Bahía Blanca | Jueves, 26 de junio

Bahía Blanca | Jueves, 26 de junio

Bahía Blanca | Jueves, 26 de junio

Mari Larsen cumplió su sueño y ayudó para que Monte agigante su historia: “Fue todo perfecto”

El Atlético se clasificó al mejor torneo del país con ella como figura, goleadora y elegida como la mejor del certamen. "Siento que el Universo me lo tenía pendiente", dijo la montehermoseña de 22 años.

Pasado, presente y futuro de Atlético Monte Hermoso: Mari Larsen y Yiyo Juárez celebran en Mendoza.

(Nota ampliada de la publicada en la edición impresa)

 

En 2012 y con apenas 10 años, María Emilia Larsen disfrutaba en Córdoba de ver cómo un grupo de jugadoras ponía el nombre de Atlético Monte Hermoso entre los mejores equipos de hockey del país, siendo subcampeonas de la Liga de Honor.

“Para mí no existían Las Leonas; mis ídolas eran las jugadoras de la Primera y toda esa historia que fueron formando. Yo quería ser como ellas”, reconoce, unos 12 años después.

Esta vez en Mendoza, Mari vive la misma sensación de estar siendo parte de la historia de su amado club. Pero en estos momentos desde adentro de la cancha, aportando todo su talento y entrega, con su familia en la tribuna, sus amigas como compañeras de equipo y su ídola desde niña, que ahora la tiene ahí, a unos pocos metros, compartiendo delantera.

“Todavía no caigo. Ni siquiera podía imaginarme que se diera todo así. El contexto en que se dio, con mi familia en la tribuna, con Yiyo al lado mío, fue todo perfecto”, resume, a unos pocos días de que el Atlético haya ganado la Fase 1 de la Súper Liga que le dio el boleto al Súper 8, el torneo de clubes más importante de la Argentina.

Pero eso no es todo, ya que Larsen terminó como goleadora del certamen con 7 festejos y, además, fue elegida como la mejor jugadora de la competencia.

Todos juntos y campeones en Mendoza: plantel, cuerpo técnico y familias.

Mari en acción en la Súper Liga.

Todo lo que vivió y disfrutó Mari en los últimos días, hasta hace unos meses parecía lejano. Ya que se encontraba jugando en Banco Provincia el Torneo Metropolitano y viviendo en Buenos Aires. Algunos cambios de planes hicieron que en casi un abrir y cerrar de ojos estuviera nuevamente en su club, con su gente, cerca de casa.

“Cuando volvía de Mendoza repasaba todo lo que pasó en estos meses y estos súper agradecida”, señala la delantera de 22 años, quien fue parte de dos Mundiales Juveniles con Las Leoncitas (2022 y 2023).

“Es como que se dio todo, como que el Universo me tenía esto pendiente”, asume, ahora desde Bahía donde se radicó para estudiar Psicología.

-¿Ya caíste de todo lo que vivieron en Mendoza?

-Todavía no, fue un sueño. Hablaba con mis papás (Oscar y Mariángeles) cuando llegué a Monte y les decía que ni siquiera me animaba a imaginarme todo lo que pasó. El contexto… fue todo perfecto. Lo pudimos vivir con las familias allá, creo que eso también lo hizo muy especial. Y el haber ganado fue el broche de oro. Encima la vuelta de Yiyo, fueron muchas cosas que hicieron que todo sea súper especial.

Carola Dichiara: "Escribimos otra página histórica para el club"

Mari celebra junto a su papá Oscar, su mamá Mariángeles y una de sus hermanas, Sofía. Gabriela, su otra hermana, festejó a la distancia ya que no pudo viajar.

La emoción de Mari al festejar con su papá y su mamá en Mendoza.

El apoyo de las familias se hizo sentir en Mendoza.

-Pese a tu juventud tuviste un montón de logros y hasta participaste en dos Mundiales con Las Leoncitas, ¿por qué fue tan especial este torneo?

-Es que la última vez que con mis papás habíamos viajado a ver la Primera de Monte fue en 2012, cuando jugaron la Liga de Honor. Entonces, ahora pensaba en todo lo que había vivido. En ese momento mis ídolas eran las jugadoras de la Primera de Monte, para mí no existían Las Leonas; mis ídolas eran ellas y toda esa historia que fueron formando. Antes de la semifinal Ricky (Mora, el DT) nos dijo que estábamos a muy poquitos pasos de volver a escribir esa historia, de repetirlo. De esa charla salí con los ojos llorosos, porque fue como transportarme a aquel momento.

