Bahía Blanca | Viernes, 11 de julio

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Axel y Horacio: ¿Se terminan los buenos modales?

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

   Curiosamente, ninguno de los dos estuvo presente en la reunión en la que si bien nadie decretó una ruptura lisa y llana, se acordó en cambio una especie de “cada cual atiende su juego” a partir de ahora. Axel Kicillof, y Horacio Rodríguez Larreta, que de ellos se trata, habrían decidido endurecer algo de la relación ya de por sí fría y distante que mantenían hasta ahora, más por el lado del bonaerense que del porteño, en medio de la lucha contra la pandemia del coronavirus.

   Ese distanciamiento quedo casi sellado en la reunión que el lunes por la tarde en la Casa Rosada encabezó el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, para empezar a definirlas medidas que le darán forma a una nueva extensión de la cuarentena social preventiva y obligatoria a partir del próximo domingo. Y que según todos los indicios se extendería hasta el 21 de junio.

   “No hubo una ruptura como se dice por ahí, pero a partir de ahora cada uno hará su juego en materia de flexibilizaciones o restricciones, según la realidad de cada distrito”, dijo una fuente gubernamental al término de aquel encuentro. Allí junto al brazo derecho de Alberto Fernández estuvieron los ministros de Salud de la Nación, la Provincia y la Ciudad Autónoma: Ginés González García, Daniel Gollán y Fernán Quiroz, acompañados por sus respectivos colaboradores. También estuvo el ministro del Interior, Wado de Pedro.

   En una primera mirada, habría razones de peso que esgrimen los dos responsables de administrar el Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), territorio sobre el que el avance de la pandemia parece no ofrecer tregua, en especial por el problema de las villas de emergencia que se encuentran en el conurbano bonaerense.

   Kicillof, dicen quienes conocen aquella decisión de empezar a adoptar medidas según sus propias necesidades, está obligado a convertirse en abanderado de la “cuarentena dura”, presionado por los intendentes de la mayoría de ese territorio donde abunda la pobreza pero también ante la necesidad de no sucumbir en el intento. Por razones estrictamente políticas, conceden esos confidentes, el gobernador “no se puede permitir fracasar” en la lucha contra la pandemia si quiere tener futuro.

   De allí que el ministro Gollán y el resto de los enviados por Axel a la reunión con Cafiero llevaron una especie de mandato: más que flexibilizar, estas son horas de endurecer todo lo que sea necesario para evitar que la curva de contagios y fallecidos se dispare hacia estadios menos manejables.

   Larreta, por su parte, busca desde ahora hacer su propio juego en materia de manejo de la pandemia porque la Ciudad está mostrando mayores signos de posibilidades de volver muy lentamente a cierta normalidad. Ya lo dijo el vice Diego Santilli: si la provincia quiere endurecer es su decisión, la Ciudad seguirá en la línea de ablandar de a poco el largo encierro de los porteños y permitir que cada vez más actividades se puedan abrir.

   La política también se mezcla con la decisión que acaba de tomar el jefe de gobierno porteño. Desde el ala dura de su partido le vienen reclamando “no tanta dulzura” en la relación con el gobierno nacional y que “se banque menos” los destratos a que suele someterlo el gobernador cada vez que se juntan. La puntada inicial de ese apriete la dio Patricia Bullrich, presidenta de PRO y aliada de Mauricio Macri en el grupo de los halcones, cuando criticó en público a Larreta por no haberse retirado de la última conferencia de prensa con Axel y Alberto en medio de las críticas de ambos a la gestión de María Eugenia Vidal.

   Componedores de uno y otro lado aseguraban tras aquel encuentro con Cafiero y De Pedro que más allá de esos nuevos posicionamientos, más independientes por parte de uno y otro a la hora de tomar decisiones, no dejarán que la sangre llegue al río. “Se registran nuevas realidades en provincia y Ciudad y es lógico que Axel y Horacio tengan que actuar de manera distinta”, dicen cerca de Santilli.

   De hecho, se reafirma que este fin de semana habrá nuevamente foto del presidente, el gobernador y el intendente en Olivos cuando se anuncie una nueva extensión de la cuarentena. Hasta no se descarta que Alberto, también obligado a hacer equilibrio en esta pulseada, los convoque para una reunión a solas el viernes por la tarde en Olivos, antes de la decisión final que se conocerá el fin de semana.