Crece el consumo de cerveza sin alcohol en la ciudad: ¿cuáles son las razones?
“La tendencia ya era incipiente, pero el gran impulso se produjo a partir de la sanción de la ley de alcohol cero”, dijo el sommelier Bruno Zani.

Periodista. Círculo de Periodistas Deportivos de Bahía Blanca. Fue redactor de la revista Encestando (1985-2000). Desde 1987 trabaja en el diario La Nueva Provincia (hoy La Nueva.). Pasó por las secciones Deportes, La Región y La Ciudad, donde se desempeña actualmente. Está especializado en periodismo agropecuario desde 2001. Miembro de la Asociación Bonaerense de Periodistas Agropecuarios. Responsable de las páginas webs de la Asociación de Ganaderos (AGA) y de Abopa.
Audionota: Natalia Marinelli
La ley nacional de alcohol cero —Nº 27.714 (modificación de la 24.449)— fue sancionada el 13 de abril de 2023 y publicada en el Boletín Oficial de 3 de mayo del mismo año.
Más allá de una discusión que está poco menos que concluida (y los eventuales resultados de su aplicación), cierto que ha obligado a cambios de conducta en quienes consumen y, luego, se suben para conducir un vehículo.
“Ya se observaba gente que empezaba a tomar cerveza sin alcohol. Pero sin dudas que el gran empuje fue la sanción de la ley del alcohol cero en todo el país”, dijo el sommelier bahiense Bruno Zani.
“Si me toca ser el conductor designado no me voy a quedar mirando cómo mis amigos toman cerveza. Bueno, hay solución para eso: me llevo mi cerveza sin alcohol y puedo tomar sin problemas para disfrutar el momento”, añadió.
“Es decir, la ley de alcohol cero vino a destrabar ese tema de que el conductor no podía tomar alcohol en caso de que luego pretendiera conducir. Alguien hoy puede decir: ‘Tengo la opción de tomar cerveza sin alcohol, u otras bebidas desalcoholizadas, y no voy a producir ningún tipo de accidente”, sostuvo.
“Si bien es el nivel del consumo de cerveza sin alcohol el que está creciendo, cierto es que también están apareciendo otras bebidas con tendencia a una menor graduación alcohólica”, dijo.
“El otro factor que ha aumentado mucho es el consumo de cervezas sin alcohol en embarazadas”, comentó Zani, en diálogo con La Nueva.
“Hay una mayor conciencia a la hora de no consumir durante ese período. Para quien por ahí está acostumbrada a una cervecita diaria, o en el fin de semana con amigos y está en el proceso de embarazo ahora tiene una alternativa válida. Incluso, se extiende para el período de lactancia”.
—¿Por qué el sabor es bastante parecido al de la cerveza con alcohol?
—Se asemeja bastante porque la materia prima de donde parte la producción es la misma; es decir, no se dejan de tener la cebada, los lúpulos y hasta la levadura.
“Si bien en sabor lo cierto que se trata de algo similar y por eso alguien puede decir que no es tan malo como se lo imaginaba, en la parte técnica sí se pierden algunas cuestiones aromáticas por la alcoholización.
“El tema es que, en definitiva, si bien se habla de cerveza sin alcohol lo cierto es que tiene un pequeño porcentaje; no es que se elimina totalmente, sino que hay presencia de etanol, que es el alcohol presente dentro del producto.
“Se trata de cantidades mínimas. Y si tiene menos de un grado, y hasta 0,9, podemos considerarla sin alcohol”.
—A los efectos de la producción, ¿es un costo más alto para las empresas?
—No, aunque implica ciertos cuidados. Estamos hablando de desalcoholización de la bebida.
“Por lo general se utiliza un proceso de destilación; es decir, el proceso es igual que para una cerveza tradicional. Luego se extrae ese alcohol mediante la destilación y la evaporación del etanol para que queden en las cantidades esperables, que son menores a un grado. Rondan el 0,05 o el 0,04 de alcohol, que es prácticamente nada”.
—Es decir, el consumo debe ser limitado también...
