Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

El Paseo Portuario, un atrayente espacio abierto a la comunidad

“La población lamentaba haber perdido su lugar dentro del puerto. Hoy hemos avanzado con muchos proyectos y obras para que la gente pueda disfrutar en sus tiempos libres”, contó Federico Susbielles, el actual presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca.

Fotos: Emmanuel Briane y Pablo Presti-La Nueva.

   Una de las grandes apuestas del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca fue abrir sus puertas para que la ciudadanía disfrute de las instalaciones portuarias, conviviendo con el sector productivo.

   Curiosamente, aunque apenas 50 cuadras separan hoy la plaza Rivadavia de la costa, muchos bahienses no conocen las bondades de nuestro puerto.

   Por ello surgió el Paseo Portuario, una opción recreativa que fue creciendo y ya se instaló en la agenda de actividades familiares para los fines de semana.

   “El paseo portuario fue uno de los primeros pedidos que recepcionamos. La población lamentaba haber perdido su lugar dentro del puerto. Hoy hemos avanzado con muchos proyectos y obras para que la gente pueda disfrutar en sus tiempos libres”, contó Federico Susbielles, el actual presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, hace un tiempo atrás.

   Es indudable que con la exportación de granos como bandera, el puerto local sustentó el crecimiento el crecimiento de la ciudad. Ese perfil productivo se intensificó aún más con la conformación del Polo Petroquímico.

   Pero esa intensa y vertiginosa evolución industrial le fue quitando espacio al aspecto social.

   “En el directorio del Consorcio estamos convencidos que el puerto no puede crecer de espaldas a la población. La unión entre comunidad y puerto debe ser permanente, para que la gente se sienta parte y que el puerto pueda mostrar su evolución y no que sea una mera entrada y salida de buques”, amplió Susbielles.

Un poco de historia

   Los memoriosos recuerdan que Bahía supo tener al menos una docena de sitios de recreación a orillas del mar.

   Algunos fueron proyectados y desarrollados como el balneario privado Colón (donde la avenida de ese nombre termina en el mar) o el municipal Maldonado, pero también hubo otros improvisados como el balneario La Usina o La Alcantarilla.

   Un caso especial es el de la última playa bahiense, es decir, el sector costero entre Galván e Ingeniero White que los meses de verano supo congregar multitudes.

   “La playita” como también fue conocido el balneario Galván, nació y murió por una obra de dragado, ya que surgió hacia fines de la década del ’20, en una zona dominada por cangrejales, gracias a la acumulación de arena y conchilla extraída durante al menos dos campañas de profundización realizadas en el canal principal.

   A partir de 1929 la población empezó a hacer uso de la improvisada playa y con el paso del tiempo, como consecuencia de su éxito, los sucesivos gobiernos municipales comenzaron a dotarla de algunos servicios y comodidades. En algunas jornadas se llegaron a congregar más de 10 mil bañistas, la mayoría llegados en el famoso “Tren de la Marea”.

   El final del balneario fue decidido a 700 kilómetros de distancia de Bahía Blanca, cuando se resolvió que los sedimentos obtenidos durante una nueva campaña de dragado, en febrero de 1976, fueran vertidos en ese sector.

   El golpe de gracia se produjo en 1989 al completarse el dragado a 45 pies, obra que dio origen a Puerto Cangrejales y luego al asentamiento de formidables inversiones industriales.

   Con el paso de los años la falta de zonas costeras atractivas, (apenas el balneario Maldonado y algunos clubes privados), más el avance de los medios de transporte, hizo que los bahienses miraran cada vez más a las playas de la región (Monte Hermoso y Pehuen Co) a la hora de buscar el mar.

   Otro elemento de peso se produjo tras el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York, en 2001, cuando se dispuso, a raíz de imposiciones del comercio internacional, vedar el acceso del público a numerosos sectores portuarios.

   Pero en el último tiempo hubo muchos avances en pos de la recuperación del espacio, como fueron la conformación del Paseo Portuario y el Balcón al Mar, por citar ideas que hoy siguen dando frutos.

   “La gente ya adoptó el espacio como propio. Tenemos un promedio entre 7 y 10 mil personas por domingo. La fiesta del Camarón y Langostino nos permitió mostrar lo que se hizo e invitar a aquellos que hacía mucho tiempo que no venían al puerto a que puedan visitarlo con mayor regularidad”, manifestó Susbielles.

