La República de Ingeniero White invadió Quilmes con su rock and roll

Franco Pignol

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Periodista. Gestor cultural. Creador del festival "Por una vez que nos juntamos". Co-director de Espacio Cultural Juanita Primera. Parte de la Secretaría de Cultura de la Universidad Nacional del Sur. Premiado en un concurso literario a nivel nacional por su originalidad, conoció Nueva York y buena parte de su cultura.

Por Franco Pignol

   Canciones que surgieron desde lo más profundo del barrio Vialidad, que hablan de sus pasillos, calles, costumbres y vecinos, sonaron a lo largo de 40 minutos sobre un escenario tipo mainstream montado en el predio del club Quilmes, en el conurbano de Buenos Aires.

   Las Pastillas del Abuelo cumplió 20 años y en el marco de los festejos invitó a La Mastur para celebrar en conjunto. Fue una acertadísima decisión. No sólo porque los muchachos estuvieron a la altura de las circunstancias, sino porque nuestra banda portuaria argumenta su trabajo, arriba y abajo de las tablas, con humildad, pasión y respeto.

   “Nosotros somos de la República de Ingeniero White, hicimos como 700 kilómetros para estar acá con ustedes. Somos de un barrio como ustedes”, arengó Pablo Sáez después de tocar “Dame más”, el tema con el que rompieron el hielo.

   Fue una jornada llena de adrenalina, en la que hubo una gran cantidad de detalles dignos de anécdotas. El repaso de algunas: el saludo fraternal, casi de hermanos, entre los músicos de una y otra banda. Pity, Bochi y el Loosi, trombonista de Coronel Suárez que vive en Punta Alta, compartieron charlas y camaradería antes de la función.

   Otro gran momento del back: el encuentro entre Federico Andrés (violero de Pullmotor que se sumó como segunda guitarra con La Mastur) y el tremendo luthier de guitarras Pablo Lojo (le construyó encordadas a James Hetfield de Metallica, entre otros). Fue el trombonista de Suárez quien los presentó porque sabía que Fede había construido su propia guitarra.

   La pasión por la música country del vocalista de Las Pastillas y la tranquilidad que transmite Bozzalla fue lo más destacado del encuentro previo. Buena onda total.

   Siguiendo con lo que ocurrió en el show, La Mastur hizo ocho canciones y terminó muy aplaudido por las más de 6.000 personas que asistieron. La conclusión fue con “Ciudad del Pecado” y “Andate de acá”.

   La delegación musical whitense estuvo integrada por Pablo Sáez (voz), Pedro Sáez (bajo), Edi Stilson (guitarra eléctrica), Fede (guitarra eléctrica), Matías Lupo (teclado), y Ariel Sañudo (batería). La fila de vientos fue la misma que la de Las Pastillas.

   Con el rock and roll en las venas Pablo Sáez montó todo su desparpajo. La personalidad indicada de un frontman que con su actuación les roba una sonrisa a cualquier que se le ponga enfrente. ¿Vestuario? todo negro, excepto unas letras blancas que se leían en su pecho: Ingeniero White.

   Gran primer paso en tierras foráneas y superpobladas. Continuará.