Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Achicar la Legislatura y el Concejo Deliberante, ¿señales de austeridad o pura especulación?

En las últimas semanas aparecieron proyectos para reducir el gasto de la política, una demanda social cada vez más acentuada. En Bahía se desató una intensa polémica entre quienes defienden algunas de esas iniciativas y aquellos que los acusan de oportunistas.

Concejo Deliberante de Bahía Blanca. (Fotos: Archivo La Nueva)

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   La senadora Nidia Moirano instaló el debate y rápidamente se propagó por el microclima. La líder del Pro regional presentó un proyecto de ley para que los concejos deliberantes reduzcan sus miembros a la mitad en los 135 municipios de la Provincia de Buenos Aires, mientras que, a mediados de este año, ya había elevado otra iniciativa para reducir la Legislatura a una sola cámara.

   Son medidas tendientes a bajar el gasto de la política en tiempos de fuerte crisis económica, así como de distancia cada vez más acentuada entre la dirigencia y la sociedad en general.

   Para que ambos proyectos se concreten necesitan la aprobación de la Legislatura bonaerense. Es decir, dependen de la voluntad de la propia clase política que se vería afectada por esa disminución de cargos. Y, si bien los partidos de todos los colores admiten que existe una demanda creciente de avanzar en la austeridad del funcionariado, suena difícil que alguna de esas iniciativas se materialice.

   Casi de inmediato, a Moirano le saltaron a la yugular referentes de otros espacios que la acusan de oportunista, teniendo en cuenta que se trata de una probable postulante a la intendencia el año próximo. Federico Susbielles ironizó: "Los focus grous están a pleno", aludiendo al habitual señalamiento contra el Pro de que actúa en función del humor social que le cuentan sus consultores.

   Oportunista o no, el debate es bueno. No solo por el ahorro económico que podría significar --ver ¿Cuánto dinero ahorraría Bahía Blanca con la mitad de concejales?-- sino porque los espacios legislativos y deliberativos bien merecen una discusión sobre su refuncionalización en el siglo XXI. Hoy la vida corre a mil por hora, las soluciones de muchísimas cosas están a un toque de celular, pero los cuerpos de representantes siguen avanzando a paso decimonónico. Por no mencionar que cada vez es más discutible definir a quién o qué representan.

   La verdad es que casi nadie está pensando cómo hacer para que resulten órganos más ágiles y productivos. Ya en esta misma columna se habló de la poca actividad de este año en la Legislatura provincial, donde hubo apenas un puñado de sesiones para los 92 diputados y 46 senadores. Y eso que no se trata de un año electoral, período en el cual los encuentros en el recinto se reducen aún más. 

   A propósito de las irrupciones de Moirano, una observación. El intendente Héctor Gay fue el único referente de primera línea de Juntos por el Cambio que salió en respaldo de sus propuestas. El resto, al menos por ahora, está lejos del operativo clamor. De hecho, más de uno, relevante en la estructura, admite en privado que ellos forman parte de un sistema (el político) y que no hay que tirarse en contra ni escupir para arriba.

   Va a ser interesante mirar cuáles alfiles amarillos se van sumando a estos pedidos de menor gasto y cuáles esquivan la charla. Si prospera la candidatura de la legisladora, estos temas adquirirán una importancia central.

   Otro cuestionamiento que surgió contra la cúpula del Pro tras estos proyectos es el sueldo del intendente.

   El salario del jefe comunal de Bahía Blanca equivale a 16 haberes mínimos del escalafón administrativo, según establece la Ley Orgánica de las Municipalidades (LOM), en su artículo 125:

   "El Intendente gozará del sueldo que le asigne el Presupuesto, el que en ningún caso podrá ser inferior a diez (10) sueldos mínimos (...) en el escalafón administrativo de cada Municipalidad. Los Municipios que tengan doce (12) y catorce (14) concejales deberán elevar el número de sueldos mínimos a doce (12). Los Municipios que tengan dieciséis (16) y dieciocho (18) concejales, a catorce (14) y los que tengan veinte (20) y veinticuatro (24) concejales a dieciséis (16)". 

   Como ya se explicó en esta misma columna en marzo, para bajar el sueldo del jefe municipal una opción sería cambiar la Ley Orgánica, pero la realidad es que en el resto de los municipios bonaerenses no se ven haberes tan abultados y reunir los consensos para estas modificaciones es impracticable.

