Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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La ciudad que se viene: la mirada de los arquitectos y los ingenieros

Lo ocurrido el 7 de marzo, con una precipitación inédita que inundó la ciudad, dejó en claro la necesidad de definir obras que corrijan su vulnerabilidad ante un fenómeno de esas características.
 

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Jane Jacobs, destacada urbanista del siglo XX, lo dijo con claridad: “Las ciudades proporcionan algo para todos, sólo porque, y sólo cuando, son creadas por todos”. Eso es la ciudad: complejidad y participación.

Por eso su planeamiento exige una respuesta interdisciplinaria, que incluya, entre otras especialidades, a urbanistas, arquitectos, ingenieros, especialistas en tránsito, medio ambiente y ecología, economía, sociología, antropología, salud pública, derecho, tecnología, cultura y patrimonio. Además de la opinión de los propios ciudadanos.

Lo ocurrido el pasado 7 de marzo en Bahía Blanca, con una precipitación inédita que inundó la ciudad, dejó en claro la necesidad de definir obras que corrijan su vulnerabilidad ante un fenómeno de esas características.

En este caso, los colegios de arquitectos e ingenieros aportan sus pensamientos sobre cuales debieran ser los pasos a seguir, que cuestiones analizar y qué mirada sostener. Si bien no se trata de una visión “oficial” de esas entidades, son emitidas por quienes las presiden.

Aprender 

El arquitecto Juan Boiardi es presidente de la delegación local del Colegio de Arquitectos. No tiene dudas al señalar que la historia de la ciudad “cambió después del temporal de 2023 y de la inundación del 7 de marzo”, fenómenos que, consideró, “exigen una mirada totalmente distinta y abren un capítulo sin antecedentes”.

Para el profesional, la naturaleza está dando señales claras de fenómenos inéditos, que exigen respuestas y un cambio en la manera de entender el desarrollo urbano.

“Ante coletazos de este tipo tenemos que definir como mitigar sus consecuencias. El menú es gigante y no se resuelve desde una sola disciplina, no es solo una cuestión hidráulica, exige otras miradas para lograr un balance adecuado”, señaló.

Mencionó que es clave considerar como se está ocupando hoy el territorio y establecer un estricto control para evitar urbanizaciones en lugares que no disponen de servicios o que son inundables.

“Estas catástrofes exigen una planificación seria. No se puede ignorar lo que pasó”.

Sobre la inundación del 7 de marzo, puntualizó que “hace décadas que se discuten distintas obras de infraestructura, las cuales reaparecen cada tanto y vuelven a desaparecer, sin que nunca se resuelva nada”. 

Señaló el caso del embalse en puente Canessa y la creación de reservorios.

“Sin embargo, ninguno de esos proyectos consideró un fenómeno como el ocurrido. Eso cambia el enfoque y obliga a analizar que hacer a partir de datos duros, de conocer en detalle la problemática y dar una respuesta rápida para mitigar sus efectos en caso de volver a ocurrir”. 

Mencionó, por último, la importancia de convocar a todos los sectores para discutir las obras y contar con recursos financieros de Nación y Provincia.

“Es imposible tener una respuesta desde la municipalidad porque se trata de obras que exceden sus recursos. Hay que sumar mucha gestión, generar un esquema de trabajo y asumir un compromiso de todas las partes”.

La reconstrucción

Cumpliendo un segundo período al frente del Colegio de Ingenieros, distrito I con sede en nuestra ciudad, el ingeniero Ricardo Kloster manifestó que la institución se encuentra analizando de manera integral lo ocurrido para evaluar una propuesta a futuro.

“Es necesario, con la mayor rapidez posible, avanzar en la reconstrucción y la mejora de la infraestructura. Decidir si el canal Maldonado se mantiene tal cual es o si se modifica para aumentar su capacidad”, detalló.

Por otro lado mencionó la necesidad de revisar el entubado.

“Habría que prever su mantenimiento, tanto del conducto como del arroyo a cielo abierto. Hay que estudiar si se justifica ampliar su cauce o construir un conducto paralelo”.

