Bahía Blanca | Lunes, 29 de septiembre

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Julieta Prandi habló del calvario que sufrió con su exmarido, acusado de corrupción de menores

La actriz estuvo invitada en Intratables, donde contó detalles de la violencia física y económica que vivió con Claudio Contardi y reclamó justicia.

   Julieta Prandi habló sobre su relación con su exmarido Claudio Contardi, en la que fue víctima de violencia física y económica, y explicó que decidió hacer pública su situación después de notar un cambio abrupto en sus hijos Mateo y Rocco.

   “Empecé a ver, a escuchar la voz de mis hijos, que me contaban la misma violencia que sufría yo, pero en carne propia. El miedo de mis hijos, las amenazas que sufrieron, la imposibilidad de poder llamarme por teléfono cuando estaban con su papá”, relató Prandi en Intratables (América).

   La actriz se encuentra en medio de una batalla judicial tras un pedido para que se suspenda el régimen de comunicación que permite a su expareja seguir viendo a sus hijos.

   “Me casé joven, a los 29 años. Estaba noviando, quedé embarazada, me casé seis meses más tarde de que nació Mateo y en el medio sufrí la primera estafa, que fue cuando me robó mi primer departamento”, dijo al ser consultada por Alejandro Fantino, conductor del programa, sobre el inicio de su vínculo con Contardi.

   Según detalló, ya había estado tres o cuatro años en pareja con el empresario en otra ocasión, tiempo antes de casarse. Se reencontraron en 2008, cuando ella estaba sola y pasando “un momento difícil” en su vida, y ahí fue cuando comenzó a perder independencia y a quedar bajo el control de su pareja. “Este tipo de gente se convierte en tu familia, tu protector, tu administrador, porque logró que yo le firme un poder administrativo y cobraba mi sueldo, manejaba mis cuentas”, relató.

   Cuando quedó embarazada de su primer hijo, aún conservaba su departamento de soltera, pero Contardi “me dice: ‘Compremos algo más grande. En vez de darme el efectivo, dame tu departamento como parte de pago y yo pongo la mitad’. Ahí perdí mi primer departamento", dijo, y continuó: "Le entregué mi departamento de soltera, él ficcionó una compraventa a su hijo -tiene un hijo de 17 años, de otro matrimonio-, como si me lo hubiese comprado con 17 años. Cuando escritura el departamento que iba a ser de los dos, queda a nombre de su madre, una jubilada, y de su hijo, un menor”, manifestó. “Yo lo descubrí mucho tiempo después. En ese momento creía que era feliz”.

   Luego del nacimiento de Mateo, explicó, comenzó a ser controlada en cada uno de sus movimientos: “No me permitía manejar un auto por miedo a que me pasara algo. Me decía que era peligroso, qué hacía si me pasaba algo, qué le podía pasar a mis hijos... Era su manera de saber a qué hora salía, a qué hora entraba, con quién estaba o no. Me hacía seguimiento, me llevaba hasta la puerta del gimnasio, me esperaba la hora y me decía: ‘¿Te falta mucho?’”, recordó.

   Según expresó, con el paso del tiempo comenzó a sentirse agobiada por la situación y se lo hizo saber, a lo que Contardi “empezó con los descalificativos, con qué iba a hacer sin él, con que estaba vieja. Un montón de cosas de un misógino, un violento. Después me empezó a amenazar con que iban a pasar cosas malas con mis familiares y mis amigas si yo no me alejaba. Entonces me empecé a alejar hasta quedarme completamente sola con él y mis hijos”, sostuvo.

   También contó que vivió violencia física, amenazas de muerte y toda clase de abusos. “Me agarraba del cuello, me ponía el puño en la cara y me decía que si era un hombre no me dejaba un hueso sano. Me tiraba de los pelos. Esas cosas me hacía. No me dejaba marcada porque no era tan imbécil, pero el miedo me lo imponía siempre”, afirmó.

Tras la separación, “La Justicia no hace nada”

   Prandi detalló que luego de separarse, su exmarido "empezó a controlar mis cuentas, a comprar y vender, me sacó 22 años de trabajo. Todo lo que estaba en mi caja de seguridad. Me tuve que ir de mi propia casa pidiendo un préstamo al banco, alquilé un departamento, me fui con la ropa, con mis dos hijos y sin nada, sin una tele. Llegué al punto de no poder llenar la heladera y darles de comer. Hace tres años que no paga alimentos y la Justicia no hace nada, pero él vive en mi casa”.

   Y continuó: “El vivió en mis dos casas, alquilando una, cobrando un alquiler y yo pasando hambre con mis hijos. Es el día de hoy que pago todo con mi sueldo y no llego, tengo que hacer dos trabajos".

   "¿Pero el juez qué pretende? Que se lo entregue -al hijo- a un violento, a una persona que es un facilitador", expresó. "Hay una causa penal abierta en la que está involucrada mi hijo mayor porque se lo entregaba a una persona y le pasaron cosas terribles que no voy a exponer, justamente porque me importa la integridad de mi hijo”, agregó.

   En ese punto, Fantino indagó: “¿Corrupción de menores?”. “Es la carátula, le van a hacer una cámara Gesell y ya hubo pericias psicológicas. Cuando mi hijo tuvo la valentía de hablar y decir lo que había pasado, su padre optó por no creerle, porque claro, pasó bajo su tutela, con una persona que trabaja en la casa. Mateo tuvo que padecer un montón de cosas”, respondió Julieta. Y aclaró que Mateo “se quiere sacar el apellido, ya averiguó que a los 13 años puede”.

   Sobre Rocco, su hijo menor, señaló: “No quiere ver al padre, ni siquiera lo llama ‘papá'. Le dice Claudio. Ha pedido con seis años a la directora del jardín que no se lo lleve el padre”.

   Por último, calificó al juez de la causa como un “perverso” y confirmó que está sometida a un bozal legal que, de incumplirlo, le exige el pago de una multa de 50 mil pesos. (La Nación y La Nueva.)