Diario de viaje, día 8: la mitad de los Juegos, entre metros, colectivos, RER y mucha caminata
Sensaciones, experiencias, comentarios y mucho más de lo que implica cubrir los Juegos Olímpicos en el primer mundo.
Periodista. En La Nueva desde 2013. Especializado en el movimiento olímpico. Asistió a los Juegos Olímpicos de Río 2016, a los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, a los Juegos Suramericanos de la Juventud Rosario 2022, a los Juegos Suramericanos Asunción 2022, a los Juegos Panamericanos Santiago 2023 y a los Juegos Olímpicos París 2024, entre otros eventos internacionales.
Por ser prensa acreditada, los periodistas y fotógrafos recibimos, en el mismo momento en que validamos la documentación en el aeropuerto, una tarjeta Navigo que nos permite acceder gratuitamente a todo tipo de transporte público. No tiene límites y vencerá el lunes 12; es decir, el día después de la Ceremonia de Clausura.
De no haber sido así, tengan en cuenta que, por ejemplo, un pase libre para una semana cuesta 78 euros.
En París conviven diferentes tipos de transporte: el metro, los colectivos, el RER y el tranvía son los más populares. Todo se combina con algo de caminata; más, en tiempos de Juegos Olímpicos.
Para hacer un breve repaso, basta con mencionar que las líneas del Metro (subte) son 16 y cuentan con 303 estaciones y 219 kilómetros de vías. Están numeradas del 1 al 14, existiendo dos pequeñas líneas adicionales (3bis y 7bis). La frecuencia de paso varía según el horario y el día de la semana, pero en hora pico pasan cada 2 minutos. Además, se dice que en París no hay ningún punto que esté a más de 500 metros de una estación.
Para moverse por el centro, el metro se combina perfectamente con la RER; es decir, la Red Regional Express según su sigla en francés (Réseau Express Régional).
Los trenes RER son regionales y se combinan con el metro. En general, son más nuevos, espaciosos y de dos pisos. La red tiene cinco líneas, A, B, C, D y E, más de 250 estaciones y casi 600 kilómetros de vías.
Mientras que los colectivos cuentan con más de 60 líneas diurnas y 40 nocturnas. También hay tranvías, pero no los he utilizado hasta el momento y sus trayectos son más cortos.
Todo esto para decir que tenés que estar predispuesto a andar, constantemente. Y en lo personal, para cubrir lo mejor posible cada uno de los eventos, los traslados son frecuentes.
Llegué a París el miércoles 24 de julio, sobre el mediodía. Desde ese momento y hasta ahora, la noche del sábado 3 de agosto, caminé 73 kilómetros y anduve otros 304 en transporte público.
Son simplemente dos números, pero reflejan cuán agitados suelen ser los casi 20 días de competencia. Y aún faltan más.
Generalmente, desde mi alojamiento camino 15 minutos hasta la estación Nanterre-Préfecture. De ahí, tomo la línea A del RER hasta el destino del día: el MPC (centro principal de prensa), por ejemplo, que está a media hora. Roland Garros y el Parque de los Príncipes, con combinación o buses de la organización, están a poco más de una hora hacia el sur. El Stade de France, también, pero al norte.
Siempre recuerdo una frase, devenida en consejo, de Rafael Emilio Santiago. Más o menos, decía así: "Para los Juegos Olímpicos, la acreditación es casi la vida y en segundo lugar, lo más importante es un calzado cómodo porque hay que caminar, mucho".
Este domingo tendrá una nueva aventura. Ya les contaré.
Para seguir compartiendo experiencias, los espero aquí mismo, en las redes de La Nueva., en el streaming de La Nueva Play (lunes a viernes a las 14 de Argentina) y en LU2 con informes diarios.