Bahía Blanca | Sabado, 28 de junio

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El cambio de Sebastián Acosta: “Hoy siento que me estoy encontrando con la profesión”

Dejó Villa Mitre, que atraviesa un gran momento, para volver a Pueyrredón. Su explicación y, a punto de cumplir 43 años, cómo se proyecta.

Sebastián Acosta. Fotos: archivo-La Nueva.

 

Twitter: @rodriguezefe

Instagram: ferodriguez_

 

Las vueltas de la vida vuelven a poner a Sebastián Acosta en el mismo lugar de donde se alejó físicamente, aunque siempre mantuvo su corazón.

Hoy, a los 42 años (el lunes cumplirá 43) es el mismo pero distinto al que fue y vino de Pueyrredón en otras oportunidades.

El jugador que le dio paso al entrenador, esa vocación que definitivamente confirmó estando cerca de -hoy- su colega Jose Pisani.

“Él entrenaba distinto en Pueyrredón, era más moderno, de defender, correr, como me gusta a mí, y en ese tiempo se me terminó de despertar la vocación”, recuerda.

Su recorrido como jugador marcó su primera salida de Pueyrredón a Estudiantes (99-2000) como juvenil de Liga, regresó tras esa experiencia, y a los 26 años se vinculó a Villa Mitre.

En medio jugó el TNA (ahora Liga Argentina) en Monte Basket.

Después volvió a Villa Mitre hasta 2013 para, más tarde, regresar nuevamente a Pueyrredón.

“Al año siguiente, cuando me iba a retirar, me llamó Ariel Ugolini y jugué hasta 2015”, contó.

Como jugador fue campeón de Primera en 2008, 2009, 2012 y 2015. En medio tuvo que tomar una decisión.

“Dejé de dirigir en Villa Mitre porque era tal la exigencia que tenía como jugador, que no podía abocarme a pleno como entrenador. De hecho -aseguró- después me retiré para ser entrenador. Ahí ya me encantaba”.

Su primer acuerdo con el tricolor fue mediante el clásico combo jugador-entrenador. Por entonces, lejos de imaginar que llegaría a dirigir al campeón de Primera 2023-24.

"Agarré el pleno crecimiento de Villa Mitre y se volvió muy popular el básquet en el club. El 2008 era medio delicado el club, diferente a lo que es ahora -comparó-, entonces te demandaba mucho, por eso decidí dejar de dirigir y focalizarme de lleno cuando me retirara".

-¿Lograste vaciarte como jugador?

-Me pasa algo raro: nunca llegué a extrañar al jugador. En 2014 yo me iba a retirar, pero fue cuando se pelearon las hinchadas con Liniers y me había quedado la espina de retirarme campeón. A esa altura, ya ni tiraba al aro. Era más hablar con Ariel Ugolini, ser como el entrenador dentro de la cancha.

-Muchos años compartiste con él.

-Sí, inclusive cuando agarré cadetes y juveniles articulaba con él, que estaba en el Federal. En Villa Mitre tuve mucha suerte, no me puedo quejar de nada. Junto al grupo de trabajo que conformamos con Marce Berdini, vivimos la transformación del básquet formativo de Villa Mitre.

-¿Esa transformación que comenzó entonces Villa Mitre es la que hoy, varios años después, por la exigencia y el crecimiento te llevó a dar un paso al costado en busca de otros objetivos?

-Al contrario, era lo que me hacía dudar de dar el paso al costado, porque la realidad es que luchamos mucho para que Villa Mitre tenga este presente. Hace tiempo que en las formativas logramos estar entre los mejores clubes de Bahía. En la Copa Ferrandi estamos entre los cuatro, con el objetivo de poder ganarla en algún momento, sumado a que hemos proyectado chicos para la Liga Argentina. Hay mucho para trabajar y es el lugar para trabajar de esa manera, porque hoy te acompaña la infraestructura del club.

-¿Y entonces?

-Lo que pasa que yo sentía un desgaste, porque todo eso me llevó tiempo y energía... También me estoy preparando mucho para la gestión deportiva y Villa Mitre es ideal para eso. Pero no quiero dirigir mayores, de hecho me llegaron propuestas de Primera y Segunda e, inclusive, fui parte del proyecto de los dirigentes, a quienes les agradezco, para en algún momento ser el entrenador de la Liga Argentina. Hoy dirigir mayores no me llena, disfruto mucho el tema de la evolución del jugador en las formativas.

-¿Disfrutás la evolución del jugador o sufrís la exigencia de los resultados inmediatos en mayores?

-Capaz... No sé, la realidad es que cuando dirigís formativas y Primera, el fusible es la Primera.

-Y la exposición mayor.

-Exactamente. Entonces, a veces es complejo llevar adelante proyectos. De todos modos, no puedo quejarme de Villa Mitre, porque se me respetó. Pero me pasó de querer tomar el desafío de desarrollar en otro lugar todo lo aprendido. Realmente me motivaba. Eso, sumado al desgaste. A mitad de año comuniqué que no quería seguir con la Primera, como coordinador, pude llevar a Emi Menéndez, ganamos el torneo de Primera y contra Olimpo, entonces, fueron un montón de cosas. Hay mucho por hacer y entiendo que me voy en el mejor momento de Villa Mitre. Pero bueno, me quedan vínculos y voy a seguir capacitándome en el club.

