Otra final: el color de Villa Mitre; el dolor de Piuma y lo que descubren los que llegan de afuera
El tricolor le ganó a Olimpo y quedó a un triunfo del título en Primera.
Ingresó en La Nueva Provincia en 1995. Trabaja en la sección Deportes y fue colaborador en Regionales y Locales de este mismo medio. Se especializa en básquetbol. Formó parte del staff de la revista Encestando y Zona de Básquet durante 10 años. Tuvo experiencia en el programa Radial Contrabásquet, en Radio La Red.
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Había pasado la primera experiencia en el Norberto Tomás y era el turno de la localía en el José Martínez. Olimpo y Villa Mitre jugaron el segundo partido de la final de Primera, con repetido ganador, en medio de un verdadero clima de fiesta.
Los hinchas de Villa Mitre empezaron a alentar antes del inicio. Aproximadamente unas 1.300 personas se calcularon, incluyendo la doble fila de plateas cedidas por Napostá.
Lo que se escuchó de movida fue "el que no salta es de Olimpo", tomándose revancha de "el que no salta es tricolor" que cantaron los hinchas aurinegros en el primer juego. Folklore sano en un estadio colmado, siempre respetando el "pulmón" para separar al visitante.
El contraste, como sucedió en el Tomás, resultó la despoblada cabecera en la cual se ubicó en un extremo el puñado de allegados habilitados por Olimpo. Inclusive, allí también estuvieron apostados en el acceso un par de dirigentes tricolores. Todo transcurrió con absoluta tranquilidad, como debe ser. Definitivamente, el ejemplo de una actitud adulta y responsable de ambos lados.
En el otro extremo de la cabecera, también se sentaron algunos neutrales y dirigentes de la ABB, más tres a los que el próximo fin de semana se podrán ir a alentar, siendo de Olimpo, Villa Mitre o cualquier otro equipo, porque estará jugando DUBa., en el Polideportivo Norte, el ascenso a la Liga Nacional en silla de ruedas.
Estuvieron observando el juego su entrenador Walter Mele, la figura local Daniel Plotequer y el refuerzo que sumaron para la definición: Sergio Vera Peralta.
"Yo vengo de Buenos Aires, donde es fútbol. Esto es hermoso, se respira básquet. Ver la pasión con que se vive el básquet acá, me devuelven las ganas de jugar", aseguró "Zapatilla", que a los 44 años, con la camiseta de DUBa. vino con el sueño del ascenso y también puede quedar en la historia del básquetbol bahiense.
Iniciado el juego llegó el golpe para Olimpo, porque apenas 37 segundos habían transcurrido cuando en un rebote Juan Ignacio De Pástena le pegó involuntariamente a Marcelo Piuma.
"Quise buscar el rebote y le metí el dedo en el ojo", le dijo De Pastena a "La Nueva".
Lo cierto que Piuma se sentó afuera y se aplicó hielo, mientras los minutos pasaban.
"Fue un golpe durísimo que no me permitió jugar el primer tiempo. En el segundo entré y jugué, pero tenía muy irritada la vista, veía todo nublado. Ahora me apliqué unas gotas y espero mejorar", contó el interno.
Una vez finalizado el encuentro, Piuma se le acercó al jugador tricolor y este intentó dejar en claro la situación: "Le dije que fue sin querer. Y quedamos con la mejor. Cosas de partido", aclaró De Pástena.
Piuma, más allá de este hecho, también analizó el juego.
"Es un rival muy duro, equipo largo. Y nosotros cometemos errores muy infantiles, nos sacan diferencia y nos volvemos locos. Tenemos muchos chicos y la experiencia a veces pesa. Ahora tenemos que jugar con todo el tercer partido, para darle una alegría a la gente; estamos bien y con vida", avisó Piuma.
En los primeros minutos de partido, mientras Olimpo se lamentaba por la salida de Piuma, del otro lado Fausto Depaoli tomaba las riendas del local.
"Tenemos que adaptarnos a quién esté adelante y lo demostramos en estos dos partidos cuando él (por Piuma) estuvo o no", dijo el base.
Villa Mitre, con todo el plantel completo, alargó la rotación y tiene variantes para elegir los momentos.
"Cada uno está respetando su lugar y eso es importante. Se aprovecha tener un banco más amplio y nos da tranquilidad, no es una carga saber que atrás hay alguien que puede hacerlo bien", señaló Fausto.
Claro que más allá de las variantes, la salida temprana de Matute Martínez por doble técnica generó algo de duda por todo lo que restaba (iban 6m22 del segundo cuarto) y por la sanción de Marjorie Stuardo, poco clara, en la que estaban involucrados Pennacchiotti, Solomon y Martínez.
Pero todo siguió y con público de diferentes edades que colmó el estadio tricolor, pudiendo disfrutar del equipo y transmitiendo la pasión de grandes a chicos. Como Federico Timi, que llevó a su hijo Agostino, de apenas siete meses (el más pequeño del estadio) y en un momento de pleno festejo lo levantó, en una imagen que lo inmortalizó en lo alto del José Martínez a este hincha "por herencia".
A la vez, a nivel piso, aunque en esta oportunidad de la línea para afuera, uno de los espectadores fue Taalib Holloman, el estadounidense que integra el plantel de Liga Argentina y disfrutó de la fiesta tricolor, filmando lo que pocas veces había visto.
Claro que no fue el único, porque también estuvieron los nacionales Mateo Beigier, Juan Cruz Frontera y Pablo Bandeo, algunos de los que llegaron de afuera y día a día descubren el "mundo tricolor".
"Esto es un espectáculo", resaltó Frontera.
"Es impresionante el sentido de pertenencia de la gente y eso se transmite al jugador. Donde vas hay una bandera o alguna camiseta de Villa Mitre", contó el base.
"Por algo es la Capital del Básquet. En una Primera local esto no se ve en ningún lado", comparó Beigier, hijo de Horacio (uno de los rendidores que tuvo la Liga Nacional, que jugó en la '98-99 por Estudiantes) y quien fue compañero de Piuma en Vélez.
En el último minuto, con el final confirmado, el público se entusiasmó cantando "en la cancha de Olimpo vamos a ganar", en alusión al tercer juego previsto para el martes.
Y así se consumieron los segundos de otro partido final, en el que más allá de terminar con triunfo local, finalmente volvió a ganar el básquetbol, como cuatro días antes en el Tomás.