Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Migraciones: el drama continúa

por Toni Cerdà

La reunión de líderes europeos  sobre migración terminó este domingo sin una solución concreta  sobre la divisiva cuestión de la acogida de migrantes, más allá de  un abanico de medidas para blindar las fronteras exteriores de la  Unión Europea (UE).
Esta minicumbre con 16 líderes europeos en Bruselas se produjo  en un momento de tensión entre diferentes socios y con un buque  con migrantes socorridos a bordo, el “Lifeline”, esperando en  altamar una solución después de que Italia y Malta le cerraran sus  puertos.
“Hubo mucha buena voluntad hoy y también algunas diferencias,  pero todavía queda terreno en común”, dijo la canciller alemana,  Angela Merkel, al término del encuentro en Bruselas, desgranando  algunos de los consensos de los europeos.
Reducir la migración irregular, proteger las fronteras  europeas, una mayor cooperación con los países de origen y de  tránsito de los migrantes... La UE empieza a definir cómo frenar  la llegada de migrantes, pero sigue sin solución para aquellos que  ya llegaron. Y esa última cuestión, la acogida de migrantes y refugiados, es  el principal escollo entre miembros de la UE, que querían plasmar  en su próxima cumbre el 28 y el 29 de junio su hoja de ruta para  reformar la política de asilo. Esto parece imposible.
Las reglas europeas de asilo, conocidas como Reglamento de  Dublín y cuya reforma llevan intentando sacar adelante sin éxito  los 28 desde hace dos años, establecen que el primer país que pisa  un migrante a su llegada a la UE es el encargado de gestionar su  solicitud de protección internacional. 
Este principio se revocó durante dos años, hasta  septiembre de 2017. Los países de la UE se comprometían a acoger  mediante un sistema de cuotas a los refugiados llegados entre el  más de un millón de migrantes que arribaron a las costas de Italia  y Grecia.
Pero pese a la llamada “solidaridad europea”, los países  mediterráneos siguieron haciéndose cargo en su mayoría de los  migrantes llegados a sus costas, por lo que el nuevo gobierno  italiano, una coalición de ultraderechistas y euroescépticos,  llegó a Bruselas con su plan.
Para lograr “una política de gestión de flujos migratorios  eficaz”, Roma aboga por extender la responsabilidad de la acogida  a los 28 y sanciones para los países que no acojan refugiados.
“Quien desembarca en Italia, desembarca en Europa”, reza su plan  de 10 puntos que pudo consultar la AFP.
Estas propuestas anuncian choques con el grupo de Visegrado  (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia), que no  participaron en la reunión. Los dos primeros se negaron a acoger a  refugiados en el marco del reparto excepcional en la pasada crisis  migratoria.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, se dijo  “satisfecho” en Twitter por la reunión, al imprimir “la dirección  justa en el debate en curso”. “¡Tras años de silencio, Italia  recupera una fuerte voz en Europa!”, tuiteó su ministro de  Interior, Matteo Salvini.
Ante la falta de consenso, en cambio, en este punto, los  mandatarios de Francia, Emmanuel Macron, y Alemania defendieron su  voluntad en avanzar si fuera necesario entre varios países de la  UE, si no se puede a 28, “en el interés común”, en palabras de  Merkel.
Los líderes de las dos primeras economías de la UE resaltaron  en concreto la necesidad de encontrar una solución a los  “movimientos secundarios”, es decir, el desplazamiento de  solicitantes de asilo entre los diferentes países de la UE.
Este fenómeno puso en un brete a Merkel, que enfrenta un  ultimátum de sus socios de coalición política. Su ministro de  Interior amenazó con impedir unilateralmente la entrada de  solicitantes de asilo desde otros países de la UE si no se haya  una solución.
El objetivo inicial de la reunión en Bruselas era “ayudar a  Merkel”, mostrando a sus socios que la UE ponía fin a los  “movimientos secundarios” de migrantes, había indicado una fuente  diplomática antes de la minicumbre. Sin embargo, más allá de hacer peligrar el gobierno alemán,  para algunos lo que está en realidad en juego en el espacio de libre  circulación europeo Schengen.
Los mandatarios se verán de nuevo el próximo jueves y viernes  para una cumbre de los 28. “Seguiremos trabajando para resolver  estas cuestiones en los próximos días de cara al Consejo Europeo”,  explicó Merkel. “Y, por supuesto, después”, agregó.