Bahía Blanca | Domingo, 29 de junio

Bahía Blanca | Domingo, 29 de junio

Bahía Blanca | Domingo, 29 de junio

“En Villa Mitre me contagiaron el sentido de pertenencia y las ganas de ascender”

Gabriel Obredor se aferra a su fe y reconoce que todos los días amanece con la ilusión de ver al tricolor en la Primera Nacional, que llegó al club en busca de ese objetivo y que sus compañeros, con cargadas que a se repiten a diario, lo hacen sentir “raro” por no tomar mate ni café. Una historia muy íntima que el volante chubutense, con pasado en Olimpo, sacó a la luz.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva. y Facebook Gabriel Obredor

Instagram: @sergiopeysse

Twitter: @elpeche1973

(Nota ampliada de la edición impresa)

Sus compañeros tienen razón: “No toma mate ni le gusta el café, no tiene cábalas y en el vestuario jamás se le escucha la voz”, sostienen algunos; “es tan raro que nos da letra y motivos para que lo jodamos todos los santos días”, acusan otros.

Gabriel Nazareno Obredor sonrió y soltó un “son insufribles”, mientras describía como es el ritual de cada mañana, al despertarse y antes del desayuno, que jamás pasa por alto por más apurado que esté: “Le agradezco a Dios (“al Dios cristiano”, aclara) haber elegido a Villa Mitre y ser parte de un plantel cordial y fantástico, que persigue un objetivo claro y tiene una voluntad de hierro”.

“Me cargan porque no tengo equipo de mate, no pongo plata para la yerba y porque a la hora de la merienda elijo un yogurt con cereales o un té antes que el café. Imaginate lo que me dicen; a veces para poder incorporarme a las ruedas de charlas me obligan a tomar, al menos, un mate, es la condición que establecen unos pocos pero que aceptan como normativa todos los demás”, aclara, de movida, este volante de 27 años (nació el 6 de enero de 1997 en Trelew), una de las figuras del tricolor en el clásico (triunfo 1-0) ante Olimpo.

--¿Se puede saber quien te tiene de punto, que compañero te vive tomando para la “chacota”?

--”Balú” (Facundo Tavoliere) es un personaje hermoso, a veces no sé si me habla en serio o lo hace en chiste, se vive c... de risa y suma como loco para el grupo. Vende yerba, pero conmigo va “muerto”, aunque igual le molesta que ni siquiera le pregunte los precios. Además, el kilo está carísimo, no sé de donde la trae, pero debe ser yerba cultivada en tierras de oro; los precios son exorbitantes, de otro planeta te diría... (risas).

--Te metiste en un terreno...

--Sí, lo sé, pero bueno, él tampoco colabora, si tiraría una oferta, por ahí...

--Bueno, pasó una semana del clásico, el primero que jugaste, ¿qué sensación te dejó?

--En el partido anterior se nos habían escapado dos puntos como local ante Santamarina, nos dolió tan fuerte como una derrota, por eso necesitábamos ir a ganar a cancha de Olimpo, para que no se nos escapen los equipos de arriba. La victoria fue un alivio, se consiguió multiplicando esfuerzos y con una entrega grupal al cien por ciento.

“El equipo fue solidario, jugó cuando pudo y metió cuando fue necesario. No sabía que Villa Mitre llevaba 24 años sin ganar en el Carminatti. Entonces salió todo redondo en la semana del centenario, te diría que nos quedamos con un partido de seis puntos”.

--¿Qué tuvo de especial el triunfo teniendo en cuenta que tu primer club en Bahía fue Olimpo?

--Disfruté mucho el festejo interno, con mis compañeros, no me gusta enrostrarle nada a nadie y siempre fui respetuoso con los clubes por donde pasé. Gracias a Olimpo conocí esta ciudad, jugué en Menores de AFA, Liga del Sur y fui citado, con 17 años, a dos pretemporadas con el plantel profesional que en ese momento dirigía Diego Osella.

“La pasé bien, pero hoy me toca defender otra camiseta y el éxito en el clásico me hizo vivir una semana feliz, con muchos llamados y reconocimientos. Ganamos bien, hicimos los méritos y fuimos inteligentes”.

--¿Te fuiste mal de Olimpo?

--No, fui consciente de todo lo que estaba sucediendo en el club. Sabía que no iba a firmar contrato, por eso me fui antes de que me lo comuniquen, cuando todavía me quedaba un año más para jugar en la cuarta división. No acepté que me transfieran a préstamo, pedí quedar en libertad de acción y en Olimpo se portaron muy bien dándome el pase.

