Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Un invento para que el Sudoeste Bonaerense se incorpore a la zona núcleo sojera

En el INTA Bordenave desarrollaron una semilla resistente a sequía, con alto valor proteico y buen potencial de rinde. 

Fotos: Archivo La Nueva.

 

Hernán Guercio / hguercio@lanueva.com

   ¿Existe soja especialmente diseñada para el Sudoeste Bonaerense, con alto potencial de rendimiento y buen contenido proteico? La respuesta es sí, y su presencia se podrá ver en los campos de la zona a partir de la próxima siembra.

   El desarrollo corresponde al INTA Bordenave, que después de varios años de experimentación pudo desarrollar la variedad Rosana INTA 3.9 STS, tolerante a sequía y a condiciones hidrometeorológicas cambiantes.

   Por el momento, la variedad se ha testeado con buenos resultados en el norte de Puan y en Coronel Suárez, y se calcula que lo mismo ocurrirá en distritos como Coronel Dorrego, Coronel Pringles y Tres Arroyos. En sectores más marginales, como norte de Villarino o sur de Patagones, reconocen, la cuestión ya no sería tan favorable.

   Además, se recomienda utilizarlo en siembras de soja de segunda, apenas levantado el trigo ya que, a diferencia de otras variedades, la desarrollada en nuestra región tiene un despeje mayor entre la superficie del suelo y la primera vaina; también permite achicar la distancia entre surcos.

 

La denominación de la variedad es un homenaje a Rosana Kissner, una de las profesionales del INTA Bordenave que trabaja en desarrollo.

 

   Para esta primera experiencia, la distribución estuvo a cargo de la empresa Seedar SA y ya se agotó gran parte de la provisión que había en el mercado.

   Según comentó a “La Nueva.” Fernando Giménez, técnico de la EEA INTA Bordenave y uno de los responsables del desarrollo junto al ingeniero Federico Moreyra, los ensayos comenzaron a desarrollarse a mediados de la década pasada, mediante un cruzamiento entre las mejores variedades que funcionan en la zona. Así fue que apareció una semilla resistente a sequía.

   A partir de allí, fue probada en Bordenave y Coronel Suárez, además de otros puntos de la provincia, como Pergamino, Balcarce, Barrow y Marcos Juárez, con buen comportamiento en todos los casos.

 

   “Cuenta con alto potencial de rendimiento y buena estabilidad. Además, por tratarse de una variedad que tolera la sequía y la falta de agua ocasional, es recomendada para una región como la nuestra, con muchas variaciones del clima y condiciones cambiantes”, destacó.

   Por esta característica de resistencia al stress hídrico, desde el INTA se recomienda su utilización al oeste de la región pampeana y en la zona sur de la provincia.

   “En estas regiones tenemos menores temperaturas y un mayor déficit hídrico -agregó Giménez-. De cualquier manera, es un cultivar que anda bien en la región núcleo”.

   A estas características se suma una cuestión esencial: el alto contenido proteico.

 

La variedad se probó con buenos resultados en Bordenave y Coronel Suárez. Se espera que ocurra lo mismo en Pringles, Dorrego y Saavedra.

 

   “Esta siempre ha sido la principal característica del cultivo, pero ha venido bajando con el correr del tiempo. En este cultivar hemos logrado que se mantenga por lo que, una vez que se difunda, contribuirá a que no se siga bajando el nivel de proteína. Todo esto lo hemos hecho desde la genética”, sostuvo.

   Giménez recordó que el INTA Bordenave tiene una larga experiencia en mejoramiento de semillas.

   “Normalmente, los programas de soja traen líneas que ya se vienen trabajando en otros países, pero en este caso nosotros realizamos el desarrollo desde cero -aseguró-. Hicimos un cruzamiento entre las mejores variedades que funcionan en la zona, y así llegamos a esta variedad”.

 

   Las evaluaciones se llevaron a cabo en los últimos seis años “con resultados sobresalientes” en distintos puntos del sudoeste y de la provincia. Algo similar ocurrió en la comparativa con otras variedades resistentes a sequía en otros puntos del país.

   “También la probamos en el marco de la Red Nacional de Cultivares. Además, al ser tolerante SPS permite aumentar la estrategia con otro tipo de herbicidas: da la seguridad de no tener pérdidas a los productores”, ejemplificó.

   Sin embargo, Giménez aclaró que es probable que en las zonas más secas de nuestra región, como el norte de Villarino o el sur de Patagones, las experiencias de producción no sean positivas.

 

   “En esas zonas normalmente no se hacen ensayos. Tenemos que tener en cuenta que se trata de una variedad resistente a la sequía prolongada, pero no que pueda crecer con falta de agua”, resumió.

   De cualquier modo, estimó que su aparición causará un aumento de superficie destinada a soja de primera en sectores marginales.

   "También será muy utilizada como una alternativa para limpiar lotes y cambiar las rotaciones. Estimamos que en la zona de Coronel Suárez será muy usada cuando se vean los primeros resultados", dijo.

 

Al mercado

 

   Giménez destacó que en este primer año el volumen de semillas se vendió con rapidez y que, si bien todavía queda un remanente por comercializar, recién en la campaña 20/21 se verán lotes del sudoeste con esta variedad de soja.

   “Pisó muy fuerte en esta primera etapa. La idea es que esta vez haya multiplicadores de semillas y que el año que viene ya esté disponible para todo el mundo. Por ahora, se trabaja con un convenio de distribución tecnológico, para que los productores puedan probarla”, sostuvo.

   Según Lucio Merz, gerente comercial de Seedar SA, firma que tiene a su cargo la distribución de Rosana INTA 3.9 STS, la aparición de la variedad despertó “mucho interés en los productores del sudoeste bonaerense. Además, remarcó que hubo una demanda importante.

 

En los últimos años de prueba, el nivel de proteína de esta variedad superó a otras variedades que hay en el mercado. El último año fue de 41,8%. 

 

   “Sabemos que es una semilla que va a andar muy bien. Tuvimos muchas consultas desde su aparición”, explicó a ”La Nueva.”.

   En cuanto a los precios, dijo que por tratarse de semilla de origen, los distribuidores la abonan 30 dólares por bolsa, mientras que para el chacarero el precio es 5 dólares más caro. A futuro, cuando aparezcan las primeras semillas fruto de multiplicación, el valor será de 25 dólares por bolsa.

   Al respecto, manifestó que en este primer año son necesarios productores multiplicadores de la variedad, para contar con un mayor volumen de semillas de cara a la campaña 2020/21.