Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Trump insinúa que una represión china en Hong Kong podría agravar la guerra comercial con EE.UU.

La Casa Blanca se alarmó ante imágenes difundidas esta semana que muestran un despliegue de fuerzas de seguridad chinas cerca de la frontera con Hong Kong.

Fotos: Reuters

   El presidente estadounidense, Donald Trump, pareció condicionar un acuerdo con China para resolver su guerra comercial a que Beijing se abstenga de enviar fuerzas a Hong Kong para aplastar las masivas protestas que sacuden el territorio chino, en medio de indicios de que una intervención directa está más cerca.

   La Casa Blanca se alarmó ante imágenes difundidas esta semana que muestran un despliegue de fuerzas de seguridad chinas cerca de la frontera con Hong Kong, en momentos en que las protestas prodemocráticas no muestran señales de remisión tras diez semanas y Beijing sube el tono de sus advertencias.

   En Hong Kong, en tanto, tres oficiales de la policía local dijeron hoy que no estaban al tanto de ningún plan de llegada de fuerzas chinas, aunque admitieron no estar seguros de que China vaya a informarles antes de un eventual despliegue en la región semiautónoma.

   Las protestas comenzaron a principios de junio en medio de un retroceso de los derechos y las libertades que gozan los hongkoneses, inexistentes en el resto de China. La crisis ha paralizado partes del territorio, incluyendo su aeropuerto internacional, y derivado en más de 700 detenciones.

   Las marchas en Hong Kong reunieron a decenas de miles de personas y fueron mayormente pacíficas, pero las más recientes han degenerado en enfrentamientos, con manifestantes arrojando ladrillos, bombas incendiarias y otros objetos a la policía y esta respondiendo con gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a las multitudes.

   Los tres oficiales de Hong Kong, que hablaron con un grupo de medios extranjeros bajo condición de anonimato, dijeron que la situación es "peor que Occupy Central", una ola de protestas y sentadas que en 2014 paralizó el centro de Hong Kong durante 79 días.

   Aunque el actual movimiento comenzó como una respuesta a una ya suspendida ley de extradición, desde entonces el foco viró hacia reivindicaciones democráticas y a exigencias de una investigación por presunta brutalidad policial.

   Ningún policía fue castigado por uso excesivo de la fuerza desde que empezaron las protestas, según dijo uno de los jefes policiales, citado por la cadena CNN.

   El embajador de China en el Reino Unido dijo hoy que el gobierno de Beijing no se quedarán "de brazos cruzados" si la situación en Hong Kong sigue empeorando tras más de dos meses de protestas casi diarias.

   En conferencia de prensa, el embajador Liu Xiaoming dijo que extremistas disfrazados de activistas prodemocráticos han arrastrado a Hong Kong "a un camino peligroso" y que si la crisis se vuelve "incontrolable, el gobierno central no se quedará de brazos cruzados".

   En medio de creciente preocupación mundial, Trump dijo hoy que la crisis se resolvería si su par chino, Xi Jinping, se reúne con los manifestantes.

   "Si el presidente Xi se reuniera directa y personalmente con los manifestantes, habría un final feliz y alentador para el problema de Hong Kong. ¡No tengo dudas!", señaló Trump en su cuenta de Twitter.

   El mandatario hizo esta declaración horas después de que en otro tuit diera a entender que él mismo estaba dispuesto a reunirse con Xi para hablar de Hong Kong. 

   El mandatario aprovechó también para vincular la situación en Hong Kong con la guerra arancelaria lanzada por su gobierno contra China hace más de un año.

   "Millones de trabajos se están perdiendo en China en favor de otros países no arancelados. Miles de compañías se están yendo" de China, escribió en Twitter anoche Trump, quien impuso aranceles a importaciones chinas.

   "Por supuesto que China quiere alcanzar un acuerdo. ¡Qué lidien humanamente con Hong Kong primero!", dijo, en la primera insinuación clara de que el acuerdo podría verse amenazado si Beijing reacciona contra los manifestantes, que exigen reformas políticas.

   Estados Unidos y China, las dos mayores economías del mundo, impusieron aranceles recíprocos a su comercio bilateral, que asciende a 360.000 millones de dólares por año.

   Pero Trump ha demorado aranceles a productos electrónicos de China, lo que ha dado esperanzas a los inversores de una tregua en el conflicto. (Télam)