Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Las Lilas fue reconocida por su compromiso en la conservación de la Loica Pampeana

Aves Argentinas distinguió a Estancias y Cabaña Las Lilas en la Exposición Rural de Palermo 2025 por su innovador trabajo de conservación en un campo ganadero de Saavedra. En La Josefina, uno de sus establecimientos, está la población más importante del mundo de esta ave en peligro crítico.

Candelaria Neyra, Líder del proyecto Loica Pampeana;Juan María Raggio, Presidente de Aves Argentinas, Sebastián Rhodius, gerente general de Estancias y Cabaña Las Lilas SA., Alfonso Bustillo, presidente de la Asociación Argentina de Angus; Hernán Casañas, Director Ejecutivo de Aves Argentinas. La obra es de Carlos Montefusco.

Cuando cae el sol varias manchas rojas, movedizas, asoman entre los pastizales de La Josefina, en el partido de Saavedra. Un canto se eleva sobre el paisaje ondulado. Es la Loica Pampeana, un ave que resiste en el borde mismo de la desaparición. Allí, en esos campos, en 2023, se contabilizaron más de 600 individuos lo que convierte a La Josefina en el sitio con mayor concentración mundial de esta especie, nada menos que el 30% de la población total.

En este rincón del sudoeste bonaerense y gracias a la alianza entre Estancias y Cabañas Las Lilas y especialistas conservacionistas de Aves Argentinas, la Loica Pampeana no canta sola. Juntos demostraron que la producción ganadera y la vida silvestre pueden convivir en un equilibrio ejemplar.

Macho cantando. Crédito Nico Perez.

La inspiradora red entre biólogos y empresarios productores ya tuvo impacto en la conservación de la Loica Pampeana ya que por los cuidados y un manejo estratégico del territorio se logró que 400 pichones puedan volar y dejar el nido desde 2022. En la última temporada reproductiva fueron 100 pichones, que fue récord total. Y no es todo.

Además se generó un precedente de que estas buenas prácticas pueden convivir en armonía con la rentabilidad y hasta redundar en beneficios, en este sentido.

Crédito: Aves Argentinas.

En representación de la Asociación Argentina de Angus, su presidente, Alfonso Bustillo, expresó su apoyo y su postura a la hora de acompañar a Aves Argentinas a entregar el reconocimiento.

 “Como ganaderos, debemos tomar conciencia del aporte que realiza Aves Argentinas, ayudándonos a comprender cómo nuestras prácticas de manejo —como el sobrepastoreo o el subpastoreo— impactan directamente en el ecosistema. Cuando sobrepastoreamos, muchas aves pierden su hábitat y son desplazadas por especies más comunes; algo similar ocurre con el subpastoreo. Por eso, creo fundamental que la Asociación Argentina de Angus y Aves Argentinas sigan fortaleciendo este vínculo, que enriquece tanto la producción como la conservación del entorno natural”, dijo.

Crédito: Damian Ganime

Sebastián Rhodius, gerente general de Estancias y Cabaña Las Lilas, agradeció el reconocimiento de Aves Argentinas por la responsabilidad y compromiso en la protección de esta ave y dejó un mensaje para otros productores ganaderos.

--¿Qué significa para ustedes, como empresa ganadera, haber recibido este reconocimiento?

--Es un orgullo enorme. Somos una empresa ganadera con más de 100 años de historia, y recibir este reconocimiento confirma que es posible producir de manera eficiente y, al mismo tiempo, conservar el ambiente. Nos alienta a seguir por este camino y demuestra que la ganadería sustentable es una realidad.

--¿Cómo comenzó el vínculo entre Estancias y Cabaña Las Lilas y Aves Argentinas?

--El vínculo comenzó hace ya algunos años, cuando Aves Argentinas se acercó para trabajar en conjunto en La Josefina, uno de nuestros campos en Saavedra, provincia de Buenos Aires.

--¿Qué los motivó a involucrarse con la conservación de la Loica Pampeana?

