Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Pescando en medio de las aguas revueltas de la política

La columna semanal de Ricardo Salas, corresponsal de La Nueva. en La Plata.

Archivo La Nueva.

   Falta casi un mes para el recambio institucional del 10 de diciembre, y en la ciudad de las diagonales ya están preparando la mudanza, algunos a modo de despedida y otros de posible “llegada ministerial”.

   En medio del clima de transición, entre los que se van y los que vienen, y los nombres que comienzan a instalarse mediáticamente (no hay que olvidar nunca una máxima del peronismo K: “El que suena, suena”) se sabe que los equipos del gobierno saliente de María Eugenia Vidal y del debutante Axel Kicillof ya están trabajando en la confección del nuevo Presupuesto para la Provincia, que podría ser tratado con la nueva composición de la Legislatura.

   El nuevo gobernador deberá lidiar con una oposición que, de mantenerse unida, tiene mayoría en el Senado y un número importante en Diputados. Para eso deberá abrir canales de diálogo en ambas cámaras. Y tiene un menú de contactos posibles. Desde la UCR hasta los “monzonístas”.

   Uno de ellos, el diputado Marcelo Daletto pidió públicamente “perdón por el fracaso” de Cambiemos en la gestión nacional y bonaerense. Incluso sobre el futuro de la todavía coalición gobernante sostuvo; “Si seguimos cometiendo errores, el espacio quedará partido en 2 ó 3 pedazos en pocos meses”. Señales concretas que anticipan un complejo reparto de poder en ámbito parlamentario.

   Por eso, en el campamento de Cambiemos la situación está un poco revolucionada. Con la actual gobernadora Vidal tratando de mantener la tropa unida y encolumnada detrás suyo por un lado, y los intendentes queriendo tomar la posta de las decisiones políticas -que hasta ahora recayeron exclusivamente en las manos del jefe de Gabinete, Federico Salvai-, por el otro.

   Por el lado del radicalismo, hubo un par de reuniones convocadas por los propios alcaldes, donde fueron invitados los legisladores, quienes escucharon justamente esto: los intendentes ya no quieren tener interlocutores en las conversaciones con el futuro oficialismo. Piden por una mesa donde estén representados porque –dicen-, son ellos los que juntan los votos a nivel municipal.

   El primero en hacerlo público fue el histórico mandamás de San Isidro, Gustavo Posse, que dicen tiene puentes tendidos con Martín Lousteau y Alfredo Cornejo, pensando en el futuro armado del partido boina blanca. No es el único.

   Por su parte, por el lado del Pro, la situación parece calcada, como si los jefes comunales de ambos campamentos hubieran coordinado la elección de la estrategia. Quien encabeza esa movida es el alcalde de Vicente López y primo del Presidente, Jorge Macri.

   Sugestiva fue la “foto entre los primos”, sumada a las posteriores declaraciones del presidente Mauricio en el “gabinete ampliado”, ratificando su jefatura nacional. Todo un mensaje para Vidal y los bonaerenses de Juntos por el Cambio.

   En ese mar revuelto deberá pescar Kicillof en busca de los consensos que le permitan comenzar a transitar la gestión de la manera más ordenada posible. Por lo pronto, tener su presupuesto en tiempo y forma. Podría apelar al refrán; “A río revuelto, ganancia de pescadores”.

   Más allá de la pirotecnia política, Salvai, el actual ministro coordinador bonaerense y su posible sucesor, Carlos Bianco –economista, hombre de confianza y piloto del Clio que utilizó el electo gobernador en campaña- ponen la lupa sobre el estado de las finanzas de la administración Vidal.

   El proceso de transición debe continuar ahora con los equipos técnicos designados para avanzar en reuniones de “área por área ministerial”. La de mayor relevancia es aquella que protagonizarán el actual ministro de Economía, Damián Bonari y su potencial heredero, Augusto Costa. Según el diagnóstico de Kicillof, la provincia “es tierra arrasada”.

   Lo primero es lo primero. Inicialmente, la gran ley que girará Kicillof a la Legislatura es el paquete presupuestario 2020. Para su aprobación, necesitará del acompañamiento opositor, aunque sea con mayoría simple (la mitad más uno de los votos). Para eso, ya decidió coordinarcon algunos legisladores ese diálogo con la futura oposición.

   Si bien Kicillof no tiene legisladores puros cuenta con algunos respaldos con trayectoria y peso propio, como el diputado de la Sexta, Carlos “Cuto” Moreno, que lo acompañó durante la campaña, y  también de la jefa del bloque de senadores de Unidad Ciudadana, Teresa García, quien ya participó de la primera reunión de transición entre la vicegobernadora electa, Verónica Magario y el número dos de Vidal, el radical Daniel Salvador.