Jubilación anticipada: ¿medida electoral o beneficio real?

Redacción de La Nueva.

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   El anuncio de la medida causó revuelo: que personas que contaran con 25 años de aportes y no tuvieran con trabajo pudieran acceder a una jubilación anticipada, accediendo al 80% del haber hasta cumplir con la edad jubilatoria.

   Todavía no hay muchas precisiones sobre la decisión, aunque se espera que se haga efectiva en los próximos días a través de un decreto presidencial para, recién en ese momento, se conozca qué tienen que hacer los potenciales beneficiarios para acogerse al beneficio. Según los números que maneja el gobierno, se trataría de entre 20 mil y 30 personas, hombres en su mayoría.

   El problema, advierten los que entienden de la cuestión, es lo que realmente significará su implementación tanto para los haberes que se cobren como para los millones de jubilados y pensionados que ya forman parte del sistema previsional argentino: “Este es un remedio viejo para una enfermedad continua de nuestro país”, entienden.

El gobierno nacional planea implementar un programa de jubilación anticipada, que apunta a personas desempleadas, que reúnan 30 años de aportes y les falten cinco años o menos para cumplir la edad jubilatoria.

   Según el abogado especialista en temas previsionales, Alfredo Bernabei, la medida no resuelve un problema de fondo como es la falta de fuentes laborales, sino que se trata de una cuestión “con un tinte extremadamente electoral pero también tramposo”.

   “Se habla de 30 mil personas que podrían acceder al proyecto, pero serían 30 mil beneficiarios nuevos que se suman a los millones de jubilados y pensionados que existen en el país. ¿Qué me preocupa? La fórmula de movilidad jubilatoria, lo que se percibe como aumento cuatro veces al año, depende de la cantidad de beneficiarios que existen; entonces, a más beneficiarios, menor será el aumento que se otorgue”, aseguró.

   Días atrás, desde el gobierno se había afirmado que el universo objetivo son aquellas personas que se encuentren desempleadas, que reúnan 30 años de aportes y les falten cinco años o menos para cumplir la edad jubilatoria. Se apunta a las mujeres de entre 55 y 60 años, y a los hombres de entre 60 y 65.

Alfredo Bernabei
 

   “Son anuncios bonitos al oído, con finalidad altruista, pero que no engloban más que un ajuste. Se pueden incorporar más beneficiarios, pero esto significa que irá menos dinero a los que ya están vigentes”, advirtió Bernabei a "La Nueva.".

   En ese sentido, manifestó que no hubo “un análisis económico serio” para llevar adelante la medida, que posteriormente habrá que reglamentar y que contará espacios grises que permitan ampliar el universo.

   “Esto traería una catarata de aplicación indiscriminada de beneficios. Es una medida apresurada, con fines electorales sí o sí”, consideró.

   Además, señaló que su aplicación podría verse reflejada en diciembre, después de las elecciones legislativas de noviembre. De hecho, explicó, el reconocimiento de años de aporte por hijos, en el que apuntaba a las amas de casa, todavía no se ha cobrado.

   “Se trata de un intento de solución de un problema de raíz, donde no se ataca la solución de fondo. Primero, hace más de un año que estamos bajo la vigencia de la prohibición de despido -más allá de algunas desafectaciones-, y se está hablando de dar una prestación anticipada por desempleo, para paliar los efectos de la pandemia”, dijo.

   En ese sentido, recordó que la medida plantea un haber del 80% del que se recibiría una vez jubilados, cuando la prestación por desempleo otorga el 50%.

   “Normalmente se busca que la edad del trabajado se prolongue, para tener un sujeto aportando más tiempo y no viviendo del sistema. Esto está en contra de cualquier régimen diferencial, porque se están incorporando beneficiarios a la misma caja estatal. Las medidas, más que otorgar beneficios jubilatorios, tienen que ser otorgar empleo para que genere aporte y sustente a los beneficios que ya están otorgados”, sostuvo.