Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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“Francisco fue un revolucionario”: la visión y experiencia de un misionero bahiense con el Papa

Jorge Crisafulli, consejero general para las Misiones Salesianas, aseguró que Jorge Bergoglio planteó "una Iglesia de los pobres para los pobres y demostró eso con su propia vida".

Fotos: Archivo La Nueva.

El sacerdote bahiense Jorge Crisafulli, actual consejero general para las Misiones Salesianas, calificó al Papa Francisco como “un revolucionario” que no siempre fue bien comprendido y aseguró que, con su muerte, “se nos ha ido un santo al cielo”: “Es un Papa que ha marcado a la Iglesia y ha abierto puertas que no se volverán a cerrar”.

También remarcó que, lejos de la postura que puede haber políticamente dentro de la Iglesia, “fue un hombre del Evangelio, que tuvo los valores del Reino en su corazón y lo mostró más con gestos que con palabras”.

“Para mí ha sido un revolucionario, no siempre bien comprendido por la gente y a veces tampoco por sus compatriotas dentro del Vaticano. Creo que el dolor más grande para él ha sido a veces no ser comprendido en su corazón misionero, siguiendo los pasos de (San) Francisco, de apertura a las periferias existenciales y del sufrimiento”, señaló.

En diálogo con Noticias en Compañía, que se emite por LU2, Crisafulli sostuvo que “el legado de Francisco es su estilo de vida, su pensamiento y las decisiones que ha tomado aunque no siempre ha sido comprendido o bien comprendido”.

“Ha hecho una revolución ¿Qué Papa ha escrito dos encíclicas sobre nuestra casa común? ¿Quién ha hecho eso? ¿Qué Papa ha hablado tanto de la misericordia? Por eso se lo puede llamar claramente el Papa de la misericordia, el Papa de la alegría, el Papa de la sonrisa. Para mí Francisco es extraordinario y su legado va a permanecer”, aseguró.

Crisafulli recordó que tuvo la posibilidad de encontrarse tres veces con Francisco, y calificó la experiencia como maravillosa.

“Pude conocerlo personalmente y ver cómo su presencia en la Iglesia ha marcado un giro espectacular, una apertura al mundo contemporáneo en línea con el concilio Vaticano II”, dijo.

En ese sentido, recordó una de esas ocasiones, luego de rescatar a una chica de las calles, que les enseñaba a cocinar a otras en su misma situación.

“Me encontré con él. Francisco no imponía respeto en el sentido de ser una autoridad lejana que inspira miedo, lejanía o un respeto humano. Recuerdo que cuando le dije 'mirá, esta es Augusta, una chica que hemos sacado de las calles”, lo primero que le preguntó era si cocinaba bien: ese era Francisco, espontáneo, profundamente humano e inspiraba confianza. Enseguida sacaba él los temas o hacía un chiste”, señaló.

También consideró que era necesaria la aparición de un Papa sudamericano, un Papa argentino para el Vaticano.

“Si ha estado ahí con su testimonio de vida, con su palabra, con sus gestos, con sus decisiones, ciertamente es porque la Iglesia no es centrada en Europa o en América. Qué lindo que en el futuro alguien de Asia, por ejemplo, sea elegido Papa y, ¿por qué no? un Papa africano. Seguramente, con el tiempo, esto va a suceder”, manifestó.

El misionero bahiense se esperanzó también con el cónclave que comenzará entre el 6 y 11 de mayo, y en el que se elegirá el sucesor de Francisco, para que este sea el líder “que la Iglesia se merece en este momento de la historia de la humanidad y de la Iglesia”.

“Un Papa que tenga una mente abierta, que sepa dialogar con la cultura contemporánea, que realmente tenga un gran amor a los pobres como Francisco, y que saque a la Iglesia de su comodidad, de sus seguridades y la lance hacia un futuro de entrega y de servicio. Al final, eso no es más que hacer lo que hizo Jesús cuando estuvo aquí entre nosotros”, remarcó.

“Ha sido padre, hermano, amigo y madre”


Crisafulli recordó que Francisco planteaba que una Iglesia que no llora por sus hijos y sus hijas, que más sufren, no puede ser llamada madre.

“Creo que él ha sido padre, hermano, amigo, madre, y ha tenido gestos que ningún otro Papa ha tenido. Siempre habló de una Iglesia de los pobres para los pobres y demostró eso con su propia vida, con gestos muy concretos: una Iglesia abierta a las periferias”, remarcó.

Al respecto, destacó la decisión de “crear una Iglesia nueva en salida; no una Iglesia que se mira a sí misma en forma autorreferencial, sino que está atenta al sufrimiento de los demás, sobre todo de los más vulnerables, de los más pobres”.

“Ha sacado todos los signos de poder y ha mostrado que la Iglesia tiene que ser pobre y para los pobres. Una Iglesia simple, sencilla. Eso lo ha demostrado sobre todo con su vida”, concluyó.