   La explicación de lo que sucede en Bahía es que el salario mínimo de los empleados municipales está muy por encima de la media en la Provincia. Y esto no comenzó con la gestión Gay sino que es histórico. Entonces, una solución sería crear categorías administrativas más bajas, con salarios menores, lo cual reduciría automáticamente todos los sueldos políticos. ¿Se puede? Sí. ¿Se analiza para complementar los otros proyectos de ajuste? No, que se sepa.

   Un detalle notable es que varios exfuncionarios o exconcejales proponen bajar el salario del intendente y de su team político, pero jamás hicieron nada mientras se encontraban ellos mismos en la gestión. El oportunismo, en todo caso, es de ida y vuelta.

   El dato es que hoy el jefe comunal, tal como prescribe la ley, cobra 1.881.000 pesos en bruto por mes y 1.005.000 en mano. Los concejales bahienses, también alcanzados por las normas de la LOM, reciben 498.000 pesos en bruto, a los cuales se deben agregar antigüedades y restar descuentos, dependiendo de cada caso.

   En cuanto a los legisladores provinciales, nadie sabe a ciencia cierta cuánto ganan, mucho menos si se computan ingresos adicionales por viáticos y gastos en asesores. Según los expertos, los titulares de bancas bonaerenses están mejor pagos que los propios diputados y senadores de la Nación. Seguro, el nivel de exposición es muchísimo menor.

   Otro de los reproches a Gay y Moirano tiene que ver con la cantidad de funcionarios en el Ejecutivo municipal. En la oposición sostienen que si quieren reducir el gasto político pueden empezar por ahí. De acuerdo con Gobierno Abierto, actualmente hay 100 funcionarios en la comuna contra un total de 73 a diciembre de 2015, cuando el experiodista inició su mandato. Poco más que un Concejo Deliberante de diferencia.

   La polémica, sin dudas, continuará.

   En todas estas propuestas de reducción del gasto de la política sobrevuela la sospecha de "populismo electoral" por parte de Juntos por el Cambio. Entre otras razones, con la intención de disputarle la agenda a los libertarios, que les vienen comiendo votos por derecha.

   ¿Pero qué habría que decir sobre la propuesta de un sector del Frente de Todos nacional de suspender las PASO en 2023? El argumento es el mismo: ahorrar plata en tiempos de crisis y que los partidos o coaliciones resuelvan sus internas con sus propios recursos, sin comprometer a la ciudadanía.

   Las PASO, al igual que los promedios del descenso en el fútbol, son una originalidad argentina para favorecer a las grandes estructuras de poder. Comenzaron a funcionar en 2011 durante el gobierno de Cristina Kirchner y la historia muestra que suelen ser un gasto inútil, una gran encuesta que solo le sirve a las élites partidarias. Incluso se pueden convertir en un eventual factor de desestabilización de un gobierno demasiado antes de tiempo, como le ocurrió a Mauricio Macri en 2019.

   Hay muchas más razones para sacarlas que para dejarlas, pero resulta obvio que hoy el peronismo trata de eliminarlas porque el principal perjudicado sería Juntos debido a sus luchas en torno a la candidatura presidencial.

   Vale aclarar que al menos dos importantes dirigentes del FdT de nuestra región se manifestaron en contra de removerlas, al menos el año que viene, y proponen dar la discusión cuando no haya un proceso electoral tan cercano, para quitarle "ventajita" al debate. El rapto de moderación lo tuvieron el diputado provincial Alejandro Dichiara y el mencionado Susbielles. Dicho sea de paso, probable contendiente de Moirano en las urnas.

   El titular del Puerto elige con quién discutir y suele evitar la confrontación con las segundas líneas. Que hayan empezado los cruces directos con la senadora por el ajuste político o, unos días antes, por la crisis del agua, son una señal a tener en cuenta.

   Y otra más: el eje de sus mensajes. Esta semana dijo que no está conforme con el gobierno del Frente de Todos a nivel nacional. "Hasta el momento no estuvo a la altura", declaró. Para tener chances de ganar en Bahía hay que despegarse lo más posible de esa gestión hiper desgastada. La pregunta es hasta dónde le resultará posible.