Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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17A: Miradas y miradas dentro del Gobierno…

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

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   El día después del multitudinario banderazo nacional contra el gobierno con epicentro en el rechazo a la reforma judicial y a la cuarentena sin fecha de vencimiento que impone la pandemia, en la Casa Rosada hubo miradas que no en todos los casos fueron coincidentes respecto del impacto de la demostración ciudadana de ayer en medio de la conmemoración sanmartiniana pero en especial sobre los efectos que podría tener hacia adelante en torno “al perfil” de la gestión de Alberto Fernández.

   Hubo por ejemplo, sin caer en dramatismos ni miradas extremas, quienes desde el albertismo más puro se preguntaron si a partir de ahora el presidente debería retomar el perfil moderado que lo caracterizó en el arranque de la gestión y que lo encumbró en las encuestas por su manejo de aquellos meses iniciales de la lucha contra el coronavirus. O si por el contrario, un sesgo que esos incondicionales claramente no comparten, reforzará su repliegue de los dos últimos meses sobre las posiciones más radicalizadas del cristinismo y de su jefa y mentora.

   Para los funcionarios que llegaron a la gestión luego de acompañar durante año a Alberto, y que hoy ocupan cargos relevantes, el presidente debería realizar “una buena lectura” de lo ocurrido en avenidas y plazas de las principales ciudades del país. Creen que hay allí un llamado de atención contra una reforma judicial que el propio mandatario rechaza en algunos aspectos, como por caso la ampliación del número de miembros de la Corte Suprema.

   Hacerlo, dicen, significaría a la vez retomar la senda del presidente moderado que prometió ser y que al mismo tiempo no lo descartaría a priori para una reelección en 2023. El dato no es menor en momentos en que no desde la oposición sino desde el propio oficialismo ya se juegan nombres propios para esa candidatura. Alberto no está entre ellos. Si en cambio Axel Kicillof, Máximo Kirchner y en un trabajo sin prisa pero sin pausa, Sergio Massa.

   El sector más afín al Instituto Patria que milita en el gabinete de Alberto Fernández, que se referencia mayormente en despachos del ministerio del Interior y en la segunda línea de otras carteras como Justicia, donde es un secreto a voces la impronta por encima de Marcela Losardo que ejerce su vice, el ultra cristinista Martín Mena, el destrato hacia las manifestaciones de ayer es directo y total.

   Del mismo modo que expresan ese rechazo otros funcionarios que responden a Cristina como la titular del PAMI, Luana Volnovich, la de la ANSES, Fernanda Raverta, y la de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont. Nadie negaría en la interna oficialista, como ocurre en la provincia con casos como los de Sergio Berni y el propio Kicillof, que su única conducción política es la que emana de Cristina.

   ¿Quedó el gobierno partido en dos por esas miradas, luego de la demostración de ayer? “No, de ninguna manera, en el fondo todos sabemos del impulso de (Mauricio) Macri a la marcha y de dos o tres de los más gurkas del Pro”, dijo un funcionario de la Jefatura de Gabinete en clara referencia a Patricia Bullrich y Hernán Lombardi, dos de los halcones de Macri, y tal vez a Luis Brandoni, las tres caras visibles de Cambiemos en la zona del Obelisco.

   En todo caso, remarcan una vez más los confidentes, lo que queda después de las manifestaciones de ayer es aquella diferente mirada entre albertistas y cristinistas sobre el centro de la protesta que fue el rechazo a la reforma judicial, proyecto sobre el que el presidente ya ha mostrado sus discrepancias como en el tema de la Corte.

   A propósito, un dato interesante que se registró en el análisis de lo que dejó el banderazo del 17A fue la lectura más fina del tuit de Cristina Fernández unas horas antes de que se iniciaran las manifestaciones, en el que la vicepresidente hizo un llamado a “la unidad” en medio del clima de efervescencia que se vive. “Bien leído, fue un mensaje más hacia adentro del Frente de Todos que hacia una improbable convocatoria a terminar con la grieta” interpretó una fuente albertista. Grieta que de hecho y como salta a la luz parecen alentar Cristina pero también Macri, parados en los extremos. Y desalientan Alberto y Horacio Rodríguez Larreta, para más datos.

   Ese mensaje buscaría unificar en verdad al propio oficialismo detrás de esa verdadera ”causa nacional” que para la expresidente es el proyecto de reforma judicial, que la tiene como protagonista central y que persigue ahora una sanción express en el Congreso sin corregir una coma, a la vieja usanza.