Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Víctor Galíndez: “un guapo con corazón de león”

Fue campeón argentino y mundial de boxeo de la categoría mediopesados. De gran pegada y una enorme valentía.

Por José Valle / Especial para “La Nueva”.

   La primera pelea de boxeo que vi en mi vida fue en Balcarce, que es la cabecera del partido al que pertenece San Agustín -el hermoso pueblito en el que nací- un 16 de febrero de 1974. De la mano de mi papá, vi aquella noche a Víctor Galíndez noquear al moreno Ray Anderson, en el anfiteatro del cerro El triunfo.

   Galíndez nació el 2 de noviembre de 1948 en Vedia, provincia de Buenos Aires, radicandose posteriormente en la ciudad de Morón, en el conurbano bonaerense.

   Comenzó a entrenar boxeo muy joven, siendo sus primeros formadores Oscar Casanovas, un destacado pugilista y medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, y el ex campeón argentino y sudamericano de la categoría welter Luis Federico Thompson.

   Su siguiente entrenador fue Horacio García, con quien realizó una destacada carrera amateur, obteniendo en el año 1967 la medalla de plata en los V Juegos Panamericanos en Winnipeg (Canadá) y participando también en los Juegos Olímpicos de México 1968.

   Debutó como profesional en el Luna Park, el sábado 10 de mayo de 1969 venciendo por nocaut técnico en el 4 rounds a Ramón Ruiz. En sus siguientes combates vence por la vía del cloroformo a Ruperto Robledo, Adolfo Jorge Cardozo y

   Ramón Rocha, empatando en la ciudad de Azul con el local Adolfo Cejas. Lo deja sin invicto Juan “Mendoza” Aguilar el miércoles 8 de abril de 1970, en el mítico estadio de Corrientes y Bouchard.

   Ya entrenado por el “Gallego” Juan Carlos Pradeiro, el 22 de julio de 1972 se consagró campeón argentino mediopesado al derrotar por puntos a Juan Aguilar, obteniendo el cetro sudamericano un 7 de octubre de 1972 al vencer a Avenamar Peralta por puntos.

   El recordado Juan Carlos “Tito” Lectoure, comenzó a programarlo con rivales extranjeros de fuste y Galíndez le respondió venciendo a Eddie Owens, Karl Zurheide, Eddie Duncan, José González y Ángel Oquendo.

   El 7 de diciembre de 1974 ganó el campeonato del mundo de los mediopesados (79,378 kg) en el mítico Luna Park, al vencer por abandono en el 13º round a Len Hutchins, constituyéndose así en el primer campeón mundial argentino en coronarse en su país.

   Regresó a la ciudad de Balcarce (yo estaba allí) para noquear en el sexto round, sin título en juego, al norteamericano Johnny Griffin.

   Defendió el título con éxito ante Pierre Fourie, en dos oportunidades en Sudáfrica; Harald Skog, en Noruega, y frente al argentino Jorge “Aconcagua” Ahumada, en el Madison Square Garden de Nueva York.

   El sábado 22 de mayo de 1976, en Johannesburgo, venció por KO al estadounidense Richie Kates en su pelea histórica -de las más sangrientas que se recuerden- luego de que éste le abriera la ceja derecha de un cabezazo en el tercer asalto. Galíndez con la cara totalmente ensangrentada y casi a ciegas, noqueó a su retador a escasos 10 segundos del final. 

   La camisa ensangrentada del árbitro del combate, el sudafricano Stanley Christodoulou, se exhibe hoy en el museo del deporte de Johannesburgo. Sin embargo, no pudo celebrar su gran victoria, pues aquel mismo día, en Reno, Nevada, asesinaban a su gran amigo Oscar “Ringo” Bonavena.

   Realizó otras defensas exitosas ante Kosie Smith, Yaqui Lopez (en dos oportunidades), Eddie Mustafa Muhammad y nuevamente ante Richie Kates hasta que, el 5 de septiembre de 1978 en su 13ª defensa perdió el cetro ante Mike Rossman; en la misma cartelera donde Muhammad Ali recuperó el título mundial de peso pesado por tercera vez al vencer a Leon Spinks en el Louisiana Superdome en Nueva Orleans.

   Al año siguiente recuperó la corona dándole una paliza a Rossman, haciéndolo abandonar en el 9º round y convirtiéndose así en el primer campeón mediopesado en reconquistar el título.

   En su primera defensa, el 30 de noviembre de 1979, perdió por nocaut con Marvin Johnson.

   Su último combate fue una derrota por puntos ante Jesse Burnett, en Anaheim, California.

   El 21 de agosto de 1980, anunció oficialmente su retiro por un desprendimiento de retina, con un récord de 52 victorias (34 por nocaut), 9 derrotas, 4 empates y 2 sin decisión.

   Murió el 26 de octubre de 1980, a los 31 años, atropellado durante una competencia de Turismo carretera que se realizó en la ciudad de 25 de Mayo, el día que debutaba como acompañante de Antonio Lizeviche. 

   En esas circunstancias el auto de Lizeviche y Galíndez se averió y ambos volvían caminando a boxes, cuando el auto de Marcial Feijoó, fuera de control, embistió a ambos, matándolos al instante.

   En el año 2002 ingresó al Hall de la Fama del Boxeo Internacional de Canastota, Nueva York.

(*) El autor es historiador de tango, escritor, productor cultural.