Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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En la búsqueda de pactar medidas de ayuda financiera

La columna semanal de Ricardo Salas, corresponsal de La Nueva. en La Plata.

Archivo La Nueva.

   Parece que el destino nacional es la grieta. Condenados a un eterno retorno, fieles a una lógica borgiana. Como un agujero negro, la grieta, ese concepto cada vez más presente en la vida cotidiana, se traga todos los temas de la agenda pública. También en la Provincia.

   Ahora parece ser que se ha invertido el juego del bueno y el malo. Durante los años macristas, el Gobierno de entonces jugó siempre con el miedo al retorno de la expresidenta Cristina Fernández. Tanto lo hizo, que la profecía al final se cumplió. Claro, crisis económica y social mediante.

   Hoy Alberto Fernández y, con más fervor, Axel Kicillof juegan con el argumento de “tierra arrasada”, más que como explicación, como un slogan multiuso. Pero la economía no arranca, y habrá que ver si ahora la profecía invertida se cumple. Por lo pronto ya reaparecieron en la arena política Mauricio Macri y María Eugenia Vidal.

   En ese contexto, la suerte y el destino de la Provincia parece estar atado más que nunca a los vaivenes nacionales. La pesada rueda de la gestión no gira, y todo parece estar supeditado al rediseño de la macroeconomía. Más específicamente a la resolución de la deuda con los bonistas. Para decirlo de una forma coloquial, si pagamos o no. O cuánto.

   La Provincia necesita financiamiento. Por eso, la Gobernación negocia algún alivio económico con la Casa Rosada. Los pedidos centrales de Kicillof pasan por los subsidios del transporte y de la tarifa social eléctrica y por una deuda de la compensación del Fondo del Conurbano. Un combo que llegaría a los $ 80 mil millones.

   Hasta el momento, el Ejecutivo provincial tiene el frente doméstico bastante cerrado. El sindicalismo ha mostrado paciencia y la oposición parece estar aún más preocupada por su propia reformulación, que por darle pelea en serio a Kicillof.

   La ministra de Trabajo, Mara Ruiz Malec, ya marcó la cancha al expresar que la política gubernamental será intentar cerrar "acuerdos cortos” hasta que a nivel nacional y provincial se resuelva el problema del endeudamiento.

   Las herramientas con las que cuenta la gestión son muy limitadas. Los recursos, escasos. Afortunadamente, al menos por ahora, el arco gremial manifiesta cierta comprensión de la situación económica. La principal preocupación de la Provincia es que las clases comiencen durante las primeras horas hábiles de marzo.

   Hoy por hoy la agenda pasa por la discusión con los intendentes por el Fondo de Infraestructura Municipal (FIM), herramienta que usó con bastante éxito Vidal en los primeros años de su gestión, pero que con la crisis del final de ciclo quedó bastante reducido.

   Kicillof tuvo que mantener este fondo en oportunidad de la negociación con Juntos por el Cambio por la sanción de las leyes de emergencia de diciembre pasado. Pero este fondo significa apenas un cuarto de lo que había representado en la anterior administración, sin tener en cuenta la inflación.

   Y si bien los intendentes oficialistas hacen silencio, por lo bajo alientan a los alcaldes de la oposición para que salgan a reclamar un recálculo de este fondo, y que podría ser tratado junto al debate por el Presupuesto 2020.

   En esa línea, y rápidos de reflejos, los intendentes y legisladores de Juntos por el Cambio de la Sexta se juntaron en Coronel Dorrego, e hicieron público el reclamo por los fondos y la actualización y ampliación de los mismos.

   Claro que la reunión tuvo diversos objetivos, unos externos y otros internos. Por un lado pasaron el mensaje a Kicillof, con un guiño a sus pares del oficialismo peronista, y por el otro, le mostraron al resto de la oposición, una sección blindada, en total armonía entre los partidos que integran la alianza. Y estratégicamente en el momento de la reaparición pública de Macri y Vidal.

   Por su parte Kicillof sigue completando casilleros en su staff de funcionarios pero insiste con utilizar “fórmula propia”. 

   Por caso, decidió nombrar a Germán Ciucci (contador y especialista en economía de empresas públicas y en tarifas) al frente de ABSA, con el objetivo de optimizar el funcionamiento de la empresa que presta servicio en 79 localidades del ámbito bonaerense. 

   Básicamente, el compromiso pasa por redoblar esfuerzos para garantizar el acceso al agua potable y a la red de cloacas.