“Guardo los mejores recuerdos, los viajes y el hecho de haber jugado varios preliminares con la Reserva de AFA en los estadios más grandes del fútbol argentino”.

“Gabi”, quien ya mandó a Trelew --a la casa de sus padres, Irma y Luis-- la casaca Nº 8 que utilizó en el derby frente al conjunto olimpiense, arrancó corriendo detrás de una pelota en el baby de Oeste Juniors, la canchita emplazada en el barrio donde creció, el 119 Viviendas.

Con edad de Infantiles, fue federado por Gaiman F.C, y a los 13 años superó una prueba para ir a Independiente de Avellaneda, donde jugó dos años en octava y novena.

--¿Por qué no pudiste continuar en el Rojo?

--Vivía en la pensión y un día, antes de ir a entrenar, me informaron que me tenía que ir porque el club me dejaba libre.

--¿Cómo te cayó?

--Como una bomba, pero estuve lejos de bajonearme. Me volví a Trelew y decidí empezar otra vez. Tenía 15 años y estaba todo el día jugando o viendo fútbol, solo necesitaba que me den confianza para lograr una continuidad. Me sumé a Huracán (de su ciudad) y acepté que me cambien de puesto, porque en Independiente, por mi altura (mide 1,93), me estaban poniendo de 9. Me probaron de 2, pero no me gustaba; después de lateral por derecha, pero como escalaba mucho y volvía poco, mi entrenador (Darío Lenar) me ubicó de carrilero, el puesto que más me convence y donde más puedo rendir.

Debutó en la mayor del Globo chubutense en 2013 y un año más tarde arribó a Olimpo, en el que permaneció hasta 2016.

En 2017 regresa a Huracán, el 2018 prefiere no recordarlo por la grave lesión que sufrió (fractura de tibia y peroné), en 2019 se incorporó a Defensores de la Ribera de Rawson para disputar el Regional Amateur, en 2020 defendió los colores de Cruz del Sur de Bariloche en el mismo certamen y en 2022 fue parte del elenco de Jorge Newbery en la Liga local de Comodoro Rivadavia.

--Si no me equivoco, ese mismo año lo cerraste en Deportivo Rincón.

--Sí, previo regreso a Cruz del Sur por un par de meses. En 2023 tuve la suerte de pegar el salto al Federal A (Germinal de Rawson, 8 goles en 29 cotejos) y en el primer semestre de 2024 pude subir un escalón más, a la Primera Nacional (Almagro, 8 encuentros, sin conquistas).

--¿Es cierto que llevás convertidos más goles con la cabeza que con los pies?

--Tal cual. Incluso me manejo mejor con los pies que con la cabeza. Voy bien de arriba, marcó bien, pero en el arco de enfrente tengo pocos goles con el “coco”. En Huracán de Trelew fue donde más anoté por esa vía.

 

El “Rey” Carlos

“Antes de ir a Almagro tuve la oportunidad de incorporarme a Villa Mitre, que volvió a insistir en el último mercado de pases y se dio. El que me llamó fue Carlos (Mungo, el DT), quien me conoce porque me dirigió en la cuarta y en la Primera local de Olimpo”, indicó “Naza”, como le dice su mamá Irma.

--¿Es el mismo “Carlitos” de hace 10 años?

--Está más grandote (“no sé si me entendés”) y con menos pelos, ja, ja. Lo que no cambió es su forma de ser y la pasión que le mete a todo; es cien por ciento competitivo, sabe lo que quiere, es claro en el mensaje y habla de frente. Lo apasiona dirigir, estar en contacto con el jugador... Es el mismo de siempre, tal vez un poco más rezongón...(risas).

--Esto te puede salir caro ehhh....

--Nooo... Conmigo siempre se portó de diez, y con respecto a su idea futbolística, sus equipos van para adelante y salen a ganar en cualquier cancha.

--Hablando de canchas, ¿tan feo estaba el piso del Carminatti?

--Había visto el partido de Olimpo contra Argentino de Monte Maíz y me pareció que estaba peor. El domingo estaba fea, por ahí descolorida, pero pareja, se podía jugar. La pelota no picaba mal y la parte más complicada, si se la puede denominar así, era la blanda sobre el sector de los bancos de suplentes.

“En este Federal A hay canchas en peores condiciones y nadie dice nada, peor bueno, se fijan en la de Olimpo, que siempre estuvo bien”.

Enseguida se refirió al cambió de categoría, bajar de la Primera Nacional a una divisional donde la fricción, el roce y las sospechas están a la orden del día.

