Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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En medio de una fuerte indiferencia, arrancó la campaña

La columna semanal de Ricardo Salas, corresponsal de La Nueva. en la capital provincial.

   Aun cuando muchas de las necesidades y preocupaciones de la agenda social pasan por otro lado, y no por los posicionamientos internos en los principales partidos y frentes, la agenda política bonaerense arrancó una atípica campaña ante la indiferencia de un electorado que está mucho más pendiente de las cifras que arrojan la pandemia, la vacunación, la inflación, el desempleo, la inseguridad y la pobreza.

   En paralelo, la coyuntura proselitista hace que las fricciones internas se vayan recalentando a partir de lo que van expresan algunos precandidatos, ya lanzados en campaña para las PASO del 12 de septiembre. Incluso, dentro de Juntos (exJuntos por el Cambio) se autodiagnóstico bajar un cambio en la velocidad de los niveles de confrontación pública para evitar un vuelco en alguna curva de la ruta electoral.

   Como en una carrera de obstáculos, distintos actores de la coalición opositora confían en poder superar la interna entre Diego Santilli -el delfín elegido por el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta- y el neurocirujano radical Facundo Manes en la Provincia, para poder al alcanzar el “máximo objetivo”, que es vencer al Frente de Todos. La oposición sabe que en las legislativas de este año se juega buena parte de sus aspiraciones para recuperar la sede gubernamental en 2023. 

   Por su parte, con el inicio del calendario electoral, el gobernador Axel Kicillof continúa repartiendo fondos del “plan estratégico” de infraestructura para municipios del Conurbano y del interior rural.

   El oficialismo provincial se muestra optimista con que, en el corto plazo, haya un rebote de la economía por el impulso que ha tenido la obra pública en ámbito bonaerense, pero sin abandonar el tono de reproche hacia a la gestión anterior, un frente que ahora “se escribe Juntos pero se pronuncia macrismo”, según chicaneó días atrás el jefe de Gabinete de Ministros, Santiago Cafiero. 

   “Lo que viene es una agenda de pospandemia, de recuperación económica y empleo”, indican en despachos gubernamentales, donde consideran que es irrebatible que la crisis sanitaria agravó enormemente la situación económica y social.

   Por eso, los ejes discursivos apuntarán a defender la gestión gubernamental esencialmente en la cuestión sanitaria y el acompañamiento de asistencia a distintos sectores. “Ante tanto pesimismo de un microclima mediático vinculado con la anti política, es preferible mantener una actitud positiva”, señalan desde el área encargada de bajar línea de acción y protocolo discursivo.

   Pese a que la Provincia lleva diez semanas consecutivas de descenso de los casos de Covid-19, la aparición de la peligrosa variante Delta hace que el aumento de los contagios sea un “escenario posible”.  Aseguran en las diagonales que, desde el Comité de Expertos que asesora a Kicillof, se plantea la necesidad de acelerar el proceso de vacunación, y sobre todo gestionar para que buena parte de los bonaerenses reciba la segunda dosis.

   En la diagramación de estrategias, Kicillof sabe que debe apostar fuerte a intentar revertir la mayoría opositora en el Senado bonaerense, comparado como una “piedra en el zapato del gobierno” en este año y medio de gestión. De ahí que buena parte del objetivo oficialista sea torcer la correlación de fuerzas en el recinto de la Cámara Alta, donde el bloque de JxC tiene 26 de las 46 bancas.

   Lograrlo le allanaría el camino al Ejecutivo para destrabar proyectos de importancia, en virtud de la comodidad que -según proyecta el FdT- seguirá teniendo en Diputados, presidida por el camporista Federico Otermin, y que tiene como vice al tresarroyense Carlos “Cuto” Moreno, como hombre de confianza de Kicillof, más una tropa de legisladores que responden a Sergio Massa, la liga de intendentes del interior y los movimientos sociales y sindicales.

   Si bien es cierto que todavía existe una fuerte indiferencia del electorado bonaerense, está contienda electoral de medio término, no se reduce a los escaños que cada partido pueda ganar en las cámaras. También permite, en términos de gestión, plebiscitar al Gobierno nacional, al provincial y a las intendencias municipales, más allá de que, la irrupción del coronavirus haya desviado la agenda de prioridades que pudieran haberse trazado al momento de asumir.