Lo que se viene

   Ahora se abre un abanico de nuevas alternativas también lanzadas por el Consorcio de Gestión del Puerto y que esperan una pronta concreción para acercar a los bahienses al mar.

   “La intención inicial fue dotar al Paseo de actividades fijas, para que se mantenga en la agenda de la gente cuando programe sus salidas recreativas. Para ello fueron necesarias obras y sumar ofertas gastronómicas, artísticas, deportivas y culturales, además de organizar una feria de microemprendedores para venta directa. Y hacia ello seguimos trabajando”.

   En tal sentido se destaca el inicio de las obras en la banquina de pescadores, o Puerto Piojo, en Ingeniero White, recuperando un sector emblemático para los vecinos.

   “Nos permitirá ampliar el paseo actual en alrededor de 200 metros y que los fines de semana se pueda vender la producción en ese mismo lugar, como se hacía en tiempos de antaño”.

   Otra obra muy importante que encarará el Consorcio de Gestión es la recuperación del centenario muelle de los Elevadores de Chapa, donde se construirá una confitería y miradores, en estrecha vinculación con El Castillo de la ex usina San Martín.

   También la administración portuaria inició, en el Galpón 10 de Puerto Galván, la construcción de un centro de observación de aves y sala de interpretación, junto con ampliación y mejora de la Estación de Rescate de Fauna Marina Guillermo “Indio” Fidalgo.

   “Allí también se montará una confitería con un mirador para poder disfrutar de algunas vistas de ese puerto, hoy vedado al público”, anticipó Susbielles.

El Paseo en sí

   Uno de los proyectos que se intensificó fue el denominado Paseo Portuario, que todos los fines de semana y feriados congrega a muchísimos bahienses y visitantes de la región, en una muy interesa propuesta turística para la familia.

   Así, se pusieron en valor dos galpones, que se adecuaron para el funcionamiento de la Feria del Puerto.

   “A esos dos ya recuperados, que son sede de la Feria del Puerto, sumaremos otros dos antes de fin de año, para tener los 4 operativos en línea”, manifestó Susbielles.

   En el lugar se colocaron mobiliarios, se habilitaron puestos gastronómicos y se adecuaron instalaciones para que el paseo sea inclusivo y amigable para las personas con discapacidad.

   Los espacios verdes fueron puestos en valor, se incorporaron bicicletas para recorrer el espacio habilitado, se dotó de juegos infantiles el bulevar de acceso y se organizaron navegaciones los días domingos (subvencionadas al 50% por el propio Consorcio de Gestión).

   También se crearon espacios para deportes, colocando aros de básquet móviles y canchas de fútbol tenis, y se reacondicionó el espacio conocido como “Balcón al Mar”.

   A la inauguración, allá por marzo de 2021, de la nueva sede administrativa del Consorcio, que muchas veces funciona como anexo de las actividades previstas, por caso, conferencias o charlas en su nuevo auditorio con capacidad para 100 personas, crecieron espacios lúdicos, que son aprovechados por la ONG Piedra Libre para organizar juegos para los más chicos.

   El sector fue iluminado con luces LED y se lo dotó de Wi-Fi libre, como también se habilitaron nuevos baños públicos.

   Además, para ganar más espacio de comodidad, se realizó un corrimiento del límite de la zona aduanera.

   Juegos para los más chicos (organizados por la ONG Piedra Libre), música, gastronomía, artesanos y stands de productores y emprendedores de la región y la ciudad son parte de esta propuesta comunitaria.

   Pero el corazón del Paseo Portuario es la Feria del Puerto, que ya tiene vida propia merced a los stands que ofrecen variedad de mercaderías a precios populares todos los sábados, domingos y feriados.

   En total son 40 las familias vinculadas al funcionamiento de esta suerte de mercado, dividido en 15 stands dentro de los galpones debidamente renovados.

   En la feria se pueden encontrar productos tales como cortes de cerdo, huevos, verdura,  panificados, dulces, miel, conservas, chocolates, quesos, pescado, harinas saludables, alimentos no perecederos, artesanías y hasta ropa para niños. Algunos stands son articulados por el INTA y otros por Cáritas Arquidiocesana.