“Le manifesté a mi representante (Ezequiel Iribarren) ir a un equipo con pretensiones, que compita por un premio grande y que cuente con las posibilidades de poder lograrlo, y Villa Mitre me cayó a la perfección”, sostiene el hermano más chico de Luis (31 años) y Araceli (29).

“En Villa Mitre me contagiaron el sentido de pertenencia y las ganas de ascender. El primer día que llegué parecía que me conocían de toda la vida. Tenía trato con algunos de los chicos con los que compartimos otros equipos, como Enzo (González), Nico Ihitz y Ezquiel Avila, y eso facilitó mi inclusión. Es un grupo sano, hermoso, que tira para un mismo lado. Una cosa es escuchar `quiero ascender´, y otra muy distinta es csentirlo en carne propia como lo siente cada jugador de este plantel”.

--Al llegar, ¿sentiste esa presión que flotaba en el ambiente, la de tener que reemplazar a Ricardo Tapia, volante rompedor, llegador y con 13 goles en la edición 2023 del Federal A?

--Lo primero que me dijo Carlos (Mungo) fue que los volantes de los equipos que él dirige suelen convertir bastante. ¿Si me metió presión?, no, sé que en algún momento voy a mojar, piso seguido el área de enfrente (en el tricolor lleva 7 partidos), pero debo estar tranquilo y esperar el momento porque ya me pasó que, si me desespero, empiezo a errar a lo pavo abajo del arco.

“No es un peso ni siento que tengo que parecerme a Tapia, yo cumplo con lo que me pide el entrenador, que es hacer toda la franja, defender y ser parte de la estructura manteniendo en orden. Estoy bien físicamente, me sacrifico por el bien del equipo y sé que un día se me va a abrir el arco”.

--Quedan 9 puntos en juego, ¿deben obtener todos para clasificar?

--Algunos sacan cuentas y dicen que con 7 llegaríamos a 15 y estaríamos clasificando, pero nosotros tenemos en mente ganar los tres partidos, más aún sabiendo que quedamos libre en la última fecha.

--Lo de la “calculadora”, ¿lo decís por los “viejitos piolas” (Manchafico-Mancinelli)?

--Miran las ofertas de los supermercados, los tenés que ver...(risas). En el grupo hablamos mucho de lo que va pasando, de la bronca que nos dejó haber perdido dos puntos ante Santamarina en el último partido en El Fortín y que en Mendoza, ante Gutiérrez, merecimos ganar.

--Frente a Santamarina “Mancha” erró un penal, lo tiró a las nubes, pero si lo metía aseguraban los tres puntos en vez de uno, ¿se lo hicieron saber?

--Uhhh, sí, una vez que le bajó el grado de calentura lo volvimos loco. Le dijimos que ese empate salió carísimo, pero no por los puntos que dejamos en el camino, sino porque rompió un surtidor de la Estación de Servicio de enfrente (Maipú y Necochea) con el elevado disparo del penal. Siempre practica, es uno de los designados a patear (el otro es Enzo González), pero ni él sabe que fue lo que le pasó. Por lo que comentó, la quiso asegurar pegándole fuerte, pero el la pelota voló y se fue afuera del estadio. No mató un pájaro de casualidad, ja, ja.

“`Mancha´ es nuestro guía dentro y fuera de la cancha, es el que lleva la cinta, pero en el plantel hay otros referentes de peso, con referencia y mucha historia, como Mancinelli (una gloria viviente), Facundo Fabello, Nico Ihitz, Seba Jeldres y Ezequiel Cérica, por nombrar a algunos”.

--A esta altura, ¿se sienten cerca o lejos del ascenso?

--Ni una ni la otra, estamos a mitad de camino, quedan tres finales en el Nonagonal que serán tremendas. Todos los equipos apuestan a lo mismo, al roce, a meter, a imponerse físicamente, a aguantar cuando se ponen en ventaja, por eso no hay rivales accesibles, es todo muy parejo.

Para cerrar, “Gabi”, que está entusiasmado para arrancar con la carrera de Educación Física,

adelantó que Dios le tiene preparada una bendición grande, que se aferra a esa fe con la misma esperanza que mantiene por ver a Villa Mitre en la Primera Naciona. ¿Cuando se le dará ese mandato divino?

Sus números en Olimpo: entre la Reserva de AFA y la Liga del Sur, disputó 32 partidos y marcó un tanto. Debutó con la aurinegra en la Primera local en el Apertura 2015, el 3 de mayo de 2015, éxito 2-1 sobre Pacífico de Bahía. ¿Qué técnico lo hizo debutar? Sí, Carlos María Mungo.