--Nos motivó el hecho de que la Loica Pampeana está en peligro crítico de extinción, pero también la convicción de que la producción ganadera no tiene por qué estar enfrentada con la conservación. Todo lo contrario.

--¿Cómo adaptaron su manejo ganadero a las necesidades del ave y qué desafíos encontraron al momento de implementar estas prácticas?

--Hicimos ajustes en los tiempos y la intensidad del pastoreo, especialmente durante la época de reproducción de la Loica. También cuidamos que ciertas zonas claves no se alteren. Lo más desafiante fue romper con algunos esquemas tradicionales, pero pronto vimos que estos cambios no sólo eran viables, sino que incluso beneficiaban al sistema productivo.

--¿Qué mensaje les gustaría que deje este premio para otros productores ganaderos del país?

Que se puede. Que producir y conservar no son caminos opuestos. Con pequeños cambios y compromiso, la ganadería puede ser una gran aliada de la biodiversidad. Y que si cada productor aporta desde su lugar, el impacto puede ser enorme.

Diálogo con el coordinador del Programa Pastizales de Aves Argentinas

El Dr. Pablo Grilli respondió preguntas a La Nueva respecto al rol clave de Las Lilas en la conservación, la importancia y resultados del proyecto y el motivo del reconocimiento.

--¿Por qué decidieron otorgar este reconocimiento a Estancias y Cabaña Las Lilas en la Exposición Rural de Palermo?

--Aves Argentinas trabaja por la conservación de las aves y sus ambientes naturales desde hace más de cien años. Estamos convencidos de que la creación y fortalecimiento de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) es la herramienta más poderosa para tal fin. Pero no es la única, y tampoco es suficiente, porque por fuera de las ANP los ambientes deberían también poder sostener poblaciones de aves amenazadas. La Loica Pampeana es el ave más amenazada de los pastizales de Sudamérica y, precisamente, no está protegida en ninguna ANP. Las pocas poblaciones que quedan habitan campos privados, destinados a la producción ganadera. Por lo tanto, si queremos colaborar con su conservación, si entendemos que tenemos la responsabilidad de evitar su extinción, entonces debemos trabajar codo a codo los conservacionistas con los productores. Y no hay un lugar más indicado para mostrar el esfuerzo que hacemos en conjunto, que la Exposición Rural de Palermo.

--¿Qué representa Las Lilas dentro del trabajo de conservación de la Loica Pampeana?

--Desde 2022, cuando nos acercamos a la empresa para proponerles trabajar en conjunto, Las Lilas supo perfectamente cuál era su responsabilidad: tenían (tienen) en uno de sus campos a la población más importante de Loica Pampeana de todo el mundo. Las Lilas hace posible que desarrollemos estrategias de conservación para esta especie, acordando formas de manejo del pastizal y de la hacienda en armonía con las necesidades de esta ave tan amenazada.

--¿Es un ejemplo para otras empresas de la región y el país?

--Sin lugar a dudas, Las Lilas representa un verdadero ejemplo de compromiso por la gestión integral de un territorio, entendiendo que la rentabilidad y el negocio son pilares fundamentales, pero que deben equilibrarse con las necesidades del ambiente y de sus habitantes originales, como la Loica Pampeana. Nuestros años de trabajo conjunto demostraron que es posible.

--¿Qué distingue a Las Lilas de otras empresas?

--Los responsables de Las Lilas se animaron a innovar, seguramente apoyados en su extensa trayectoria en innovación y responsabilidad. Ya habían tomado decisiones en favor de la naturaleza y de las aves amenazadas, como lo hicieron en Chaco con el Muitú, en otro de sus campos, La Leonor. Pero el caso de la Loica Pampeana y el pastizal de La Josefina es todavía más importante, porque demuestra que son capaces de redoblar la apuesta y buscar caminos donde la producción y la conservación son compatibles.


 
--¿Qué características tiene La Josefina que la convierten en un sitio clave para la especie?

