Es ídolo en Estudiantes, jugó en Olimpo, vive en EE.UU. y tiene una ONG que ayuda a los futbolistas
Pablo Lugüercio se retiró en 2019, escribió un libro sobre educación y deporte y creó su propio canal de streaming en la ciudad norteamericana de Atlanta. En el aurinegro jugó en la temporada 2013-2014.
En el fútbol argentino no es fácil dejar un recuerdo feliz en
clubes que, por lo general, suelen competir en los mismos torneos o entre sus hinchas existe una cierta pica emparentada con una historia del pasado o una grieta del presente.
Sin embargo, Pablo Lugüercio rompe cualquier molde: salió campeón con la camiseta de Estudiantes de La Plata y también logró resaltar en un Racing en pleno proceso de reconstrucción tras salvarse del descenso a mediados de 2008.
En la temporada 2013-2014 logró permanecer en Primera con aquel Olimpo que orientaba Walter Perazzo (sostuvo 28 encuentros y marcó un gol) y después siempre se mantuvo en el máximo nivel nacional: jugó en Aldosivi y se retiró en el Pincha en 2019.
No caben dudas de que el “Payasito” se ganó un lugar en la memoria de los hinchas que se criaron con sus goles y nunca se desvinculó completamente de la pelota. Ahora, lidera un canal de streaming de habla hispana en Estados Unidos dedicado al deporte y brinda ayuda a futbolistas a través de un proyecto personal.
El delantero de 43 años nació en La Plata e hizo las Inferiores en Estduiantes. Debutó en 2001, pero recién obtuvo terreno en 2006, luego de pasar a préstamo a Defensa y Justicia y Universidad San Martín de Porres de Perú.
En el primer semestre estuvo Jorge Burruchaga en el banco de los suplentes y el León terminó 11° con 24 puntos, a 19 del Boca campeón de Alfio Basile. No obstante, en el segundo llegó a la dirección técnica Diego Simeone y Estudiantes levantó el nivel. El único gol que anotó el Pablo en el Apertura fue en uno de los partidos más importantes de la historia pincharrata: señaló el sexto de la goleada por 7-0 contra el Lobo, en la undécima fecha del campeonato, en el estadio Único de La Plata.
Y luego salió de titular en la apoteótica final que el equipo del Cholo le ganó a Boca en la cancha de Vélez, con tantos de José Sosa y Mariano Pavone. Lugüercio ya había puesto su nombre en el póster del campeón.
Más de 130 partidos y 19 goles computó con la camiseta roja y blanca. En 2008 lo compró Racing, que venía de batir a Belgrano en la Promoción y necesitaba volver a sumar puntos de forma urgente. Si bien le fue mal en el Apertura (14°), la Academia salió quinto en el Clausura 2009 y finalizó a 10 del Fortín de Ricardo Gareca. Sirvió para tomar más oxígeno. Y, además, Lugüercio anotó dos tantos, frente a Lanús y River.
En 2012 emigró a Barcelona de Ecuador. Esa fue su segunda y última travesía en el exterior. Firmó una cesión en Arsenal --llegó a conquistar la Copa Argentina y la Supercopa local—y luego aterrizó en Olimpo, donde se lo recuerda por su entrega y convincentes actuaciones en el estadio Carminatti.
Tras ir a Aldosivi, a la carrera de Lugüercio le faltaba una última vuelta a Estudiantes. En abril de 2019, antes de enfrentar a San Martín de Tucumán, el Payasito recibió un sentido homenaje, que incluyó un saludo de su excompañero Juan Sebastián Verón a la distancia y banderines en el córner con la frase "Gracias, Pablo", y ahí si se despidió de la actividad profesional en La Plata.
¿Qué hizo después del retiro? Primero, fue asesor deportivo del Pincha, cuando Leandro Desábato comandaba el cuerpo técnico. En paralelo, llevó a cabo, junto al trabajador social Raúl Salas, el proyecto Wake Up Global Academy, destinado a ayudar a jugadores a lidiar con "todas las problemáticas que existen dentro del fútbol" y transformarlas en "experiencias positivas". Además, abrió la ONG Education&Sports.
"Los futbolistas estamos en un contexto en el que día a día tenés que demostrar y rendir al máximo. Eso te lleva a tener desgaste, presión y a veces también nos olvidamos que somos personas y tenemos problemas. Creo que esa tensión durante mucho tiempo desencadena un estrés y puede guiarte a un camino como el que tomé yo que me hizo aislarme. Estuve seis meses sin salir de mi casa -mientras jugaba en Racing- hasta que pude apoyarme en profesionales y recuperarme”, reflexionaba.
Además de brindar charlas en distintas empresas o convenciones, Lugüercio escribió el libro “Herramientas para desarrollarte en el deporte” y trabaja en la filial que Estudiantes erigió en Atlanta, Estados Unidos, donde reside actualmente. En sus tiempos libres disfruta de la música -sabe tocar instrumentos- y también se dedica a manejar su propio canal de streaming de habla hispana sobre deporte y educación, llamado Pimba, en Georgia.
"Es una temática con la que me involucré hace unos cinco años, es algo que me gusta y siempre estoy con proyectos en base a esto... La idea es acercar ese tipo de información y que se promuevan estas cosas", concluyó.