Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Cómo ser exportador de miel en la región y no morir en el intento

Entidades de Cooperativas Exportadoras de Miel del Sudoeste Bonaerense armaron un modelo virtuoso que, acaso desde 2019, comience a salir desde el puerto de White.

Trabajo apícola en el sur del sudoeste bonaerense. / Fotos: Pablo Presti-La Nueva y CEMSOB

   “¿Cuál es nuestro próximo objetivo? ¡Exportar desde el puerto de Bahía Blanca que, por cierto, fue el primero!”, dijo Sandra Massheimer, coordinadora de Cooperativas Exportadoras de Miel del Sudoeste Bonaerense (CEMSOB).

   Se trata de un modelo virtuoso que comenzó —firmemente en 2014— conformado por cuatro cooperativas de productores apícolas de nuestra región que ya han exportado unas 270 toneladas, con un derrame de alrededor de 600.000 dólares.

   “Por qué? Por lógicas cuestiones de logística, para disminuir costos y para gobernanza de la cadena. Estamos en varios proyectos dentro de las cooperativas y, de manera comunitaria para definir un depósito exportador dentro del territorio”, agregó.

Sandra Massheimer, coordinadora de CEMSOB.

   Las entidades que participan del proyecto son la Cooperativa de Productores Apícolas Limitada Pi Hue, de Pigüé; la Cooperativa Apícola Limitada, de Tornquist; la Cooperativa Apícola Limitada Namuncurá, de Pedro Luro y la Cooperativa de Productores Apícolas Limitada, de Laprida.

   “Para poder salir por el puerto de Bahía Blanca solo debemos tener un depósito exportador de miel habilitado por Senasa”, afirmó.

   “Prevemos que las cooperativas puedan hacer su propio depósito; y cada una tiene un anteproyecto. La más avanzada es Pi Hue y ya recibió apoyo para poder terminar de construir un ala en la sala de extracción para ser habilitado a la exportación”, dijo.

   “Una vez concluido, podremos ir hacia aquellos destinos donde tengamos servicio marítimo. Debemos analizar las frecuencias semanales, pero hay empresas disponibles hacia España, Italia y Alemania, por ejemplo”, agregó Massheimer.

Apicultores de Cooperativa Apícola Namuncurá Ltda.

   “Es cierto que estamos más cerca respecto de cuando empezamos y por eso tenemos la expectativa de que, a partir de 2019, podamos exportar desde Bahía Blanca. El objetivo es de 2013 y eso habla a las claras de que las economías regionales no tienen asistencia adecuada para estos desarrollos. Acá todo está hecho a pulmón”, explicó.

   De acuerdo con un estudio —de mayo último— de Angélica Viceconte, de la UTN, la exportación por el puerto de Bahía Blanca derivaría en un ahorro para el apicultor de 300 dólares por contenedor.

   “Queremos exportar por acá y, adicionalmente, fiscalizar nuestras mieles en el territorio. Eso permitirá tener la tranquilidad de que todo se hace en casa”, sostuvo.

   —¿Es rentable la actividad apícola?

   —El sector tiene entre un 30 y un 40 % de rentabilidad productiva. Y si a eso uno le suma un 15, o hasta un 60 % porque el productor se hace cargo de la exportación, los números son aún más alentadores.

   “De todos modos, y más allá de los porcentajes, lo valioso de este proceso es que hoy es replicable y cada una de las cooperativas tiene la capacidad de sumar apicultores al proceso, siempre y cuando se cumpla con el modelo que requiere una producción de determinadas características de calidad e inocuidad.

   “Por otro lado, le posibilita al productor primario desempeñarse como exportador y así captar una diferencia de renta que, en ocasiones, se diluye en la intermediación. En CEMSOB, esa captación de renta derrama en el SOB en forma directa. Incluso, lo más interesante del modelo es que puede aplicarse a cualquier otra economía regional”.

   —¿Cómo se maneja esta cadena?

