Mariano de Vedia y Mitre
-
- copiado al portapapeles
-
- copiado al portapapeles
Hace 54 años, en febrero de 1958, falleció el abogado y escritor Mariano de Vedia y Mitre, uno de los intendentes municipales más destacados de Buenos Aires y cuyas cenizas se encuentran en el cementerio de nuestra ciudad.
En 1932, De Vedia y Mitre asumió (a sus 50 años de edad) la intendencia porteña, cargo que ocupó hasta 1938.
Encontró una comuna quebrada, pero en apenas un año presentó un ejercicio con superávit. Comenzó un colosal plan de obras públicas. Obtuvo del Concejo Deliberante vía libre para expropiar inmuebles a los efectos de ampliar la calle Corrientes, construyó el Hospital Argerich y pavimentó la avenida Figueroa Alcorta.
En octubre de 1937, inauguró la ampliación de la avenida 9 de Julio, convirtiéndola en la más ancha del mundo. Ocurrió entonces que el cruce de esa arteria con Corrientes y Diagonal Norte debía hacerse a través de una desnuda rotonda que "reclamaba" algún monumento. Tras descartar De Vedia la posibilidad de colocar estatuas a Justo José de Urquiza, Hipólito Yrigoyen y Carlos Gardel, la solución la dio el arquitecto Alberto Prebisch, con la idea de erigir un obelisco. De Vedia y Mitre aprobó el proyecto y el 23 de mayo de 1936 inauguró la emblemática obra.
Fallecido en 1959, las cenizas de De Vedia fueron ubicadas en el mausoleo de la familia Caronti, en la Recoleta, como marido que era de Helena Caronti, nieta del vecino bahiense Felipe Caronti. Cuando, en 1972, se repatriaron a Bahía Blanca los restos de Felipe y Luis Caronti, los de De Vedia también mudaron su residencia a Bahía Blanca, lugar que no es ajeno a su familia: su abuelo paterno era primo hermano del coronel Ramón Estomba, fundador de nuestra ciudad.