-¿Sos de emocionarte o no te pasa tan seguido?

-El club siempre fue algo especial para mí, desde que arranqué hockey de chiquita siempre me la pasé adentro de la cancha. Por eso creo que lo viví tan fuerte este torneo, pero siempre que se juega un partido importante lo vivo así, a flor de piel. Siento cosas muy fuertes por la camiseta de Monte. Cuando salieron todas las categorías menores campeones (del Apertura 2024 de la ABH) me súper emocionó también. Porque siento que se está trabajando con responsabilidad y se están haciendo las cosas bien desde las más chiquitas. Ver nenas que viven lejos y deciden irse a vivir a Monte para poder ser parte del club o nenas que viajan desde Bahía con nosotras para poder entrenar allá, todas esas cosas te producen cierta emoción porque siento que están eligiendo jugar en tu club.

-¿El torneo fue tan especial también por el nivel que pudiste mostrar a nivel personal?

-Ehhh… sí, desde lo individual estoy súper satisfecha. Me volví muy contenta, más que nada por lo que le pude brindar al equipo. Cuando juego para Monte me suele pasar que quiero hacer todo bien y cuando no puedo me vuelvo un poco intolerante al error. Pero este torneo me fui muy contenta, porque le pude dar una buena versión al equipo.

El elogio de una ex-Leona para Mari

Mari Celebra uno de sus siete goles en Mendoza.

De aquel equipo de que participó en la Liga de Honor en 2012 hasta hoy hay alguien que se repite en ambos planteles y es Giselle Juárez, quien regresó al club este año y también es una pieza fundamental de este gran presente.

Tan es así que Yiyo fue elegida como la mejor jugadora de la final en Mendoza y, además, una semana antes había anotado dos goles en el partido que le dio el tetracampeonato a nivel local al albirrojo.

“Compartir cancha con Yiyo me recuerda el momento que yo era chiquita y quería ser como ella. Y tenerla en el equipo es estar cumpliendo un sueño y creo que eso le pasa a todas las chicas que vivieron lo mismo: en su momento fue nuestra ídola y ahora es nuestra compañera. Y, obviamente, que en la cancha te marca mucho. Tiene mucha personalidad y en los momentos que el partido se ponía difícil era la que comandaba todo.

-¿Tuviste que bajarla un poco del póster, correrla de ese lugar de ídola, para poder disfrutarla más?

-Sí, jaja. Al principio me ponía nerviosa cuando le tenía que pasar la bocha. Pero ahora lo estoy disfrutando un montón. Tanto a ella como a todo al equipo. Somos un grupo hermoso y creo que eso se vio reflejado en todo el torneo, lo que disfrutábamos afuera de la cancha y lo unidas que éramos adentro. Nos tocó arrancar perdiendo en dos partidos y el equipo mostró mucha madurez. Seguimos con nuestro sistema de juego y sabíamos que de apoco nos íbamos a ir acomodando. Fuimos un equipo súper solidario y eso se vio reflejado en la cancha.

-¿Sos de hablar con ella?

-Sí, más allá de su calidad como jugadora, tiene una calidad humana muy linda. Está siempre atenta a las más chicas, a darnos consejos y no simplemente del juego sino también de que disfrutemos y demás. Siempre te va dejando esas palabras que te ayudan, tanto Yiyo como Lola (Sierra), que son las más grandes del equipo. Ellas hacen el rol de hermanas mayor, te van acompañando y te sentís súper protegida. Se ponen en el rol de referentes y lo llevan muy bien, hacen que una juegue tranquila.

-¿Entendés que por tus logros, tu talento y demás sos vos un poco la que le toca tomar el mando ese que vos veías en Yiyo? Es decir, ahora muchas chiquitas del club deben querer ser como vos…

-Nunca lo puse en esas palabras. Pero trato de hacer las cosas bien, de hacerlo con cierta responsabilidad porque siempre las más chicas van a estar mirando a las de Primera, porque yo también lo hacía. Trato de acompañar desde mi lado, de la forma que me sale y tratando de ayudar en lo que pueda.