   —El mejor destino que puede tener el apicultor argentino es aumentar la comunicación entre los eslabones, ya que así podrá incrementar el porcentaje de productores primarios que trabajen con mejor calidad. En la medida que podamos ir creciendo en el mercado interno respecto del concepto de cadena, inexorablemente vamos a poder crecer en la consideración internacional. Cuanto más nos formalicemos, más injerencia tendremos en la formación de precio.

   —¿Las cuatro cooperativas están en el mismo nivel de producción?

  —Pi Hue es la que está más avanzada. La idea es que cada una haga un producto para un mercado internacional específico, desde las comunidades islámicas hasta los Estados Unidos. Eso es de largo plazo.

   —¿Qué etapa productiva se está transitando?

   —Se realiza la apertura de las cámaras de cría, que están en el campo y que tuvieron un invierno con un nido reducido en cantidad de individuos en esa colonia.

   “Se comienzan a estimular, a aportarle polen que van recolectando de las primeras flores de primavera y, con esa fuente de proteína y aminoácidos, la colmena crece en cantidad de individuos, hasta alcanzar un volumen de 80.000 abejas. En esos números, ya se encuentra en condiciones de una recolección de néctares en pleno verano.

   “En Villarino, en este diciembre, estarán con pasturas como vicia o alfalfa, más la flora natural del SOB, como abrepuño o flor amarilla, para así complementar la curva floral hasta marzo, o hasta casi abril, si existe un clima cálido.

   —¿Cómo es la miel del SOB?

   —Tenemos una gran diversidad. Nuestros colores suelen ir desde el 9, que es traslúcido y extrablanco, hasta el 95, como pueden ser las mieles con gran porcentaje de piquillín, que pertenecen al monte nativo y el caldenal, que aparece cuando nos corremos hacia La Pampa. Allí se hace ganadería de cría y existen especies leñosas, que da una variedad de miel fuerte y en colores subidos.

   “También tenemos algunas monoflorales, asociadas en los casos de la flor amarilla y el eucaliptus blanco, el lotus y los tréboles, entre otros”.

   —Tras la reciente decisión del Gobierno nacional, la miel vuelve a pagar retenciones...

   —Sí. Empezamos nuestro proceso con retenciones (NdR: 10 %) y ahora retornaron, según la resolución, con el 12 %. Con el primer ejercicio la alícuota que recibimos es de 3 pesos por dólar exportado, pero nos ha afectado en los primeros embarques, los de esta semana, en un 8 % real.

   —¿Se obtendrá una renta adicional por el aumento del dólar?

   —Hay una cuestión particular que, creo, es para todas las economías regionales. La propia producción, y los insumos, están dolarizados.

Colmenas de la Cooperativa de Tornquist.

   “La producción apícola es totalmente dependiente del combustible, por lo que podría verse como una mejora en la competitividad que se compensa con la llegada de las retenciones y la necesidad de abrir una campaña con costos dolarizados, ya que suben conforme al proceso inflacionario. No obstante, hoy es temprano para saber si lo veremos reflejado en la utilidad”.

   —¿Cómo está hoy el mercado internacional de la miel?

   —Muy variable. Muchos dicen que está inelástico respecto de la oferta y de la demanda. Más allá de eso, es un mercado de alimento natural que no tiene ninguna intervención industrial, que se consume exactamente igual como se cosecha y que cualquier modificación que el apicultor, o el operario industrial o el distribuidor, le haga inmediatamente se refleja y se altera el grado de calidad del producto.

   “A su vez, es un alimento que no tiene vencimiento y que cotiza en dólares; es una excelente inversión.

Presentación de maridaje de mieles del SOB.

   “Más allá de que haya una concentración de volumen muy fuerte, porque existen alrededor de 15.000 apicultores registrados en el Renapa y cinco o seis exportadores, el apicultor, para crecer financieramente y si quiere lograr inversión para capital de trabajo, tiene un contratiempo: sus colmenas no son tomadas como bienes, como puede ser en el caso de un agricultor o un ganadero.