-De Villa Mitre tendrás cantidad de imágenes guardadas de diferentes momentos, ¿con Pueyrredón te imaginás alguna?

-Sí. Lo que nosotros logramos en las formativas como jugadores.

-Te referís a mediados de los 90, con una camada que reavivó a Pueyrredón.

-Claro, un club de barrio compitiendo y ganando campeonatos de formativas. Por eso, tuve mucha suerte de participar en dos etapas de transformación en Pueyrredón y Villa Mitre.

-¿En qué considerás que fuiste importante en ambos casos?

-En formar buenos grupos de trabajo. Me identifico mucho con eso. En Villa Mitre, te hablo como entrenador, todos apuntábamos a lo mismo, desde dirigentes hasta entrenadores. Para mí es la receta que más te acerca al objetivo, y que no siempre es salir campeón. Y en el caso de Pueyrredón, está creciendo un montón, tienen muy buenas ideas y quieren ir para ese lado. Entonces, pasa por lo mismo, poder trabajar en conjunto. Eso me motiva un montón. Lo que más me movió fue empezar de cero algo y ver hasta dónde podemos llegar.

-¿Es difícil sostener proyectos cuando el contexto exige resultados inmediatos como en el caso de Villa Mitre?

-Es una presión constante, porque Villa Mitre hoy tiene que apuntar a eso. Cuando jugamos con los chicos por la permanencia en Primera, el balance fue positivo, porque esa situación forjó a muchos jugadores, como Nacho Alem que hoy domina la Primera local y juega en Liga Argentina; Manu Iglesias, el mismo Fausto Depaoli o Alejo Blanco, pero tuvieron que pasar por esa situación. Obviamente ese momento en Villa Mitre lo sufrí, porque el club hoy no está preparado para eso, elevó la vara. El básquet de Bahía te exige, no es como en cualquier otro lado. Por eso en Villa Mitre la presión es constante, y está muy bien que así sea. Eso también genera un desgaste. Hoy siento que me estoy encontrando con la profesión, porque voy a dirigir U13 y Minibásquet. Vuelvo a las bases. Buscaba un poco eso, el reencontrarme con la profesión.

-¿La urgencia de resultados inmediatos a veces lleva al entrenador a mentirse cuando el objetivo pasa por desarrollar al jugador?

-A nosotros no nos sucedió en Villa Mitre, porque los dirigentes jamás nos presionaron por conseguir resultados en formativas. Lo que nos pasó fue que los resultados fueron de la mano con la calidad de los jugadores que teníamos, porque con los propios, más uno o dos reclutados, ya podías estar arriba. Pero nunca perdimos el foco. Siempre hablamos de entrenar no para la categoría que están jugando, sino para la próxima. Logramos una metodología de trabajo donde todos hablan el mismo idioma, desde U13 hasta Liga Argentina. Por ejemplo, algunas jugadas se llaman igual, lo mismo que las reglas defensivas, entonces, ayuda trabajar de esta manera. Sí se entrena mucho más, incluyendo gimnasio obligatorio, nutricionista y un montón de cosas que a la larga creo que dan resultado, insisto, sin tener que ser siempre campeón. Creo que es profesionalizar un poco las categorías formativas, algo que lo están haciendo varios clubes en Bahía. Y no lleva tanto recurso como se piensa. Es más orden que otra cosa.

-Y hábito.

-Eso. Una vez que lo generás, los mismos chicos te ayudan a educar a los de abajo. Es un poco lo que vamos a buscar en Pueyrredón.

-Donde vas como coordinador también, ¿no?

-Voy a coordinar desde Minibásquet hasta U19, además de dirigir U11 y U13. Es una idea a largo plazo, con un acuerdo de palabra de tres años. 

-¿Continuás con tu emprendimiento particular o te vas a dedicar exclusivamente al básquet?

-Estaba con la cervecería y lo dejé, me quedé con el básquet. El no seguir en Villa Mitre, también es parte de poder empezar a estudiar y capacitarme en el tema de gestión deportiva.

-¿Te parece que de alguna manera es lo que se viene?

-Creo que ya está. Falta que cada uno tome la decisión de dar el paso al frente. Para mí hoy el deporte es por ahí. Hace tiempo vengo mirando mi profesión para ese lado, me gusta mucho, y en poco tiempo más creo que los clubes de Bahía van a ir por ahí. Entiendo que es el camino correcto. Hoy el dirigente no puede hacer todo.

-Por ahora seguís en Bahía. ¿A futuro?

-Por ahora sí, tengo familia también y es un poco lo que me mantiene. Igual, recién arranco y me queda mucho por aprender. De todos modos, Bahía es muy rico deportivamente y a veces no nos damos cuenta. Acá hay muchas oportunidades, no siempre es necesario irse. Se vive el deporte de manera particular.

El mismo Sebastián Acosta, pero distinto, cambió la pasión por Villa Mitre para reencontrarse con su primer amor...