Bahía Blanca | Domingo, 05 de mayo

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El adiós a Fogwill, el escritor irreverente

La irreverencia, la pluma mordaz y una intuición al margen de modas efímeras, son las marcas de identidad que deja como legado el escritor Rodolfo Fogwill, quien falleció anteayer a los 69 años como consecuencia de un problema pulmonar. El autor de Restos diurnos murió en la madrugada del sábado en el Hospital Italiano, donde se encontraba internado a raíz de un enfisema pulmonar derivado de su conocida compulsión al cigarrillo.

 BUENOS AIRES (Télam) -- La irreverencia, la pluma mordaz y una intuición al margen de modas efímeras, son las marcas de identidad que deja como legado el escritor Rodolfo Fogwill, quien falleció anteayer a los 69 años como consecuencia de un problema pulmonar.


 El autor de Restos diurnos murió en la madrugada del sábado en el Hospital Italiano, donde se encontraba internado a raíz de un enfisema pulmonar derivado de su conocida compulsión al cigarrillo.


 A lo largo de su vida Fogwill ejerció múltiples oficios, entre ellos sociólogo, empresario, publicista, profesor titular de la Universidad de Buenos Aires, ensayista y editor de una legendaria colección de libros de poesía.


 "Por 20 años fui consultor de una tabacalera y pude librarme --en orden-- primero del cine, después del dinero, del alcohol, de la marihuana y finalmente de la cocaína, pero aún sigo dependiendo de la estúpida nicotina", aseguró el autor de eslóganes y campañas publicitarias como "Suaves pero con sabor, el equilibro justo", para los cigarrillos Jockey.


 Fue el cuento Muchacha punk --con el que obtuvo el primer premio en un importante certamen literario en 1980-- el disparador que lo impulsó a abandonar su carrera empresaria para comenzar, según sus palabras, "una trama de malentendidos y desgracias" que lo llevaron a su "oficio" de escritor.


 Fogwill a secas --le gustaba firmar prescindiendo de su nombre de pila-- se caracterizó por su personalidad explosiva y su pluma irreverente: de hecho, su permanente uso de la provocación le facilitó contadas enemistadas que incluso minaron la continuidad editorial de su obra.


 Entre sus obras más conocidas se encuentran Los pichiciegos --considerada la mejor novela sobre la Guerra de las Malvinas--, Urbana, La experiencia sensible, Urbana2, Runa y Vivir afuera, con la que consiguió el Premio Nacional de Literatura en 2004. Hace dos años publicó Los libros de la guerra, recopilación de su trabajo en prensa.


 Uno de los temas recurrentes en su narrativa fue el amor: "No sé qué es el amor, pero sé que si hay algo que te puede salvar es el amor. Creo que tiene que ver con el amor propio, una cuestión neurofisiológica que te produce una sensación de totalidad; nada lo puede remplazar", definió en una entrevista.