   “Si quiere crecer debe ir sobre los bienes personales para financiarse; es alguien bastante desprotegido en ese sentido. Depende mucho del exportador, quien le anticipa recursos económicos en esta instancia para que pueda abrir la campaña y anticipa la compra de miel. Hoy, la cadena es sustentable de esta manera”.

Todo el proceso

   “Hoy estamos en el mediano paso desde el plan estratégico de 2014, cuando se inició gracias a la Fundación del Banco Credicoop, a través del programa Diverpymes, un transformador del análisis de la economía del productor primario”, dijo Massheimer.

   “El PE se elaboró con la dirección de José Luis Sánchez, quien es nuestro licenciado en comercio exterior y mi mentor para la unidad de coordinación de comercio exterior de las cooperativas”, agregó.

Apiario demostrativo de Pi Hue.

   La coordinadora, quien reside en Bahía Blanca, sostuvo que tras 12 meses se logró internacionalizar a las cooperativas.

   “Es decir, las cooperativas que se venían desempeñando exclusivamente como proveedoras de un mercado doméstico y de una red de acopio, comienzan a desarrollar —de manera paralela— un canal de exportación directa, para lo cual hubo que hacer muchas adecuaciones, desde lo impositivo hasta la presentación de los balances”, explicó.

   “Ese PE exportador le pone al apicultor, en términos comprensibles, la información del mercado internacional y, también en términos comprensibles, aprende a encontrar opciones de negocios más allá de lo que está acostumbrado a consumir”, afirmó.

   Massheimer comentó que, en la medida que los apicultores se fueron formando en la comprensión del mercado internacional, también lo hicieron en lo que es un fobbing (estructura de costos del proceso exportador).

Proceso de medición de colores.

   “El negocio del apicultor no termina en el precio del mercado doméstico al acopiador si decide tomar el riesgo de hacerse cargo de la logística; de la adecuación de la mercadería para términos internacionales; de la contratación de servicios de logística y de servicios marítimos; del despachante y, eventualmente, de un servicio financiero que le permita transitar el período de tiempo posterior hasta cobrar una operación internacional, que es distinta a los 30 o 60 días en doméstico”, dijo.

   Esa proyección de la evolución en el negocio se alcanza desde el momento que se asocian, porque cada productor tiene que compartir un lote para compartir un contenedor, se debe conocer personalmente para adquirir confianza y eso se logra a través de información y del registro de datos.

Cooperativa Apícola Limitada Namuncurá, de Pedro Luro.

   “Como el objetivo es acceder a una renta diferencia, se deben establecer determinados criterios. Por caso, CEMSOB trabaja desde las buenas prácticas apícolas en adelante. Eso es innegociable y por eso advertimos un crecimiento muy fuerte de la competitividad productiva de las cooperativas y de los productores”, argumentó Massheimer.

   —¿Cómo se realizan los controles?

   —Hay distintas instancias. En la metología de trabajo de las cooperativas se establece que cada productor declare en fichas sanitarias el procesamiento productivo que realizó en los últimos 36 meses.

   “Desde el momento en que el productor decide tomar parte de un proceso productivo, en realidad su trabajo comenzó tres años antes. Por eso son organizaciones productivas de largo plazo.

   “Por el tipo de logística que tenemos en el puerto de Buenos Aires, por plazoleta y depósito fiscal allá, necesitamos verificar la inocuidad de cada lote exportado antes de comenzar la inversión de logística y de contratación de sistemas. No se puede correr el riesgo de seleccionar un lote que tenga una complicación en el proceso y, luego, tener que repatriarlo.

Colmenas del parque apícola de Tornquist. 

   “Este control lo hacemos en las salas de extracción de las cooperativas. Porque allí podemos asegurar las buenas prácticas de manufactura, razón por la cual este modelo valida las salas de extracción comunitaria. Debemos asegurarnos que, durante la extracción, ese alimento no recibe ninguna modificación y que, tal cual es recibido del campo, se envasa”.

   —¿Por qué tienen que ser tan exigentes?

