"Amo a la Argentina": Trump protagonista del sorteo del Mundial, mensaje a Messi y elogios a Milei
Arropado por el presidente de la FIFA, Gianni Fantino, el jefe de la Casa Blanca acaparó las miradas en el Kennedy Center.
Donald Trump está acostumbrado a ser el centro de atención en cada evento del que participa. Y esta vez, en un ámbito como el fútbol que le resulta ajeno, no fue la excepción.
Arropado en todo momento por el presidente de la FIFA, su “amigo” Gianni Infantino, el líder republicano –el anfitrión político del evento– acaparó los flashes desde su llegada a la alfombra roja para el show montado en el Kennedy Center hasta los instantes previos del momento que todos esperaban: la definición de los grupos del Mundial 2026.
Del “amor” por la Argentina a los renovados elogios a su aliado Javier Milei; de la gambeta a definir su preferencia por Lionel Messi o Cristiano Ronaldo al premio por la paz a medida que creó la FIFA; del encuentro distendido en el escenario con los mandatarios de México y Canadá –coanfitriones de Estados Unidos para la Copa del Mundo– a reuniones con el comercio y la migración como ejes.
¿El cierre? Al ritmo de Village People y el “himno” adoptado por Trump: “Y.M.C.A.”. Mucho de lo que pasó en el Kennedy Center giró en torno a la órbita Trump.
“Amo a la Argentina y tu presidente está haciendo un muy buen trabajo: Milei, sabés eso, ¿no? Hace a la Argentina grande otra vez, es MAGA", respondió Trump en la alfombra roja ante la consulta de la periodista Sofía Martínez, adaptando su habitual eslogan que aplica a Estados Unidos (Make America Great Again).
“Messi es genial, y (Cristiano) Ronaldo es genial. Lo conocí el otro día en la Casa Blanca y fue fantástico“, describió el presidente.
Luego, entre risas, Trump gambeteó la pregunta sobre si, entonces, prefería a la selección de la Argentina o de Portugal.
“Estados Unidos va a hacerlo bien”, auguró, y siguió sus pasos, siempre pegado a Infantino.
Después del líder de la FIFA –que en todo momento demostró sus extrovertidos dotes de maestro de ceremonias–, el primer gran protagonista en pisar el escenario central del Kennedy Center fue Trump. Minutos antes había bajado del palco presidencial, donde lo acompañaba su esposa y primera dama, Melania Trump.
“Esto es lo que queremos de un líder”, lo endulzó Infantino, al presentarlo como el ganador del Premio FIFA de la Paz.
“Definitivamente usted se lo merece”, completó.
Un video previo había hecho un repaso de los logros diplomáticos que Trump presume para terminar con ocho conflictos internacionales, entre ellos la guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamas en la Franja de Gaza.
“Este es realmente uno de los mayores honores de mi vida. Y más allá de los premios, Gianni y yo hablábamos de esto. Salvamos millones y millones de vidas”, dijo Trump, en devolución de gentilezas. “Lo conozco (a Infantino) desde hace mucho tiempo. Ha hecho un trabajo increíble”, añadió.
También le dedicó un agradecimiento a Melania.
Su premiación fue “en reconocimiento a sus acciones excepcionales y extraordinarias para promover la paz y la unidad en todo el mundo”, leyó Infantino. Un bálsamo para el magnate, quien aspiró a ganar el Nobel de la Paz este año –le fue esquivo, y la premiada fue la líder opositora venezolana María Corina Machado–.
El mandatario recibió el certificado del premio de la FIFA, la medalla –que se colgó– y un pomposo trofeo dorado con su nombre en la base: Donald J. Trump.
Curiosamente, el presidente norteamericano no lo alzó; ni siquiera lo tocó. Distinta había sido su actitud con el trofeo de la Copa del Mundo, cuando Infantino se lo llevó hasta el Salón Oval de la Casa Blanca.
“Es una hermosa pieza de oro, diría yo. ¿Me lo puedo quedar? Creo que lo que voy a hacer es colocarlo justo encima del ángel, ahí mismo", bromeó en ese momento, el 25 de agosto pasado.
En medio de las tensiones comerciales y migratorias con México y Canadá, el sorteo asomaba como un escenario ideal para rebajar tensiones. Trump fue consultado en la alfombra roja sobre sus encuentros con el primer ministro Mark Carney y la presidenta Claudia Sheinbaum, quien confirmó sobre la hora su asistencia al evento de la FIFA.
Trump, en tono serio, señaló que discutirían sobre inmigración y comercio, dos de los temas más candentes en la agenda de Washington con sus dos vecinos.
Más tarde llegaría el momento de distensión, con Infantino como moderador. Trump, Sheinbaum y Carney tomaron el escenario y simularon un sorteo: cada uno sacó bolas del bolillero con los nombres de sus respectivos países. “Esto es shocking”, calificó Trump.
Luego Infantino se tomó una selfie con los tres líderes. Las risas y aplausos fueron generalizados, una buena jugada de la FIFA para acercar posturas y limar rispideces entre los tres países que tienen que llevar adelante la organización del Mundial.
Para la mandataria mexicana fue el primer cara a cara con Trump, un momentum político significativo del evento. Ambos estuvieron sentados muy cerca en el palco presidencial, allí donde finalmente no estuvo Milei tras cancelar su viaje a Washington en medio de la pulseada del Gobierno con la AFA, que conduce Claudio Tapia.
Trump –que se quedó a presenciar todo el sorteo– tampoco escapó a la consulta sobre si aún evaluaba la posibilidad de retirar a ciudades norteamericanas con alcaldes demócratas como sedes del Mundial si las considerara inseguras para el evento.
“No quiero hacer eso, pero si tienen un problema, nos haremos cargo de ese problema”, advirtió.
Si el inicio del show fue con guiño a Trump -el tenor italiano Andrea Bocelli cantó “Nessun Dorma”, una de las canciones favoritas del magnate- el cierre, a cargo de Village People, fue también a la medida del presidente: la icónica banda pop tocó el “himno” adoptado por el presidente norteamericano que suena en muchas de sus apariciones y que suele bailar con su paso inconfundible: “Y.M.C.A.”. (Fuente: La Nación).