Bahía Blanca | Domingo, 09 de noviembre

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Los que ganan, los que pierden y los que salen hechos

Con el argumento de incentivar el consumo y tratar de acelerar la marcha de la rueda económica, el gobierno dispuso aumentar el salario mínimo y las jubilaciones más bajas e incorporar, gradualmente, a los sueldos de los privados los doscientos pesos hasta ahora no remunerativos. La medida gubernamental fue anunciada sorpresivamente, como muchas otras de la administración kirchnerista. En el sector sindical generó reacciones favorables, aunque no exentas de reservas y demandas mayores, mientras las voces empresarias se pronunciaron con moderación y hasta criticaron la falta de consulta previa.


 Con el argumento de incentivar el consumo y tratar de acelerar la marcha de la rueda económica, el gobierno dispuso aumentar el salario mínimo y las jubilaciones más bajas e incorporar, gradualmente, a los sueldos de los privados los doscientos pesos hasta ahora no remunerativos.


 La medida gubernamental fue anunciada sorpresivamente, como muchas otras de la administración kirchnerista. En el sector sindical generó reacciones favorables, aunque no exentas de reservas y demandas mayores, mientras las voces empresarias se pronunciaron con moderación y hasta criticaron la falta de consulta previa.


 El salario mínimo --que no se tocaba desde hacía más de una década-- trepará, de aquí hasta fin de año, de 200 a 300 pesos. El haber fue instituido para que ningún trabajador tuviera un ingreso inferior a la cifra establecida.


 La mejora surtirá efecto, además de beneficiar a trabajadores no convencionados, sobre las actividades donde los básicos establecidos sean, actualmente, de doscientos pesos.


 La decisión gubernamental permite la recuperación, aunque sea en forma modesta, de las características que dejó de tener hace muchos años: vital y móvil.


 En cuanto a los también castigados pasivos, el piso se estableció en 220 pesos, que, a todas luces, sigue siendo insuficiente.


 El punto más destacado de la batería, sin embargo, es la gradual incorporación de los 200 pesos no remunerativos a los alrededor de tres millones de empleados privados.


 El esquema no admite la sola lectura de que significa, obviamente, una mejora de los haberes. También habrá más ingresos a las arcas fiscales: la suma que formará parte remunerativa del salario comenzará a ser pasible de todos los descuentos, y no sólo para las obras sociales, como ocurre en la actualidad.


 Más: subirá la porción de ingresos para los gremios, tanto en lo atinente a la cuota sindical como para sus entes prestadores de salud.


 Por el mayor caudal de aporte que recibirán debido a la recomposición, hasta las AFJP tendrán sus beneficios.


 Una porción, empero, verá compensadas entradas y salidas porque, automáticamente, se les elevará el denominado Coeficiente de Variación Salarial (CVS) para la actualización de préstamos hipotecarios.


 Habrá quienes, paralelamente, no recibirán retoque alguno --los autónomos, por ejemplo-- y deberán afrontar el pago de créditos.


 Desde la vereda gremial están los que califican a las medidas como un logro, y reconocen que la ventaja será el efecto cascada, ilusionándose con que podría haber movimientos para diversos rubros de las escalas salariales.