Bahía Blanca | Miércoles, 05 de noviembre

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Bahía Blanca | Miércoles, 05 de noviembre

Casas que se despiden en la avenida más popular

En Alem al 1000 comenzó la demolición de dos viviendas vecinas. La avenida sigue resignando su histórico perfil. 

Desde hace décadas la avenida Alem viene resignando su perfil residencial unifamiliar para girar a otro comercial-gastronómico y de edificios en altura.

Por decenas se han borrado de su geografía pintorescos chalés, casas señoriales y de estilos. Se está dando incluso el caso de la demolición de tramos enteros de cuadras, con la caída de hasta tres viviendas vecinas.

Es ahora el turno de dos inmuebles al 1000 de la avenida, vecinas a la estación de servicio Axion. Esa cuadra, entre Perú y Trelew, modificará así completamente su fisonomía.

Las viviendas a demoler darán lugar a una ampliación de la estación de servicio y a la construcción de locales, mientras que la de Trelew ya fue reconvertida en un bar.

Estas casas no están en el registro local de bienes patrimoniales, no tienen una suerte de protección que evite su pérdida. Pero han sido parte del paisaje durante décadas, contuvieron historias y momentos en la avenida más atractiva de la ciudad.

Son sí parte del patrimonio en su definición más amplia, la que lo define como el conjunto de bienes heredados del pasado a los que la sociedad le atribuye un valor.

Arena que la vida se llevó

La ciudad como construcción artificial que es del hombre va cambiando, crece, da lugar a nuevas obras y resigna otras. No es inevitable --cientos de ciudades del mundo dan cuenta de cómo mantenerse en el tiempo--, pero exige un complejo entramado de normativas y políticas.

Son varios los sentimientos que generan estas pérdidas. Italo Calvino, en su libro Las Ciudades Invisibles, da cuenta de distintas visiones.

Menciona el caso de Zora, la ciudad que “obligada a permanecer inmóvil e igual a sí misma para ser recordada mejor, languideció, se deshizo y desapareció. La Tierra la ha olvidado”,

Describe a Maurilia, a cuyos habitantes “hay que cuidarse de decirles que a veces ciudades diferentes se suceden sobre el mismo suelo y bajo el mismo nombre, nacen y mueren sin haberse conocido, incomunicables entre sí”.

Y las convivencias de Berenice, una sucesión en el tiempo de ciudades diferentes, “alternativamente justas e injustas” y sobre la que advierte que “todas las Berenice futuras están presentes en este instante, envueltas una dentro de la otra, comprimidas, apretadas, inextricables”.

Un poco de todo eso quizá sea Bahía Blanca, una ciudad que no puede permanecer inmóvil, la que muchas veces nace sin relacionarse con su pasado, la que queda envuelta una dentro de otra.