Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Trece años de cárcel para el responsable de un homicidio

Un joven acusado de cometer a principio del año pasado un homicidio en Villa Nocito y un robo con armas fue condenado a cumplir la pena de 13 años de cárcel. El fallo, al cual se llegó mediante juicio abreviado, fue dictado por el juez unipersonal Mario Lindor Burgos, del Tribunal en lo Criminal Nº 1 y recayó en Leandro Darío Zapata, de 19 años.

 Un joven acusado de cometer a principio del año pasado un homicidio en Villa Nocito y un robo con armas fue condenado a cumplir la pena de 13 años de cárcel.


 El fallo, al cual se llegó mediante juicio abreviado, fue dictado por el juez unipersonal Mario Lindor Burgos, del Tribunal en lo Criminal Nº 1 y recayó en Leandro Darío Zapata, de 19 años.


 Se imputó al sujeto de ser autor del crimen de Rubén Alberto Turiel (49), padre de tres hijos, quien supuestamente fue apuñalado, en el suelo y por la espalda, cuando, al parecer, trató de interceder en una pelea entre Zapata y otra persona.


 El hecho de sangre se produjo el 11 febrero de 2009, en Pasaje Junín al 1900. En principio, Turiel recibió un golpe de puño, que le hizo perder la estabilidad, siendo atacado con el cuchillo cuando se encontraba en el piso, de cúbito ventral.


 La víctima sufrió numerosas heridas que le provocaron una hemorragia masiva intratorácica.


 El incidente se generó cuando Zapata procuraba "saldar cuentas" con un tal Pablo, apodado "Topo", a quien le endilgaba haberlo denunciado ante la policía como partícipe en un robo cometido días antes.


 De la prueba testimonial surge que el acusado, acompañado por amigos, fue a buscar al tal Pablo, pero no lo encontró, aunque se cruzó con Turiel, quien, aparentemente de mala manera, les habría pedido que se vayan del lugar.


 Allegados a Zapata dijeron que la víctima tomó del cuello a una chica que acompañaba al procesado y le apoyó en el cuello un cuchillo que sacó de la cintura, momento en que el joven lo tomó de atrás, le quitó el arma blanca y lo tiró al suelo, para luego apuñalarlo.


 Todos afirmaron que dejaron al hombre malherido y se retiraron hacia la calle Santa Cruz, arrojando Zapata en un baldío el cuchillo utilizado, que luego fue secuestrado por la policía, con manchas que guardaban el perfil genético de la víctima.


 Desestimó el juez Burgos que haya existido un exceso en la legítima defensa, porque Turiel se encontraba de espaldas al agresor cuando fue atacado.


 Por otra parte, el fallecido no presentaba heridas en antebrazos y manos, compatibles con maniobras de defensa, con lo cual se acusó a Zapata del delito de homicidio simple.

El atraco




 El joven sentenciado, a su vez, fue considerado autor penalmente responsable de un asalto cometido a mediodía del 16 de enero de 2009.


 Luego de amenazar a Matías Agustín Ucha, empleado de la firma Recasal, sita en Líbano 1758, junto con otro individuo sustrajo de allí una notebook y un teléfono celular.


 El sujeto, según los testimonios, primero entró en la empresa pidiendo trabajo, como changarín, aunque luego demostró sus intenciones.


 "Quedáte piola", le advirtió a Ucha, para luego levantarse la chomba y mostrar la culata de un arma de fuego.


 También quisieron llevarse dinero, pero les explicaron que no manejan efectivo y, finalmente, huyeron con la computadora personal y el celular.


 A partir de dichos de comerciantes vecinos, se pudo establecer que los autores del atraco serían Leandro Zapata y Francisco Macci, quienes, por la tarde, supuestamente estaban ofreciendo a la venta los elementos malhabidos.


 Un almacenero admitió que se lo ofrecieron y que el mismo Zapata le mostró el arma, para advertirle que "con este juguetito" lo habían conseguido en el local de Líbano al 1700.


 En consecuencia, el doctor Burgos imputó a Zapata no sólo del crimen sino también del delito de robo calificado y le aplicó la pena de 13 años de prisión.