Bahía Urbana cumplió 30 años de experiencia en la construcción
Víctor Silvetti y Pablo Franco fueron los impulsores de esta empresa que se fue consolidando con el paso del tiempo.
“Se cumplieron 30 años desde los inicios de Bahía Urbana; el tiempo pasó volando. Esta empresa nació por una amistad con quien es mi socio, Pablo Franco, con quien nos conocimos en la universidad y de allí se le dio vida y se fue alimentando con ideas precisas y concretas”.
Víctor Silvetti expuso cómo fueron los primeros pasos de una empresa –ubicada en Alem 1124- que está consolidada en el mercado bahiense.
“No sabíamos bien cómo arrancar, pero nos apoyamos en la experiencia de los profesores, de mi padre. Cada labor que teníamos que ejecutar nos llevaba horas de pensar cómo y cuál era la mejor forma; planificando todo porque no sabíamos manejar gente y no teníamos experiencia en obras. Cada detalle se calculaba minuciosamente, algo que seguimos haciendo en la actualidad”, remarcó.
En Bahía, por caso, Bahía Urbana lleva construidos unos 70 edificios y lo más importante es que la empresa, según Silvetti, jamás detuvo o interrumpió un proyecto.
“Por un tema cultural y porque nos permite vender lo que hacemos, siempre apostamos a la construcción tradicional. La mayoría pretende ese tipo de edificación, ya que somos inmigrantes de italianos y españoles y si una casa pesa tres mil toneladas mucho mejor (risas)”, apuntó.
Una de las ventajas de estar un paso adelante en materia de planificación es la adquisición de los materiales.
“Tenemos un stock de materiales importante. Ladrillos, aberturas, cemento, cables, entre otros. No compramos lo que necesitamos en el momento, sino que nos anticipamos a los hechos”, sostuvo.
“Una obra de un edificio se proyecta a tres o cuatro años, por lo que es importante contar con todos los materiales para arrancar. En nuestro caso no hacemos obras para terceros, las hacemos para vender. Adquirimos un terreno, diseñamos un proyecto y desarrollamos el plan asumiendo todos los riesgos, desde el inicio hasta la terminación y la venta. Contamos con un equipo de gente calificada, empezando por ingenieros, arquitectos, escribanos y operarios”, sintetizó.
Precisamente, Silvetti resaltó el plantel de operarios que son parte importante en la historia de Bahía Urbana.
“El equipo de trabajo es clave. Hoy contar con personal especializado te otorga calidad en cada paso de la construcción de un edificio. Nos mantenemos firmes con un amplio plantel de trabajadores y hemos sabido seleccionar muy bien. La obra va en función de la gente que tenemos y para eso es determinante la logística. Termina el cementista y se instala el albañil y así sucesivamente. Es una cadena que funciona sin contratiempos en todas nuestras obras”, subrayó.
En base a la experiencia en la construcción de edificios, Silvetti señala que el diseño de los mismos hoy no es tan sencillo como ocurría tiempo atrás.
“¿Hacia donde se proyecta el crecimiento de la ciudad? Si no hay infraestructura y servicios es complicado saberlo; en este sector no porque falta esto, allá tampoco porque no hay agua o no hay luz. Sin dudas que el tema más crítico de todos es el agua, pero son obras a las que deben enfocarse los gobiernos de turno”, expresó.
Silvetti hizo hincapié, por otra parte, en los protocolos de seguridad implementados en las obras de edificios.
“En materia de seguridad se ha avanzado mucho. Siempre falta para estar mejor, pero la seguridad e higiene es algo que nos compete a todos. Por caso, la utilización de redes de contención es una medida muy acertada. Cuando arrancamos, hace 30 años, entrar a una obra era un peligro. Mi padre, que se dedicaba a la construcción, entraba a una de nuestras obras y se agarraba la cabeza”, contó.
“Todos hemos avanzado y aprendido. Las inspecciones, los elementos de seguridad y el cumplimiento de las normas conllevan a una buena estadía en el trabajo. Se aprende a trabajar con mayor seguridad”, resaltó.
“Hoy un profesional egresado de la universidad debería tener formación financiera y económica. Porque todos somos emprendedores y nos largamos a hacer cosas, pero muchos de esos proyectos luego fracasan. Para emprender un rubro, el que sea, se debería contar con un sistema de administración para saber cómo va encaminado el negocio. Y me refiero a saber lo que ingresa y lo que sale deduciendo gastos, pago de impuestos y otras cuestiones”, puntualizó Silvetti.