Adiós al fotógrafo de Las Malvinas

Redacción de La Nueva.

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 Ayer, a los 85 años, Osvaldo Zurlo partió con sus cámaras, sus fotos, sus particulares ocurrencias y sus recuerdos. Sus restos son velados en la sala 2 de Mitre 68 y el sepelio se cumplirá a las 13, en la necrópolis municipal.

 Había empezado de cadete en "La Nueva Provincia", con pantalones cortos. La primera fotografía se la sacó a Luisa De Pietro (ex jefa del Archivo). Usó trípode, magnesio y placa de vidrio.

 "Me gustaba mucho el revelado porque ponía en la cubeta el papel virgen y veía aparecer las figuras. Era algo mágico, milagroso", evocaba Osvaldo.

 Lo incorporaron a la planta del diario en 1944.

 "En los días de la bohemia periodística bahiense, Zurlo, además de jefe de Fotografía, era un reportero gráfico inmunizado contra el aburrimiento. Nada más divertido podía ocurrirle entonces a un redactor que salir con él a hacer una nota en la región. Era como abrirle la puerta a lo imprevisible", indicó el periodista Rubén Benítez en su columna El día que nunca olvidaré.

 Zurlo era un apasionado por su profesión y amaba a sus cámaras como si fueran inocentes criaturas, dignas de la mayor protección. Hasta su último día de actividad parecía subyugado por la magia de las imágenes que veía surgir --como cuando era cadete-- en el papel virgen, convocadas por su alquimia personal.

 En eso hubiera quedado todo. Pero un día en la Redacción le dijeron que se preparara para ir a hacer una nota que llevaría algún tiempo. Y no fue una nota más. Esa vez, el 2 abril de 1982, su profesión cotidiana empalmó con la historia argentina.

 Zurlo, junto con el periodista de este diario Salvador Fernández, cubrieron en exclusiva el desembarco de las tropas argentinas en las Malvinas, durante la llamada Operación Rosario.

 "Empezaba a aclarar. El suelo era de arena muy blanca. Corrí con los soldados. Cuando hubo un poco más de luz empecé a sacar fotografías. La pista había sido inutilizada con toda clase de obstáculos, camiones, tractores, chatarra, máquinas viales, para que no pudieran aterrizar nuestros aviones. La despejaron con las orugas y empezaron a bajar los Hércules que llevaban víveres, tropas y armamento. De inmediato se cambió el letrero que decía Airport Falkland por Aeropuerto Malvinas Argentinas", recordada.

 Esa misma noche, tras una larga cadena de vuelos llegó a la Redacción y a la mañana siguiente, sus fotos, las primeras de la recuperación de Las Malvinas, recorrieron el mundo.