   —Porque nuestro trayecto es mucho más exhaustivo que el canal tradicional. El exportador tradicional que concentra volumen, que compra al barrer, concentra mercadería, tiene capacidad financiera para detener el producto una determinada cantidad de tiempo, clasificarlo, monitorearlo y dejarlo evolucionar.

Misión francesa interesada en la miel de Pi Hue.

   “A diferencia de esto, la miel es una solución de azúcares y enzimas que tiene vida y evoluciona, y en ese tiempo su composición, en lo que tiene que ver con residuos, puede alterarse y surgir componentes que, a primera vista, no estaban.

   “Nosotros tenemos un proceso exportador que es inmediato, ya que financieramente está sostenido en la capacidad del productor y en el pequeño fondo rotatorio de las cooperativas para prefinanciarse.

   “Hemos desarrollado algunas herramientas y el fondo rotatorio lo es. Está compuesto por la ahora secretaría de Agroindustria de la Nación y eso es muy valioso, porque esto se trata de un proyecto de desarrollo territorial, es sólido, sumamente argumentado, prolijo, consolidado, de mejora continua y con adecuaciones del proceso”.

Argentina, país de mieles

   Según Massheimer, el posicionamiento de la miel argentina, como una de las mejores calidades del mundo es de hace, al menos, 40 años.

   “La razón es que tenemos productores con gran calidad profesional para el cuidado de las colonias y para la producción en volumen. También, una diversidad territorial y una extensión geográfica que nos permite, justamente, recolectar un universo tan variado de mieles que hace que siempre dispongamos de un varietal o de una monoflora, o una poliflora, con características sensoriales distintivas que algún cliente del mundo requiere.

Cooperativa Namuncurá Ltda. de Villarino y de Patagones.

   "Este es el gran potencial. Técnicamente, nuestras mieles no poseen contaminantes ambientales que las descalifiquen. De todos modos, hoy tenemos que cuidarnos ambientalmente, porque el desarrollo agropecuario va complejizando algunos territorios del país, como es la zona Núcleo, por la agricultura de precisión asociada a los insecticidas, que afectan la sanidad y el ecosistema social de la abeja”.

Mercados, precios y diferenciales

* Tonelada: “En los primeros siete meses de este año, llevamos un promedio de 2,56 dólares por kilo FOB de miel (U$S 2.560 la tonelada). Tiene un rango que va desde los U$S 4,10, para mieles con características especiales u orgánicas, hasta U$S 2,15, con parámetros que no son los más buscados”, explicó Massheimer sobre los precios actuales.

* Retenciones: Argentina exportó, en el año 2013, 67.000 toneladas. “Fuimos decreciendo hasta las 43.000 Tns. Se destacan las 86.000 toneladas de 2016, ya que en 2015, esperando el cambio de administración y una caída de las retenciones (del 10 %), el sector exportador retuvo el 50 % de la producción y al final la inyectó como carry over en 2016”, dijo.

* A julio: “Es difícil de saber cuánto se exportará en 2018, porque no hay registros de producción. Se sabrá en diciembre, cuando termine la exportación. Al 31 de julio habían salido 32.000 Tns. Se estima que pueda haber otras 20.000 Tns. en poder de los productores y de los exportadores”, agregó.

100 toneladas hacia Italia

* 100 Tns. “Hoy estamos, desde el CEMSOB, en una operación de exportación desde el sudoeste bonaerense a Italia con cinco contenedores, de 20 toneladas cada uno”, comentó Massheimer. 

* Destinos: En 13 ejercicios exportadores, la miel del SOB ha llegado a países como Marruecos, la citada Italia, España, Alemania, Países Bajos, con productos crudos y, también, mieles homogeneizadas.

* Acuerdo: “Tenemos un convenio con la secretaría de Agroindustria nacional, donde prometimos exportar en este primer año 80 toneladas, en el segundo 120 y 200 en el tercero. Ese es el flujo de crecimiento que prevemos, en relación a la capacidad financiera de las cooperativas. Ojalá lo podamos multiplicar, pero para eso necesitamos tener la gestión en el territorio”, manifestó.