Buscan poner en funciones el histórico muelle de Elevadores
En breve se licitará una primera etapa del proyecto, la cual se desarrollará en el área anterior al muelle.
A cinco años de la recepción del anteproyecto para la recuperación y refuncionalización del conocido como muelle de los elevadores de Ingeniero White, el Consorcio de Gestión del puerto de Bahía Blanca (CGPBB) convocará a licitación para la realización de la primera parte de la obra.
Así lo confirmó el titular del CGPBB, Santiago Mandolesi Burgos.
“Vamos a concretar la parte del proyecto que va sobre tierra. Sobre el muelle no podemos todavía intervenir porque un estudio que pedimos para verificar su estructura constató que hay partes que no están en condiciones de soportar la obra. Así que esa parte está suspendida hasta que podamos mejorarla”.
En términos similares se manifestó el arquitecto José María Zingoni, contratado por el CGPBB para supervisar todo el proceso.
“Luego del informe estructural se adecuó un poco el proyecto, de modo que tenga menor impacto sobre el muelle, pero sigue en marcha. Por ahora trabajamos con el entorno de la ex usina. Apenas cumplamos con los pasos administrativos se licitará una primera etapa”.
El proyecto en cuestión es el resultado de un concurso nacional realizado en 2018, cuyo primer premio correspondió a la propuesta del estudio que integran los arquitectos Fabián de la Fuente, Enrique García Espil y Sebastián Cerri.
Pese al tiempo transcurrido no ha habido indicios de un inicio de los trabajos. Ahora las autoridades del CGPBB confirmaron a La Nueva. que “en breve” se licitará una primera etapa del proyecto, la cual se desarrollará en el área anterior al muelle.
Sobre las adecuaciones necesarias para intervenir sobre el muelle propiamente dicho, un estudio realizado por el ingeniero Horacio Varela sobre la estructura de hierro montada por los ingleses en 1905 detectó varias deficiencias, consecuencia de la falta de mantenimiento, el paso del tiempo y la exposición al ambiente marino.
El muelle está a seis metros sobre el nivel del mar, originalmente cubierto con durmientes de quebracho que servían de apoyo a las vías ferroviarias. Su estructura está conformada por vigas apoyadas en pilotes metálicos y grandes cilindros de fundación.
El resto de la superficie se encuentra parcialmente cubierta por una losa de hormigón armado apoyada sobre los durmientes.
“Se observa una fuerte corrosión en gran porcentaje de las piezas, sobre todo en la zona sometida a humidificación y secado y en el perímetro, las que presentan un importante grado de deterioro y faltante de material”, indica el estudio.
De acuerdo al destino que se le pretende dar al muelle, resulta necesario su acondicionamiento.
Si se respeta la propuesta ganadora, las reparaciones implicarían el reemplazo de al menos 45 pilotes y 90 vigas, una obra onerosa y muy delicada. Si se adecua el proyecto, resulta viable minimizar la intervención estructural.
Hierro y chapa
Los elevadores de White fueron prefabricados de Inglaterra y llegaron al puerto en cientos de cajones para ser montados sobre un muelle construido para contenerlos.
Su cerramiento era de chapa, algunas ciegas, otras con aberturas y su exterior manifestaba su función con mangas metálicas y canaletas de embarque.
Para el alemán Walter Gropius (1883-1969), fundador de la Bauhaus, la mítica escuela de arquitectura, diseño, artesanía y arte de Weimar, Alemania, eran un ejemplo por excelencia del modernismo arquitectónico a partir de su simpleza, desnudez y geometría abstracta.
Los calificó de “denkmäler von adel und kraft” (monumentos nobles y fuertes), la reinterpretación de una grandeza clásica, representativa del zeitgeist o “voluntad de su época”.
Y fue un poco más allá: “Los silos, dijo, casi comparan su poder con los edificios del antiguo Egipto, no solo por su tamaño sino, sobre todo, por sus formas compactas”.
Nada queda hoy de esos elevadores. En 1978, las autoridades portuarias entendieron que el muelle que ocupaban era útil para una ampliación de las instalaciones.
Sin que nadie entendiera su valor cultural, histórico y arquitectónico, fueron desguazados y vendidos como chatarra.