Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Susurros detrás de los superpoderes para Cafiero

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Archivo La Nueva.

   El presidente Alberto Fernández sorprendió el lunes por la noche con la firma de un nuevo DNU, que le otorga al jefe de gabinete Santiago Cafiero reales superpoderes para modificar todas las partidas del Presupuesto, y no algunas como tiene fijado por medio de la ley de Emergencia Financiera. Lo que equivale en buen romance a ignorar en todos los planos al Congreso a la hora de las famosas reasignaciones de fondos de un área a otra.

   El dato no sería en sí mismo la novedad, sino los coletazos internos que provocó en las últimas horas hacia el interior del Frente de Todos. Para ponerlo más de parte de quienes militan en el cristinismo puro que conduce la vicepresidente Cristina Fernández. También empezó a patalear, como era de esperar, la oposición.

   La difusión del decreto de necesidad y urgencia, que de todas maneras y como también marca la ley en algún momento durante el periodo de sesiones ordinarias del Congreso, lo que no está ocurriendo, debería aprobar o rechazar la Comisión Bicameral que trata este tipo de medidas excepcionales de parte del Poder Ejecutivo, generó ruido político hacia el interior de la coalición.

   Las facultades otorgadas a Cafiero, que vale insistir podrá disponer libremente de modificar o reasignar partidas sin rendirle cuentas a la Comisión Bicameral, ocurre en medio de cuestionamientos muy puntuales, aunque siempre subterráneos, que en los últimos días se hicieron desde el kirchnerismo sobre la figura del nieto de Antonio Cafiero.

   Los recelos bastante profundos que sienten los integrantes de La Cámpora por el brazo derecho de Alberto son apenas disimulables. Los que conocen de esos enjuagues sostienen que esa tirria de los comandados por Máximo Kirchner no es ajena a la propia mirada de Cristina sobre Cafiero.

   Es un secreto a voces entre los confidentes del albertismo que Cristina cuestiona por lo bajo, y lo habría hecho en más de una oportunidad delante del presidente, el rol de Cafiero en el tema del manejo de las encuestas que al menos una vez por semana difunden los medios y que marcan casi una constante: Alberto mantiene con matices su alta imagen positiva en la población, aún entre votantes macristas y no solo de los que en octubre lo hicieron por el Frente de Todos, mientras la de la vice no para de caer. En el Instituto Patria, que es como decir en el principal escritorio de la vicepresidente fuera del Senado, sospechan que Cafiero “no es inocente” en la preocupación que muestra la Casa Rosada para que esos sondeos lleguen sin demora a los medios.

   Hasta se llegó a sostener en privado luego de aquel enigmático encuentro que Alberto y Cristina mantuvieron en la residencia de Olivos la semana pasada, sobre el que poco y nada en verdad trascendió, que ella le habría recriminado ese supuesto comportamiento de Cafiero. Nadie se animaría a decirlo en público pero en los corrillos y las redes el dato circuló durante varios días.

   El empoderamiento de Cafiero en materia del manejo a voluntad de las partidas del Presupuesto sería para algunos “lectores finos” de los gestos de la política una respuesta directa a esos cuestionamientos.

   En la Casa Rosada como siempre buscan bajarle el tono a todas esas especulaciones, a las que califican de “inexistentes”, bajo argumentos mucho más terrenales desde la lógica de la administración de los recursos del Estado.

   Recuerdan un dato de la realidad que protegería a Cafiero de aquellas supuestas teorías conspirativas. El presidente decidió no enviar un nuevo proyecto de Presupuesto al Congreso por la crisis económica y no se sabe todavía si lo hará en algún momento. De ese modo el gobierno se está manejando con partidas del Presupuesto macrista que venció a fin del año pasado. Y que debió ser reemplazado con el envío en septiembre de 2019 por un cálculo ajustado de recursos y gastos.

   A la vista de analistas económicos aquellas partidas quedaron totalmente desactualizadas por la inflación y el derrumbe de la economía luego del fracaso de la gestión de Cambiemos en el tema de la deuda, y la llegada de la pandemia de coronavirus. Ese único dato, remarcan, justifica los superpoderes que acaba de recibir Cafiero.