendencias agresivas.

La Fiscalía no aclaró por qué dolencia el copiloto había recibido su última baja médica, que los investigadores hallaron rota en pedazos al registrar sus domicilios, ni cuándo recibió el tratamiento psicoterapéutico por sus "tendencias suicidas".

La pasada semana, el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, informó que Lubitz había interrumpido hace seis años su formación como piloto durante meses.

Apuntó, entonces, que no es algo infrecuente en la profesión y no explicó los motivos de ese patrón de Lubitz, aunque destacó que el joven, de 27 años y empleado en su filial de bajo coste Germanwings desde septiembre de 2013, era "cien por cien apto para el vuelo, sin ninguna peculiaridad o limitación".

Según la Fiscalía, la documentación incautada en la vivienda que el copiloto tenía en Düsseldorf y en la casa que compartía con sus padres en la pequeña localidad de Montabaur no indica que Lubitz padeciera una "enfermedad física".

Tampoco se han encontrado indicios que pudieran haber anunciado la tragedia o un mensaje en que asumiera la autoría de la misma.

De hecho, las investigaciones llevadas a cabo en el entorno familiar y personal del copiloto, así como en su lugar de trabajo, no han arrojado "indicios consistentes que ayuden a explicar los posibles motivos" de la actuación de Lubitz.

Los interrogantes continúan, pero la Fiscalía dejó claro que "ni quiere ni debe" entrar en las especulaciones que se suceden en los medios sobre los eventuales trastornos de Lubitz o las razones que le pudieron llevar a estrellar el avión que copilotaba, en ruta entre Barcelona y Düsseldorf.