Bobby Fischer juega ajedrez en el Tomás

Redacción de La Nueva.

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Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Hace 50 años, en noviembre de 1971, se presentó en Bahía Blanca el ajedrecista Robert “Bobby” Fischer, considerado por muchos como el más extraordinario jugador de todos los tiempos.

   Faltaban pocos meses para que Fischer enfrentara al campeón mundial Boris Spassky por el título, cuando aceptó la propuesta del ministerio de Bienestar Social de la Nación para  recorrer ciudades del interior, como una manera de promocionar el ajedrez. El juego se había revitalizado, precisamente, con una partida entre Fischer y Petrosian, disputada meses antes en Buenos Aires.

   Bobby Fischer era, a sus 28 años de edad, una verdadera sensación, con un aura de misterio y de leyenda, sostenida por su calidad y talento. Por otra parte, era el primer estadounidense que enfrentaría a un ruso por el cetro mundial, en una época donde la guerra fría abarcaba todos los aspectos.

   Fischer llegó a Bahía acompañado por los jugadores Miguel Quinteros y Miguel Najdorf, para enfrentar, en partidas simultáneas, a 20 jugadores locales y de la región. La cita fue en el estadio Norberto Tomás, de Olimpo.

   Las simultáneas comenzaron a las 21.15. A las dos horas y 40 minutos caía el último contrincante, estampando Fischer un categórico 20 a 0. Entre los competidores se destacaron Liébana (62 movidas), Name Takla (59), Galleucci (53), Galfón (51) y Zotelle (46). También jugaron Palermo, Cuadrado, Ramírez y Sabas, entre otros.

   Sin mantener contacto con la prensa y siempre con su tablero a cuestas, Fischer partió al día siguiente con destino a Mar del Plata.

   Ocho meses después, en julio de 1972, Fischer ganaría el llamado match del siglo, despojando a Spassky de su título mundial. Lo perdió en 1975, al no presentarse a defenderlo ante Anatoly Karpov. No volvió a jugar en público hasta 1992, en un duelo exhibición contra Spassky. Falleció en 2008.