Murieron dos personas en un accidente aéreo
Un instructor y una joven que realizaban un vuelo de bautismo perdieron la vida ayer, cuando el aeroplano que tripulaban se precipitó y estrelló dentro del predio correspondiente al Aeroclub Punta Alta.
Fuentes oficiales identificaron a uno de los fallecidos como Hugo Guillermo Santos, de 58 años de edad, oriundo de nuestra ciudad.
En tanto, la restante víctima resultó ser Agustina Mallemaci (25), domiciliada en la cabecera del partido de Coronel Rosales.
Mientras que el deceso del instructor se produjo de manera instantánea tras el violento impacto, la chica fue retirada con vida de la aeronave y trasladada inmediatamente en una unidad asistencial, aunque, producto de las graves heridas padecidas, dejó de existir mientras era asistida en el Hospital Naval Puerto Belgrano.
Los voceros señalaron que el trágico siniestro se desencadenó alrededor de las 17.40, en el predio perteneciente a la institución puntaltense, ubicado en el kilómetro 22 de la ruta 229.
El episodio se produjo en el marco de los habituales vuelos de bautismo que allí se realizan durante los fines de semana y feriados, poco después de que el aeroplano tripulado por Santos y Mallemaci comenzara a ser remolcado por una avioneta.
Si bien las autoridades de la entidad se mostraron reticentes a brindar información a la prensa respecto de lo sucedido, trascendió que el accidente se habría desencadenado instantes después del despegue.
Los investigadores manejaban ayer la hipótesis de que en medio de la maniobra se habría desenganchado la soga con la que el aeroplano estaba sujeto a la avioneta que lo remolcaba.
En esas circunstancias, presumiblemente a unos 60 metros de altura, el piloto habría intentado realizar un viraje en el aire, aunque sus esfuerzos resultaron vanos y el aparato se vino a pique, estrellándose a un kilómetro de la pista principal, detrás de una plantación de tamariscos.
De todas maneras, las autoridades aguardan la toma de declaraciones testimoniales y la realización de las correspondientes pericias accidentológicas, a los fines de determinar fehacientemente la forma en que se habría producido el accidente.
Trascendió que en la víspera estaba prevista la realización de cuatro vuelos de bautismo, dos de los cuales se habían realizado con normalidad previo al fatal siniestro.
Poco después de tomarse conocimiento de lo sucedido, llegaron hasta el lugar dos dotaciones de bomberos voluntarios de Punta Alta, personal policial del destacamento de Villa Arias y una ambulancia del Hospital Municipal Eva Perón.
También se hicieron presentes efectivos de la Policía Científica bahiense, quienes trabajaron en el lugar hasta entrada la noche.
Por el caso se iniciaron actuaciones sumariales con intervención de la Ayudantía Fiscal de Coronel Rosales, a cargo de la doctora Silvia García.
"Era casi imposible que pasara algo así"
Un joven que esperaba su turno para realizar un vuelo de bautismo en el aeroplano siniestrado y que pudo advertir los momentos previos a la tragedia, dijo ayer estar shockeado por lo sucedido y no entender las circunstancias en que se produjo el accidente.
"Me había estado asesorando y, según lo que me decían, era casi imposible que pasara algo así. No entiendo qué pasó", afirmó el muchacho, quien sólo se identificó como Matías.
Más adelante, comentó que tiene previsto realizar un viaje en poco tiempo, por lo que había decidido efectuar el vuelo de bautismo para perder el miedo a los aviones.
"Pude filmar unos segundos del despegue y lo hicieron bárbaro. Generalmente el aeroplano se desengancha a los cuatro minutos, pero acá se soltó enseguida".
"Cuando se desprendió la avioneta lo comenzó a buscar. Daba vueltas tratando de ubicarlo. Parecía que era un pájaro buscando al pichón", siguió diciendo.
Del mismo modo, comentó que poco antes había estado dialogando con el instructor fallecido.
"Me había dicho que era muy difícil que esas aeronaves se vinieran a pique, que lo más riesgoso era que se toparan con algún animal en el aterrizaje".
Por otra parte, señaló que ayer, producto de las condiciones climáticas que se registraban, los vuelos, que habitualmente tienen una duración de entre 8 y 10 minutos, eran un poco más breves.
Finalmente, pese a lo sucedido, el muchacho confió que en un futuro podría llegar a animarse a vivir la experiencia de un vuelo de bautismo.
"Ahora me siento muy mal por ellos (en referencia a las víctimas), aunque más adelante lo voy a intentar".