Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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La "restauración" como herramienta para erradicar la violencia del rugby

El dirigente Juan Pedro Gardes habló del programa que lleva a cabo la Unión de Rugby del Sur para erradicar la violencia y bajarle el tono a los prejuicios hacia este deporte.

Fotos: Pablo Presti-La Nueva y gentileza clubes Argentino, Sportiva y Universitario.

Por Ricardo Sbrana - rsbrana@lanueva.com

(Nota ampliada de la edición impresa)

   En el silencio mediático en el que quedaron sumidas muchas actividades al desatarse la pandemia de coronavirus, el rugby inició allá por marzo un plan para trabajar sobre la violencia.

   El crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, en enero, colmó la paciencia de la sociedad y fortaleció los prejuicios hacia este deporte por ser los acusados jugadores de rugby. De inmediato la Unión Argentina de Rugby (UAR) impulsó lo que se denomina “espacio restaurativo”, un programa para promover un cambio cultural dentro de la disciplina. Como para hacerse cargo de la parte que le toca, sabiendo que el de la violencia es un drama que atraviesa a toda la sociedad.

   En nuestra ciudad y la región la institución que trabaja en ese programa es la Unión de Rugby del Sur. Desde allí el dirigente Juan Pedro Gardes respondió a “La Nueva.” aspectos sobre la iniciativa de la que es coordinador y perspectivas de resultados en el mediano plazo.

   -¿Cómo y por qué hablan de  un "espacio restaurativo"?

   -A partir de los acontecimientos tan conflictivos y que valió que la sociedad se enojara con nosotros por lo de esas bestias en Villa Gesell. Después de superar esa primera etapa sorpresa y de falta de comprensión de lo que pasaba y por qué la sociedad se encarnizaba tanto con nosotros, vino un período de reflexión y de intentar mirar hacia adentro. Buscar los motivos, aunque hablemos de casos aislados, al por qué de la reacción y crimen. Surgió una idea de UAR de comprometerse para analizar lo que está pasando y buscar soluciones.

Juan Pedro Gardes, coordinador del espacio restaurativo de la Unión de Rugby del Sur.

   -¿Lo que se quiere evitar es el repudio de la sociedad hacia el deporte o, en verdad, transformar la conducta de los jugadores de rugby?

   -No, no... Hay dos aspectos en esto. Son sucesos que no pueden repetirse, aberraciones que están muy lejos de lo que enseñamos y promovemos desde el amateurismo. Por un lado analizar a fondo qué podemos hacer para enfrentar estas situaciones y por otro ver por qué tenemos la imagen que tenemos. En algo hemos fallado. No somos así, ya que todos los esfuerzos del rugby a la hora de la formación van a la educación y a transmitir valores.

   -En cuanto a lo de la imagen, sabemos que cuando ocurre un episodio de violencia o de muerte vinculado al rugby, impacta en la opinión pública tanto como la caída de un avión...

   -Sí, claro, tiene que pasar esto para que nos sacuda. Pero en otros deportes pasan estas cosas y no se producen semejantes reacciones.

Jugadores de Sportiva embolsando papas.

   -¿Por qué cree que existe animosidad hacia el rugby?

   -No lo sé, pero evidentemente algo hacemos mal, algo provocamos, algo motiva a la gente a pensar esto. Debe ser desde la consideración de un deporte elitista que pudo ser haber sido en algún momento. Pero estoy convencido que el de la violencia es un problema de la sociedad. En particular, debemos evitarlo en lo que transmitimos. Fui entrenador de todas las divisiones de rugby, desde infantiles hasta los seleccionados. Se ve en juveniles, en la etapa de la adolescencia, que la influencia de los entrenadores es importante. Si no trasmitimos otros mensajes, otros estímulos, puede sobrevenir una confusión en los chicos. Si se pelean el presidente y el ex presidente de un club, por ejemplo, ¿Cómo no se van a pelar abajo? Siempre creí que como maestros de rugby, nos limitábamos a la enseñanza del deporte. Pero cuando tratás con chicos, es evidente que tenés responsabilidades que van más allá de enseñar un deporte. Uno tiene que transmitir valores, paz, soluciones pacíficas de los conflictos... Te toque donde te toque, según el ámbito de enseñanza.

Jugadores de Argentino preparando alimentos para donar.

   -¿Cómo empezó a trabajar en Bahía el espacio restaurativo?

