Horacio Lavandera: “El piano puede ser un puente para hermanar a los seres humanos”
El virtuoso pianista argentino vuelve a Bahía Blanca el 19 de noviembre para ofrecer un concierto único en la Biblioteca Rivadavia, con obras de Beethoven, Mahler y propias.
El pianista Horacio Lavandera, uno de los músicos argentinos más reconocidos en el mundo, se presentará el miércoles 19 de noviembre a las 20 en la Biblioteca Rivadavia (Colón 31). El concierto incluirá un programa de enorme riqueza y sensibilidad, con obras de Beethoven, Gustav Mahler y una sonata propia dedicada a Gustavo Cerati, reflejo de su permanente diálogo entre lo clásico y lo contemporáneo.
A los 10 años, Lavandera pasaba horas frente al piano después del colegio, sin imaginar que con el tiempo sería considerado uno de los cinco pianistas más importantes del mundo. “Nunca soñé con estar en un ranking. Estudié con humildad y dedicación”, recuerda. Su carrera comenzó temprano: a los 13 decidió dedicarse por completo a la música y, a los 16, ganó el III Concorso Umberto Micheli en el Teatro Alla Scala de Milán, con un jurado encabezado por Maurizio Pollini y Luciano Berio. Poco después, el compositor Karlheinz Stockhausen lo eligió entre los mejores pianistas para interpretar su obra.
Va a ser un placer enorme reencontrarme con el público de Bahía Blanca con este programa tan novedoso”, anticipa Lavandera.
En los últimos años, Lavandera incorporó nuevos desafíos a su repertorio. Luego de una gira por Estados Unidos en la que interpretó jazz, se animó al rock y creó una Suite inspirada en The Beatles, con un movimiento dedicado a cada uno de sus miembros. “Mi enfoque partió desde la música renacentista y barroca inglesa; quise conectar esa tradición con la de los Beatles”, explica. “Llevo más de una docena de conciertos con este repertorio, y la recepción del público y de la crítica fue maravillosa.”
Su relación con los Beatles es casi personal: “Conozco su música desde que nací. Mi padre decidió ser baterista por Ringo Starr y tenía toda su discografía.” De hecho, su canción favorita, While My Guitar Gently Weeps, fue la puerta de entrada a este nuevo proyecto. “En cada concierto hay una anécdota, pero recuerdo especialmente el público de Buenos Aires, que se animó a acompañar con murmullos Imagine o Yesterday durante una interpretación instrumental. Fue hermoso.”
A la hora de hablar de sus influencias, Lavandera destaca primero a su padre, “de una intuición y exigencia excepcionales”, y a sus maestros Marta Fregido y Antonio De Raco, ambos discípulos de Vicente Scaramuzza. También reconoce la impronta de Pollini, José María Colom e Iván Citera. “El camino del artista es complejo, con más puntos bajos que altos. Por eso, nunca pensé en la cima, sino en el equilibrio”, confiesa.
Recuerdo que La Nueva Provincia tituló la crítica ‘El ángel de la música’. Más tarde volví para tocar el Concierto N.º 21 de Mozart junto a la Orquesta Sinfónica Provincial. Siempre tuve un vínculo muy afectivo con el público bahiense.”
Su visión del piano trasciende el virtuosismo. “La edad de oro del piano fue entre fines del siglo XIX y comienzos del XX. Ojalá vuelva a estar entre las aspiraciones de todos, como lo era antes. En aquellos tiempos tener un piano era como tener hoy el último iPhone. El piano tiene 600 años de historia y puede seguir conectando culturas y generaciones. Es un instrumento que hermana a las personas.”
A lo largo de su carrera, Lavandera se presentó en escenarios emblemáticos como el Carnegie Hall de Nueva York, la Berlin Philharmonie, el Teatro Real de Madrid y el Palau de la Música de Barcelona. Sin embargo, uno de los recuerdos más emotivos de su vida artística lo vincula con Bahía Blanca. “Tocaba aquí por primera vez con 15 años, después de ganar un concurso de Shell y Festivales Musicales. Fue en el Teatro Municipal, con obras de Beethoven, Chopin y Ginastera. Recuerdo que La Nueva Provincia tituló la crítica ‘El ángel de la música’. Más tarde volví para tocar el Concierto N.º 21 de Mozart junto a la Orquesta Sinfónica Provincial. Siempre tuve un vínculo muy afectivo con el público bahiense.”
El programa que presentará el 19 de noviembre promete ser tan exigente como conmovedor. Interpretará las 33 Variaciones sobre un vals de Diabelli de Ludwig van Beethoven, su última gran obra para piano, escrita cuando el compositor ya estaba completamente sordo. “Es una pieza de un virtuosismo extremo, tanto físico como intelectual”, afirma Lavandera.
La segunda parte incluirá transcripciones de Gustav Mahler sobre extractos de sus sinfonías, grabadas por el propio compositor en rollos de pianola en 1905. “Según Paul McCartney, Mahler era uno de los músicos preferidos de John Lennon, y me pareció un hermoso puente entre épocas.” El cierre será con una Sonata dedicada a Gustavo Cerati, un homenaje al legado de Soda Stereo y a su influencia musical.
“Va a ser un placer enorme reencontrarme con el público de Bahía Blanca con este programa tan novedoso”, anticipa Lavandera. “Cada vez que vuelvo, siento la misma emoción que aquel chico de 15 años que soñaba con un piano, sin imaginar adónde lo llevaría.”