Bahía Blanca | Lunes, 21 de julio

Bahía Blanca | Lunes, 21 de julio

Bahía Blanca | Lunes, 21 de julio

El festejo de Ipucha y Quilmes: "El clásico está dividido por las vías: pobres contra ricos"

El equipo del DT bahiense le cortó el invicto a Huracán -y una racha adversa de 11 partidos-, nada menos que en la final del Apertura de Tres Arroyos: 71-69.

Twitter: @rodriguezefe

Instagram: ferodriguez_

 

Lo que parecía poco menos que imposible para Quilmes un día dejó de serlo: el cervecero cortó una racha de 11 derrotas ante Huracán, su clásico rival, que llegó invicto a la final del torneo Apertura de Tres Arroyos.

El 71 a 69 desató la locura del entrenador bahiense Martín Ipucha, quien abrió los brazos, apretó los puños y salió en búsqueda de Guillermo Perticarari, el presidente.

"Fue quien confió en mí", resaltó Martín, aunque en medio del colmado estadio de Costa Sud, naturalmente, tardó en encontrarlo.

Con este resultado, Ipucha sigue consolidándose en su función, con un triunfo que recordarán por largo tiempo.

"Gracias a Dios pudimos cortar la racha y el invicto que tenían en el Apertura. Todos sabemos que la final no se juega, se gana. De mi parte, si hubiésemos ganado por medio punto también era una alegría inmensa. Para sus hincha fue orgásmico (sic)", ejemplificó Martín.

En el tiempo que lleva en la ciudad, Martín ya sabe todo lo que encierra esta rivalidad y, en esta oportunidad, aún más por el contexto en el que se dio.

"Todos desbordamos de alegría porque fue una final y, por sobre todas las cosas, porque el clásico está dividido por las vías: pobres contra ricos. Este logro fue el más importante y el más deseado, por la diferencia de jerarquía que tiene Huracán respecto del resto de los equipos", comparó.

El partido tuvo algunos matices estadísticos que lo hicieron sumamente atractivo. Por caso, Quilmes sacó 20 de ventaja a tres minutos de finalizar el primer tiempo (37-17) y Huracán en el complemento respondió, pasando a ganar 43 a 42.

"Mis jugadores fueron gladiadores, dejando un 120% de actitud. Amo a mi plantel. La mayoría trabaja 12 horas y desde la 5 de la mañana, y aún así tienen una predisposición como profesionales, aunque no lo son. Con ellos voy a Vietnam a pelear con cuchara y tenedor", se enorgulleció Martín, quien desde su posición de líder hizo extensivo su reconocimiento a sus dirigidos.