—Y responsable. Estamos consumiendo una cerveza sin alcohol, pero tampoco te podés tomar 10, porque en ese caso vas a tener problemas en algún control vehicular.
“Incluso, deben tener mucho cuidado las personas diabéticas porque, en general tienen altos índices glucémicos. Hay que ser responsable y prestar atención”.
—¿Esto también se puede enmarcar en una tendencia generalizada a consumir con menos graduación alcohólica?
—Sí, en el sentido general. Hay una tendencia a consumir menos calorías y no sólo en bebidas, sino también en los alimentos. En ese sentido, estas bebidas con menos graduación alcohólica tienen, por ende, menos calorías.
“Obviamente que al tener menos cantidades de alcohol también es más beneficiosa, y más sana, en comparación con el consumo con alta graduación.
“El sabor se asemeja bastante a la variedad con alcohol porque la materia prima de donde parte la producción es la misma”, dijo Zani.
“Por ahí un médico lo puede explicar con mayores detalles y de manera más técnica, pero, por ejemplo, la gente que tiene cirrosis no debería tampoco tomar cervezas sin alcohol, ya que contiene algo de etanol en su composición. Estas precauciones hay que tomarlas”.
—Las góndolas aparecen con cada vez mayor oferta de cervezas sin alcohol, ¿tiene que ver con una cuestión de competencia entre marcas?
—Sí, la oferta es más importante por esa competencia y por una mayor demanda de este tipo de bebidas.
“Si nos remontamos años atrás había una, o dos, marcas de cerveza sin alcohol y prácticamente estaban en pocos comercios porque al final no las vendías y se vencían. Hoy eso no sucede porque la demanda ha crecido mucho.
“Incluso, hasta las cervecerías artesanales están sumando cerveza sin alcohol”.
—La mayoría son rubias, pero ¿existen otras variedades?
—Sí. No hay de un solo gusto, sino lo que se hace es extraerle el alcohol que se produce en la fermentación y en realidad es como una especie de segunda cocción.
“Por eso hay que tener cuidado y ser muy preciso en el proceso. Por ahí a las cervecerías chicas se les complica más, pero las fábricas, que tienen control de temperatura y alta tecnología que les permite seguir esa fermentación, hacen que la puedan interrumpir y que se produzca menos alcohol, o generar esta destilación para hacer el proceso desalcoholización para menos graduación alcohólica.
“Así, hay marcas comerciales de cervezas negras sin alcohol, así como han aparecido en variedades como rojas e IPA. De continuar la tendencia de mayor demanda aparecerán otras variedades de sabores o de estilos. Esto es lo innovador también”.
Un panorama diferente en los vinos
—¿Cuál es tu opinión respecto de los vinos sin alcohol?
—Ahí tenemos mayores detractores y el caso no es similar a lo que sucede, por ejemplo, con la cerveza.
“De por sí, la cerveza es una bebida con menor graduación. En promedio rondan entre los 5 y 6 grados de alcohol, cuando los vinos están entre los 13 y 15 grados. Con respecto a los vinos tenemos ese tema, ya que al no haber mayor graduación alcohólica, voy a tener más acidez y ahí el sabor va a cambiar. Lo voy a sentir muy distinto al vino con baja graduación que al vino con alcohol pleno.
“También voy a tener un tema de la guarda de los vinos. Es decir, cualquier vino que sea sin alcohol va a ser para consumo en poco tiempo, ya que no lo voy a poder tener como lo hago con uno de alta graduación por 10, 12 años o 20 años.
—¿Influye también la cuestión de los aromas?
—Sí. Son muy importantes en los vinos que se producen en la parte de la fermentación y que se pierden con la desalcoholización. Más allá de esta complejidad, igualmente hay una tendencia a bajar la graduación alcohólica y se está produciendo en consecuencia.
“No estamos llegando a los vinos con cero alcohol, pero sí con baja graduación y el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), que es el ente que regula la producción del vino, en 2024 aprobó la técnica de desalcoholización para que las bodegas lo puedan utilizar”.