   -La UAR contrató una serie de profesionales que están relacionados con la justicia restaurativa. El líder es (Raúl) Calvo Soler, un abogado especialista en justicia no punitiva. Con ese concepto se armó un staff de profesionales. A su vez cada una de las 25 uniones de todo el país, que manejan 130 mil jugadores juveniles y mayores y otro tanto de infantiles, armó una comisión para trabajar este tema junto a ese staff de profesionales. Tenemos reuniones virtuales semanales en las que vamos desarrollando un plan de acción que tiene dos años de duración. Apunta a modificar las conductas y se divide en dos ramas. Por un lado abordar la prevención de la violencia. Como primer paso y para conocer el problema, se largaron 20 mil encuestas a todo el ambiente del rugby. Están dirigidas a jugadores, entrenadores, dirigentes, árbitros, público, etcétera. Son 120 preguntas que buscan detectar el eje del conflicto. Primero para saber por qué la violencia se moviliza dentro y fuera de la cancha. Además están en marcha metodologías de entrenamiento que incorporan enseñanzas para prevenir el conflicto. Se empezó con chicos de 8, 9 y 10 años. Se están haciendo experiencias piloto en 50 clubes de todo el país. Después llegará a los mayores. Está claro que hay que modificar las conductas desde la base, infantiles y juveniles.

Viejas Pirañas, veteranos de Universitario, preparando tortas fritas para un merendero del Barrio Spurr.

   -¿Creé que se logrará el cambio cultural?

   -Está trabajando muchísima gente y con entusiasmo. Estas comisiones tienen entre 10 y 20 personas por Unión, así que hablamos de unas 250 o 300 personas abocadas a esto en el país. Una de las metodologías para concientizar son una “cápsulas” donde personas reconocidas del rugby nacional, incluso del rugby local como Bernardo Stortoni, responden interrogantes clave. Vivimos hablando de los valores del rugby y me parece que lo que faltó es aplicarlo...

   -¿Quedaron en meras consignas?

   -No, por ahora siguen siendo consignas dentro de un plan de desarrollo a dos años. Es un cambio cultural que llevará más tiempo. Pero se logró algo que no es fácil, que es tomar la decisión de querer cambiar. Yo no lo veo en otros deportes, por eso lo rescato como valor. Ojalá lleguemos a un buen resultado. Ya digo, estamos inmersos en una sociedad violenta que no hace mucho para cambiar los paradigmas.

Personal de Universitario también donó pisos.

    -¿Cómo fueron llevando a cabo, en nuestra ciudad y la región, el plan restaurativo en medio de la cuarentena?

   -Estamos en una etapa de tomar conciencia de dónde estamos parados. Tenemos reuniones virtuales con UAR y con ese staff de profesionales. Nos reunimos de manera virtual todos los viernes y se va avanzando. Por ejemplo con las encuestas, que en Bahía y la región recibimos unas 900 respondidas. Pero todavía se está en la etapa de diagnóstico. Después hay otra tarea en este programa restaurativo que es la visualización en la comunidad de acciones solidarias cotidianas del rugby. La iniciativa es de UAR en colaboración con el Banco de Alimentos Nacional, para la provisión de alimentos a comedores solidarios. Una tarea más que cada unión lleva a cabo y que en el caso de la URS se suman a otras que venimos desarrollando hace años en la cárcel, barrios y escuelas. En el caso de este programa de alimentos la URS colabora con “Nutrirnos”, la ONG que en nuestra ciudad representa al Banco de Alimentos".

Jugadores de Argentino cerrando los bolsones de productos para donar.

   "Nos pusimos a disposición y les repartimos los alimentos en los comedores que están bajo su órbita, que son más de 60. Tenemos más de 20 vehículos para cumplir esa tarea. También largamos una campaña con el Centro de Panaderos bahiense por la cual una vez por día nos donan entre 7 y 10 kilos de pan para distribuir en un comedor. Y lo más reciente que impulsamos es una campaña de lavandina, por la cual todas las semanas proveemos de ese producto de higiene para comedores. Todas las semanas se lleva un bidón de 5 litros a un comedor. También encaramos un movimiento para distribuir materiales de construcción para comedores. Son todas acciones que tienen un fin hacia el prójimo y al mismo tiempo van formando a las personas que las llevan a cabo. Que en buena medida son los propios jugadores.

   -¿Sirve para cambiar los prejuicios hacia el rugby?

   -Por supuesto que no alcanza, pero son acciones que componen uno de los valores que promovemos desde el rugby: la solidaridad.