Bahía Blanca | Jueves, 10 de julio

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"Quisiera que no, pero recuerdo todo": el testimonio de Lumila, la joven atropellada por dos autos

Tiene 34 años y sufrió traumatismos múltiples. Fue trasladada al Hospital Municipal, donde permanece internada fuera de peligro.

Lumila Mallea tiene 34 años y un recuerdo que ojalá pudiera borrar. Hace una semana fue atropellada por dos autos mientras cruzaba la calle en la esquina de Río Negro y Chile, y asegura que no perdió el conocimiento en ningún momento.

"Quisiera que no, pero recuerdo todo", contó en diálogo con Panorama, por LU2.

Dice que sintió cada impacto. "Quedé tirada, no me podía mover. Se me descolocó una rodilla en el primer golpe y en el segundo sentí la rueda pasando por mi cabeza, presionándola. También la parte de abajo del auto me raspó toda la espalda", relató con crudeza.

Según explicó, ya estaba por terminar de cruzar cuando ocurrió el accidente. "Iba por la senda peatonal. Había visto que la calle era de una sola mano y que no había semáforo. Estaba casi del otro lado", recordó.

Aunque le dijeron que "aparentemente" los conductores no la vieron, ella no oculta su enojo. "Yo también manejo. Es mucha responsabilidad, porque una fracción de segundo te puede cambiar la vida", afirmó.

El hecho ocurrió cerca de las 11:45 del último 3 de julio. Mallea fue embestida primero por un Ford Focus conducido por María Laura Gianelli, de 35 años, y, segundos después, por una Ford Ecosport al mando de Nancy Celia Scola, de 66.

Tras el siniestro, fue trasladada al Hospital Municipal con múltiples traumatismos. Allí permanece internada, fuera de peligro, aunque con secuelas importantes.

"Estoy bien atendida, los chicos son increíbles. Mi reconocimiento para todos ellos que están en el minuto a minuto. Igual ya quiero irme a mi casa", expresó.

"Tengo dos costillas fisuradas que me tienen loca: están en permanente movimiento por la respiración y es lo que más me hace sufrir. También dos vértebras fisuradas y la cadera en tres partes. Además, necesito estar en una posición horizontal permanente por las piernas. Me está complicando absolutamente todo", explicó.

En medio del caos, hubo un gesto que no olvida: el de una mujer que apareció de la nada y le brindó los primeros auxilios. “Betty trató de tranquilizarme y ayudó a que no me durmiera. No sé de dónde sacó un abrigo y me tapó porque hacía mucho frío”, dijo. Según contó, ya pudieron hablar y tienen unos "mates pendientes".

Por ahora, sin embargo, su día a día está lejos de la normalidad. "Todavía estoy internada y tengo muchas cosas en la cabeza: cómo voy a moverme, quién me va a ayudar. Son muchos pormenores por resolver", cerró.