Si bien admitió que lo ocurrido el 7 de marzo es algo “inusual”, remarcó como probable que se registren lluvias de 200 mm, lo cual es un riesgo.

“Pensar en un embalse es importante, porque puede regular las crecidas cuando llueve en la cuenca superior y evitar que el agua ingrese a la ciudad”.

Por último opinó sobre la importancia de controlar el crecimiento urbano, evitando que nuevos barrios ocupen sectores que deben funcionar como reservorios o que demoran la escurrentía. 

“Me parece también importante crear una dirección de cuencas o de hidráulica en la municipalidad, que analice todas las cuestiones relacionadas con el agua, las cloacales y los  pluviales”, finalizó.

“Cada obra a realizar debe ser analizada de manera muy detallada”

Néstor Álvarez está a cargo de la subsecretaría de recursos hídricos de la provincia y es quien debe definir qué obras serán las adecuadas para mejorar la capacidad de evacuación de agua en la ciudad.

Lejos de conocer la situación “de oídas”, Álvarez sabe al detalle la situación de Bahía Blanca, por ser un hombre de la región y haberse desempeñado, entre 2007 y 2011, como jefe la de Gabinete del Ministerio de Infraestructura bonaerense. 

“Ya está en marcha la limpieza del Napostá en los tramos a cielo abierto y el retiro de las losas dañadas del canal Maldonado. También atendemos la reparación de los puentes y estamos dando los pasos para definir cuáles obras son las que realmente solucionarán el problema”, señaló.

Una tarea a punto de ser contratada es la limpieza del entubado del Napostá, una intervención compleja, nunca antes realizada, que requiere que el personal esté equipado con tubos de oxígeno.

En cuanto a las obras destinadas mejorar la capacidad de evacuación del agua, señaló que se analizan varias alternativas, las cuales serán debidamente evaluadas, en algunos casos con personal propio en otros contratando a consultoras nacionales ó internacionales.

Una intervención que se considera es ampliar la capacidad del canal Maldonado, hoy establecida en 260 m3/seg. Para eso se piensa en modificar su sección, pasando de la actual, trapezoidal, a una rectangular.

De ese modo se aumentaría un 25% su capacidad, alcanzando los 325 m3/seg. A eso se podría sumar la construcción de una baranda-muro de un metro de altura en los bordes, llegando así a los 400 m3/seg.

“Eso significa ganar espacio abajo y arriba para que el canal no desborde”, explicó.

Otra alternativa es ensanchar el canal ocupando parte de las calles laterales que corren y dragar el tramo final del arroyo a cielo abierto. En ese sentido se mencionó la decisión de demoler el puente ferroviario ubicado a la altura de calle Don Bosco, que por su diseño es un obstáculo para el escurrimiento del agua.

Álvarez anticipó que la obra para el canal será resuelta en los próximos meses por hidráulica provincial y la Mesa de trabajo local. A partir de esa decisión se elaborará la documentación necesaria para su licitación y ejecución.

Un desafío mayor es resolver la situación de Ingeniero White y General Daniel Cerri, las localidades más afectadas por la inundación y que mostraron una vulnerabilidad total. Para esos casos la provincia contratará una consultora que analice cada situación. 

También se contratará un estudio para analizar la cuenca superior del Napostá, buscando determinar si la solución es construir un embalse a la altura del puente Canessa o sí existen otras alternativas.

Más allá de la limpieza del entubado del Napostá, también se analiza cómo mejorar su performance. Una alternativa es agregar una celda entre calles Casanova y Liniers. Una segunda es construir un colector adicional y la tercera es dejar el arroyo nuevamente a cielo abierto.

Álvarez mencionó que las obras más urgentes –reparación del Maldonado, limpieza del Napostá— ya se están ejecutando mientras las que requieren la intervención de consultoras demandarán todo el año definirlas.

Por último dejó en claro que cada obra será discutida y consensuadas con la mesa conformada en el municipio, de la cual participan profesionales, universidades y colegios.

“Ante tamaña cuestión técnica y el monto de las inversiones hay que tener el mayor consenso posible”.