De tenerla como su ídola a festejar juntas por las calles de Monte. Mari cumplió su sueño a lado de Yiyo.

Quien no pudo repetir desde adentro lo vivido en 2012 fue Bárbara Dichiara, ya que una lesión en la rodilla la obligó a acompañar al equipo desde afuera.

Esa fue una de las algunas adversidades que debió superar el equipo que conduce Ricardo Mora en las últimas semanas. A las que se sumaron otras como el desgarro Magdalena Luis (se perdió su primera Liga), una fuerte lesión en la cara de Dolores Sierra (tuvo que operarse rápidamente y pudo jugar con una máscara de protección) y un virus que afectó al plantel durante la concentración de Mendoza.

“El equipo tuvo que saber levantarse de algunas adversidades y siempre lo marcamos”, contó Mari.

“Todo eso nos hizo entender –agregó- que las que estábamos bien teníamos que tener la fortaleza suficiente para dar vuelta la página. Y creo que por eso no nos bajoneó que hayan estado las chicas enfermas durante el torneo, al contrario, las que estábamos bien teníamos que buscar una fuerza extra. Incluso, las que estaban enfermas hicieron lo posible para poder estar. Pienso que todas esas cosas que nos pasaron antes nos hizo ponernos firmes".

Monte, el Atlético y el hockey resumido en una foto: Yiyo, las hermanas Dichiara y Mari.

-Más allá de lo anímico, ¿la lesión de Barbi también les generaba cierta incertidumbre desde el juego, por cómo podía responder el equipo a su ausencia en partidos tan importantes?

-Sí, yo creo que sí. Creo que todas sentimos esa incertidumbre y un poco de tristeza. Pero creo que el equipo se repuso principalmente gracias a ella. A que enseguida estaba tratando de dar buenas energías y lo mejor para el equipo. Ella fue una de las que nos dijo que ahora era el momento de mostrar nuestra personalidad como equipo. Parte de la esencia de Barbi estaba en cada una de nosotras y creo que eso nos ayudó un montón.

-¿Qué tan importante es que se haya dado todo esto en esta nueva etapa para vos, a pocos días de tu regreso?

-Fue como todo muy rápido. No fue tan organizado, pero se dio así. Estar otra vez en el club es una alegría porque me reciben siempre de la mejor manera. Que se hayan dado estos resultados y haber vivido esta Liga así, con mis papás ahí disfrutando, que esté mi hermana, haber llegado al Súper 8, compartir la cancha con amigas, con personas que admiro mucho… el hecho de que yo haya vuelto sin que fuera algo premeditado y que al poco tiempo pase todo esto, sentí como que de cierto modo el Universo me tenía esto pendiente. En la vuelta desde Mendoza repasaba todo lo que pasó en estos meses y la verdad que estoy súper agradecida y contenta.

-Además de representar al club, en estos torneos también representan a Monte y a su gente, ¿lo viven así?

-Sí, obvio y que una sabe que va a representar todo eso. A nosotras ahora nos tocó ir a Mendoza que es una ciudad súper grande y vos estás representando a un pueblo, en el que somos pocos, nos conocemos todos, en el que el sentido de pertenencia es muy grande… es como algo increíble que estemos ahora entre los ocho mejores equipos del país siendo un pueblo. Porque por más que haya crecido un montón en el último tiempo, no deja de ser algo difícil de creer que sea Monte el que está ahí.

Parte del plantel campeón en Mendoza.

La Fase 1 quedó atrás y Monte le agregó otro capítulo a su riquísima historia en el hockey nacional. La nueva página por escribir todavía está en blanco pero ya tiene un objetivo claro: el Súper 8.

“Cuando arrancamos en pretemporada sabíamos que íbamos a tener que hacer cambios y desafiarnos a hacer cosas diferentes para poder llegar al Súper 8. Ahora que se logró vamos a seguir trabajando con la misma responsabilidad. En el torneo local nos propondremos tratar de salir campeonas otra vez. Sabemos que lo del Súper 8 va a ser muy desafiante, tendremos que hacer caso a los que nos dice Ricky, nuestro preparador físico, la psicóloga… por suerte tenemos muchos profesionales alrededor y eso también nos va a ayudar”, cerró Mari, quien disfrutó de su presente y de conectar con lo más lindos recuerdos de su pasado.

Ahora, también, la espera otro gran desafío en el futuro.