Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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María Auxiliadora, a 70 años de su inauguración

En la víspera se conmemoraron dos fechas muy caras en la historia de la Iglesia Nuestra Señora de Luján, cuya inauguración oficial en el actual edificio de Rivadavia al 500 data del 13 de junio de 1942, bajo el ímpetu incansable del padre Eugenio Bosetti. Ayer, durante una misa encabezada por el presbítero Miguel Mellado, se celebró el vigésimo aniversario de la dedicación o consagración del templo y del altar de la parroquia.




 En la víspera se conmemoraron dos fechas muy caras en la historia de la Iglesia Nuestra Señora de Luján, cuya inauguración oficial en el actual edificio de Rivadavia al 500 data del 13 de junio de 1942, bajo el ímpetu incansable del padre Eugenio Bosetti.
Ayer, durante una misa encabezada por el presbítero Miguel Mellado, se celebró el vigésimo aniversario de la dedicación o consagración del templo y del altar de la parroquia.



 Recordó ayer Mellado que, en el marco del jubileo por el 50 aniversario de María Auxiliadora, hace dos décadas atrás, se confeccionó e inauguró el altar.


 Para el párroco "el templo mayor de Punta Alta es grande en todo sentido y no sólo porque es alta su torre". Y rememoró la llegada del padre Bosetti a la ciudad, una noche oscura y fría, con llovizna, en 1935.


 "Tras bajar del tren, se encaminó a la plaza donde habitualmente suele estar el templo parroquial. Cuando preguntó dónde estaba la iglesia, algunos vecinos le dijeron que se había pasado por unas cuadras. Entonces el padre Bosetti dijo que iba a construir un templo que se vea desde todos lados, y en verdad que lo logró con creces unos años más tarde", manifestó Mellado.


 
Puntales. Al repasar brevemente la historia de la Iglesia Nuestra Señora de Luján, a siete décadas de su inauguración, el padre Mellado no dudó en resaltar la figura de Bosetti.



 "Fue verdaderamente el émbolo de la construcción de algo que parecía una gran patriada. Las obras se desarrollaron en plena Segunda Guerra Mundial", manifestó.


 Dijo que, a pesar de ello, la Argentina estaba dejando atrás una crisis muy profunda en aquella década del 30 y acotó que los trabajos comenzaron en 1939.


 "Duró tres años el plazo de construcción de este hermoso templo parroquial. Junto a Bosetti, indudablemente, hay apellidos muy vinculados a la historia de Punta Alta que mucho tuvieron que ver en esta magnífica obra: Munafó, Cartolano, Marseillán y Crochito, entre tantos otros", dijo Mellado.


 

Importantes reformas estructurales





 El párroco de María Auxiliadora recordó que el entonces intendente municipal, arquitecto Gustavo Montero, al dejar su función pública, le adelantó que entre el 2010 y el 2012 iba a tener que llevar a cabo importantes reformas y renovaciones estructurales en el templo (ver aparte).


 "La verdad que como buen arquitecto estuvo en lo cierto", manifestó Mellado.


 Al referirse a las obras que se fueron desarrollando en los últimos meses (de las cuales hemos dado amplia cobertura en nuestras ediciones anteriores), Mellado dijo que los trabajos desarrollados en este año insumieron alrededor de 300 mil pesos.


 "Lo hermoso de esto es que la mayor parte de esa inversión la hizo la gente, además de los empresarios y, por supuesto, con la ayuda insoslayable de la Municipalidad", agregó.


 Mellado mencionó luego que en los últimos años él estuvo abocado a mantener Cáritas de María Auxiliadora, en la asistencia y promoción de la comunidad, en el área que le corresponde a la iglesia del servicio.


 En lo que respecta a fe y culto, anunció que se está por iniciar la construcción de un salón de usos múltiples, separados por paneles, a fin de tener aulas para dictar catequesis.


 
"Son de fierro". En éstas últimas obras, Mellado hizo un alto para destacar la labor de tres puntales como Oscar Taboada, Fernando Tomé y Eduardo Salas, quienes conforman la comisión pro-obras parroquiales.



 "Son de fierro porque la verdad tienen una capacidad espectacular para trabajar que realmente admiro".


 Y coincidió con la autodenominación que se impuso el mismo Taboada, al mencionar que "son los burritos de Dios".


 
"Lo más grueso ya se hizo". En cuanto a los trabajos que se efectuaron, Mellado recordó que "lo más grueso ya se hizo", y en este aspecto apuntó el cambio total de las chapas de todo el templo parroquial, incluidas las naves central y laterales.



 "Allí contamos con la ayuda inestimable de alpinistas y andinistas que, con mucho riesgo, trabajaron en las alturas. Además se cambiaron las chapas de la sacristía y del actual salón de usos múltiples. Queda, en una tercera etapa, el recambio de las mismas en la casa parroquial", dijo.


 "Como dijo nuestro arzobispo, ahora debemos continuar, sin prisa pero sin pausa, con las restantes etapas de las obras que tenemos pendientes, y mirando en el horizonte el camino a nuestros 75 años", concluyó Mellado.