Bahía Blanca | Martes, 24 de junio

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Diario de viaje, día 6: ser testigo de la noche que Simone Biles volvió a volar

Sensaciones, experiencias, comentarios y mucho más de lo que implica cubrir los Juegos Olímpicos en el primer mundo.

Fotos: Getty Images, ESPN y La Nueva.

Simone Biles había logrado la medalla dorada en el concurso completo de gimnasia artística en Río 2016, además de cinco títulos del mundo. No obstante, su popularidad creció a pasos agigantados cuando el martes 27 de julio de 2021 tomó la decisión de retirarse durante la final por equipos de los Juegos Olímpicos de Tokio, alegando problemas de salud mental.

“Siempre que te encuentras en una situación de mucho estrés, te asustas. Tengo que concentrarme en mi salud mental y no poner en peligro mi salud y bienestar. Creo que estamos demasiado estresados y deberíamos estar aquí divirtiéndonos”, señaló Biles en aquel momento. Un mensaje similar mandó la tenista Naomi Osaka tras caer en tercera ronda siendo una de las favoritas.

La estadounidense estuvo dos años sin competir después de Tokio debido a los twisties, un problema psicológico que le impedía controlar su cuerpo en las piruetas aéreas. Recién regresó a la competición en agosto de 2023 como inicio de su preparación de cara a París 2024. Y vaya si lo superó.

En el medio, Netflix estrenó el documental Simone Biles vuelve a volar (Simone Biles Rising, su título original en inglés) en el que muestra su vida personal, su salud mental y su entrenamiento antes de un esperado regreso olímpico.

También, por entonces, el equipo de gimnasia norteamericano implementó un programa de terapia con mascotas para apoyar a sus atletas y entrenadores en temas de salud mental y sumó al plantel un perro golden retriever, llamado Beacon.

Ahora, Biles, de 27 años, sonríe y abraza a su amiga Sunisa Lee. Ambas tienen una medalla en el cuello. Para Biles, su novena y sexto oro.

El Bercy Arena, que será el hogar del básquetbol desde los cuartos de final, vibró las dos horas y quince minutos que duró la final del all-around femenino; es decir, el concurso completo para definir a la mejor gimnasta del planeta.

Fue una noche mágica, rodeada de sentimientos encontrados. Si ni la gran Nadia Comaneci se la quiso perder...

Biles luchaba (deportivamente) contra Lee, campeona olímpica vigente, y con la brillante brasileña Rebeca Andrade, que fue plata en Tokio y viene de consagrarse a nivel Panamericano en Santiago 2023.

De acuerdo a la rotación, comenzó con su grupo en el salto del potro y marcó el camino gracias a emplear el Yurchenko doble carpado (15.766 para quedar líder). No obstante, no tuvo una pasada prolija por las barras asimétricas, donde dobló las rodillas para no tocar el suelo (13.733) y bajó al tercer puesto, por debajo de Andrade y la francesa Kaylia Nemour, que representa a Argelia.

Ya en el tercer aparato, Biles recuperó la punta con una gran demostración sobre la viga de equilibrio (14.566). Y como broche de oro, cerró la competencia con su especialidad: el suelo (15.066), regalándole al mundo el Biles II en la primera diagonal y el Biles I, en la tercera, dos elementos gimnásticos que son reconocidos con su nombre por ser la primera en realizarlos en una competición oficial.

¿Qué se califica? La dificultad y la ejecución; más alguna penalización si la hubiera. Así, Biles quedó primera con 59.131, dejando relegadas a Andrade (57.932) y a Lee (56.465).

El estallido del público al observar en las pantallas del estadio la puntuación final y la consagración de Biles fue ensordecedor.

También fue movilizador el momento en el que el mismísimo Thomas Bach, presidente del COI, le entregó la medalla a la reina. Luego, el himno y, más tarde, una ronda de prensa que como iba a ser interminable, derivó en una multitudinaria conferencia de prensa en la planta baja del Bercy Arena.

Fue hasta gracioso el momento en el que informaron el cambio y el traslado en masa de los colegas norteamericanos que auguraban hablar con la que es considerada la mejor gimnasta de la historia.

Ya con tormenta en París, basta reconocer algunos datos secundarios ante tanta liberación: Biles es la ganadora de mayor edad desde 1952 (la soviética Maria Gorokhovskaya tenía 30 años por aquel entonces) y la primera que repite con ocho años de diferencia (Río-París). Solo la ucraniana Larysa Latynina y la checa Vera Caslavska habían logrado dos títulos en el concurso completo, pero lo habían hecho en Juegos consecutivos: 1956-1960, la primera, y 1964-1968, la segunda.

La cámara toma a Biles ahora, quien decide espontáneamente mostrar su colgante: una cabra, goat en inglés (sigla de greatest of all time); es decir, la mejor de todos los tiempos.

"Hace tres años no pensaba que volvería a poner un pie en el suelo de gimnasia, por todo lo que había sucedido. Pero volví y trabajé muy duro mental y físicamente. Incluso esta mañana a las 7 vi a mi terapeuta para asegurarme de que estoy mentalmente bien"; respondió.

Y agregó más tarde: "Es una locura que esté en la conversación sobre los mejores atletas de todos los tiempos, porque todavía creo que soy Simone Biles de Spring, Texas, a quien le encanta hacer volteretas".

Nada más se puede agregar.

Para seguir compartiendo experiencias, los espero aquí mismo, en las redes de La Nueva., en el streaming de La Nueva Play (lunes a viernes a las 14 de Argentina) y en LU2 con informes diarios.