Bahía Blanca | Jueves, 31 de julio

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Adolescentes: los riesgos del entorno digital obligan a no bajar la guardia

La Fundación Ser y Hacer realiza charlas y talleres sobre temas como sexting, bullying y grooming, entre otros.

Fotos: Archivo LN.
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Audionota: Mariano Muñoz

Gran parte de la vida de los adolescentes transcurre en el ámbito digital, donde juegan, se divierten y socializan.

Como en cualquier orden de la vida existe un lado positivo y otro negativo, por eso la obligación de los adultos es protegerlos y brindarles la información necesaria para que reconozcan los peligros.

Allí radica la importancia de las actividades que desde hace casi una década lleva adelante la Fundación Ser y Hacer, brindando charlas para niños, niñas y adolescentes.

Sexting, bullying, ciberbullying, grooming y apuestas online son algunas de las temáticas que profundizan en estos encuentros.

Pero no solo trabajan con los denominados “nativos digitales”, sino que la acción también alcanza a padres y docentes.

“Son las tres patas fundamentales para hablar de todo lo que es tecnología. Se complementan y es necesario que manejen todas la misma información”, menciona Romina Cavallo, integrante de la organización.

“Es importante trabajar con todas las partes involucradas, brindando herramientas para que ellos (por los menores) decidan bien o busquen ayuda ante una cuestión particular”, agrega Lucas Rincón, quien también forma parte de la entidad.

Pensar y luego actuar

Días atrás trascendió el caso de una adolescente de 15 años del Gran Buenos Aires que decidió quitarse la vida luego de que un compañero de colegio viralizara un video manteniendo relaciones sexuales.

Cavallo agrega que utilizan estas situaciones reales como disparadoras de preguntas y debates.

“Resulta más efectivo que hablar desde lo teórico. Planteamos el caso y hacemos un ejercicio donde tienen que pensar cómo se siente ese chico, por qué piensan que no analizó las consecuencias, qué piensan que tendría que haber hecho la escuela o cómo les gustaría que reaccionen sus padres si se enteraran que se viralizó un contenido de estas características”.

Refiere que muchas veces adolescentes de entre 15 y 16 años les manifiestan que han enviado fotos, admitiendo que desconocen qué se hizo con ese material o la posibilidad de que sea compartido. 

“El Sexting es el envío de material con tono sexual, sensual o erótico voluntario y consensuado entre pares por medios tecnológicos. Es una práctica que se potenció en la pandemia”, aclara.

Manifiesta además que “no hay que tomar decisiones apresuradas. Hay que medir las consecuencias. Siempre aconsejamos que piensen 5 segundos antes de publicar algo o dar información si eso nos va a perjudicar a nosotros o a otras personas”.

Rincón expresa que “los chicos saben los riesgos, porque vamos y ellos te dicen que existe la posibilidad de que se viralice o de la extorsión. Se charla sobre estos casos para decirles que esto les puede pasar a ellos, a nosotros, a cualquiera. Pretendemos llegar desde el lado de la reflexión”.

“Con el adulto trabajamos desde el punto de saber si mi hijo tiene la confianza para venirme a hablar de una situación de esas o cómo reaccionamos en una situación de este tipo”, sigue diciendo.

Agrega que es importante este tipo de actividades en sitios como establecimientos educativos, clubes o grupos de jóvenes, entre otros lugares.

También destacan los encuentros que mantienen con coordinadores de empresas de viajes de egresados.

Acceso y recursos

Un tema recurrente es acerca de la edad ideal para poner en manos de un menor un teléfono celular.

“El control parental está perfecto cuando una familia le da un aparato a un chico con 8 o 9 años. En las escuelas levantan la mano que a esa edad tienen teléfonos y redes sociales, entonces es importante para ver dónde acceden o el tiempo de uso, pero eso tiene que estar acompañado todo el tiempo de conversación y diálogo. Hay que darle recursos para actuar ante una situación de que alguien le pregunte por él o por su vida y que sepa cómo actuar”, indica Cavallo.

Ambos advierten las complicaciones para poner límites en este sentido, pero también consideran que es importante el ejemplo de los mayores sobre el buen uso de la tecnología.

“Cuando preguntan sobre el momento oportuno para dar un celular ponemos el ejemplo de cuando le enseñamos a nuestros hijos a andar en bicicleta. Lo vamos a soltar para que ande solo cuando nosotros nos sentimos seguros de hacerlo y sabemos que no se van a caer. Con la tecnología los soltamos y, por más que sabe mucho, hay cosas que desconocen”, describe Romina.

“El celular no tiene que ser un regalo como un juguete, una pelota o una muñeca, porque es una herramienta. Es una decisión que se toma en familia, con un voto de confianza e información para que sepa los peligros”, añade.

Lucas refiere por su parte que “a un chico no le das en la primera comida con un cuchillo y tenedor, sino que le das una cuchara y a medida que va adquiriendo habilidades o motricidad fina, y entiende que se puede lastimar, le das por fin el cuchillo. Con la tecnología tendría que ser lo mismo, pero no ocurre”.

Las apuestas

Una encuesta realizada por Unicef Argentina y la organización Bienestar Digital determinó que 8 de cada 10 adolescentes y jóvenes accedieron o conocen a alguien que haya realizado apuestas digitales.

“Es un fenómeno muy grande. Algunos docentes, por ejemplo, nos decían que estaban dando clase y escuchaban gritos de alumnos porque ganaron o perdieron”, afirma Cavallo.

Destaca que “siempre hablamos del uso, el abuso y la adicción”.

En este aspecto, reitera la importancia del ejemplo de los mayores y de no incentivar estas actividades.

“Es un combo explosivo, tenés bancarización a partir de los 13 años por lo que manejan dinero digital, acceso a internet 24x7 y la falta de acompañamiento”, cierra Rincón.

"Escuela en Paz"

Firma. La Municipalidad presentó recientemente el programa Escuela en Paz. La iniciativa tiene como principal objetivo el abordaje y prevención de violencias en entornos digitales. Asimismo pretende promocionar la buena convivencia y vínculos respetuosos y de mediación escolar.

Participación. El proyecto es articulado con la ONG Ser y Hacer, la Jefatura Distrital de Educación y cuenta con la valiosa participación de Mónica Cid, mamá de Micaela Ortega. 

Valioso aporte. Durante la presentación el intendente Federico Susbielles remarcó que este programa es “producto de un trabajo articulado, con el fin de tener escuelas en paz, una ciudad que viva en armonía y proteger a los chicos”.