--La Loica Pampeana supo ocupar los pastizales naturales del sur de Brasil, casi todo Uruguay y buena parte del centro de Argentina, en lo que se conoce como Bioma Pampas. Pero este gran territorio natural ha sido dramáticamente reemplazado y modificado por matrices productivas y habitacionales, por lo que la Loica Pampeana tuvo que refugiarse en unos pocos parches de pastizal natural del centro de Uruguay, y algunos más en el entorno de Bahía Blanca. Allí, todavía subsisten los flechillares que la especie necesita para agruparse, alimentarse y nidificar. Y no hay extensiones más grandes ni mejor conservadas de esos flechillares que los que La Josefina tiene en los lotes del fondo, en lo que llaman “las lomas”. Gracias a eso, una población de más de 600 individuos de Loica Pampeana (la más grande conocida) puede permanecer todo el año.
 
--¿Qué avances concretos lograron en La Josefina desde que iniciaron el proyecto? ¿Qué indicadores usan para medir el éxito de las acciones de conservación?

--Desde 2022 nuestro trabajo se centró en A) el manejo del pastizal y la hacienda y B) la reducción de la pérdida de nidos por depredación. Para manejar el pastizal, acordamos con Las Lilas la instalación de clausuras permanentes y temporales, para propiciar el establecimiento de colonias de cría en cada temporada. De esta manera, logramos que el pastizal logre la altura y la densidad necesarias para que puedan construir los nidos y evitamos que la hacienda los afecte por el pisoteo. Paralelamente, a cada nido encontrado le instalamos un sistema de defensa que evita que sea atacado por zorros, zorrinos, peludos y otros depredadores medianos.

--¿Qué resultados arrojó esa combinación de medidas?

--La reducción del efecto de la modificación del ambiente y de la depredación logró aumentar hasta cinco veces el éxito de los nidos, lo cual permitió que en la última temporada más de 100 pichones lograran unirse a la bandada. Además, comenzamos a conocer aspectos de la biología de la especie que nunca antes se habían documentado, como el rol de cada uno de los padres en la crianza, el tipo de alimentación que le dan a sus pichones, los movimientos que hacen dentro del campo para buscar ese alimento, el tiempo que tardan en poder llegar a la edad reproductiva, y muchas cosas más.
 

--¿Qué buscan visibilizar con esta distinción ante el sector productivo y el público en general?

--Que la producción también puede sumarse a la conservación de la vida silvestre, y que su participación puede volverse central en casos donde, las decisiones de manejo productivo dentro de un único campo, pueden repercutir significativamente para bien o para mal en toda una población de una especie al borde de la extinción. Pero también que la conservación puede volverse un aliado comercial de la producción, distinguiendo productos y servicios para que el público -debidamente educado- pueda elegir a las empresas más responsables con el ambiente.
 
--¿Cuáles son las prácticas productivas que favorecen la conservación de aves de pastizal como la loica?

--La primera de las prácticas es animarse a trabajar con profesionales de la conservación. Luego viene todo un camino de adaptación de medidas y de tecnologías, pruebas y registros, para ir ajustando el manejo año a año. Ninguna receta funciona de la misma manera a lo largo del tiempo. Pero en líneas generales, se puede decir que hay que reconocer cuál es el sector del campo que la especie utiliza y montar sobre ese sector un sistema que permita el desarrollo de la versión más sana del pastizal natural.

--¿Cómo puede lograrse esta versión “más sana”?

--Por ejemplo, con clausuras temporales y con rotaciones bien ajustadas. Luego, es importante complementar esas medidas con la instalación de defensas de nidos para evitar la depredación, balsas en los tanques de agua para que las aves no se ahoguen, reducir el desperdicio de granos para no atraer a aves parásitas, etc.
 
--¿Qué próximos pasos tienen en el marco del Proyecto Loica Pampeana?

--Queremos adaptar algunas de las técnicas de trabajo que desarrollamos en La Josefina en otros campos donde hemos encontrado grupos más pequeños de Loica Pampeana, y usar la experiencia que pudimos construir en conjunto con Las Lilas como un faro inspirador para otros productores de la región.