Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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La mamá de Matías culpó a Ochoa y responsabilizó a la familia y el Municipio

“Ochoa convirtió nuestra vida en una pesadilla y otros lo podrían haber evitado”, dijo la madre del chico que murió atropellado el 1 de enero en avenida Alfonsín y Milún.

(Foto: Rocío Zabalza - la Nueva.)

Sergio Prieta / sprieta@lanueva.com

   A 60 días de la trágica muerte de Matías Streitenberger, atropellado el 1 de enero por Galo Ochoa, y tras una nota publicada el domingo pasado por “La Nueva.”, en la que se alertó que en los primeros 50 días del año se registraron 4 muertes por accidentes, la mamá de Matías, Marcela Morini, sintió que tenía cosas para decir.

   Días atrás envió una carta a este diario --que se publica en la sección Otras Voces de hoy en la edición impresa-- y accedió a charlar sobre la tragedia que le costó la vida a su hijo y que conmocionó a la ciudad en las primeras horas de 2018.

   “Ochoa convirtió nuestra vida en una pesadilla y otros lo podrían haber evitado”, dijo en referencia a que el culpable de atropellar a Matías en Alfonsín y Milún conducía sin carnet, alcoholizado y a más de 120 kilómetros por hora, burlando las leyes y controles municipales.

   “Estos 60 días fueron interminables, somos una familia destruida”, afirmó antes de asegurar que Ochoa es un “monstruo que debe pagar con la máxima pena de cárcel por lo que hizo”.

   “La muerte de mi hijo fue un asesinato que se podría haber evitado. A Ochoa le habían sacado el carnet por conducir alcoholizado en otras oportunidades, pero seguía manejando, circulaba en un auto que no estaba a su nombre, borracho y a más de 120 kilómetros sin que nadie se lo impida”, se quejó Morini.

   “Este monstruo se le fue de las manos a su familia, que no lo pudo guiar para que lleve una vida de bien. Y también se escapó de los controles que debió hacer y que no hizo el Municipio”, opinó.

   "Por si fuera poco dejó a mi hijo abandonado tras atropellarlo y fueron los amigos de Matías los que lo encontraron muerto, porque escuchaban que su teléfono sonaba en la ruta. Esos chicos están muy conmocionados”, contó.

   La mujer consideró que la familia de Ochoa también tiene algún tipo de responsabilidad. “Si él tenía problemas con las drogas y su familia es gente con recursos, ¿por qué no hicieron algo para contenerlo?”, se lamentó.

   Además reconoció que familiares de Ochoa, que se encuentra privado de la libertad, quisieron contactarla, pero no le interesó tener ningún diálogo.

   “En segundo lugar creo que el Municipio también es responsable y ha estado completamente ausente desde que ocurrió el hecho. Nadie se contactó con nosotros y ni siquiera se acercaron a pintar la senda peatonal que debía existir en el lugar en el que atropellaron a Mati o a hacer algún control de velocidad para evitar nuevos accidentes”, se quejó.

   Al mismo tiempo se mostró sorprendida y enojada porque tras los hechos se enteró de que el radar colocado en avenida Alfonsín, a unos 50 metros del lugar de la tragedia, nunca funcionó de noche.

   “Nos enteramos de que le falta una luz, que es la que permite tomar fotos en la oscuridad. No lo sabíamos hasta que pasó todo esto y comenzaron las pericias”, explicó.

   Asimismo dijo que aquella noche, la Guardia Urbana no hizo controles de tránsito en inmediaciones a La Diana, a pesar de que era la única fiesta habilitada por la Municipalidad para los festejos de fin de año.

   "Si hubiesen existido controles en las inmediaciones Ochoa no hubiese podido circular con total libertad e ir y venir varias veces por Alfonsín como lo hizo. Le hubiesen sacado el auto y nosotros tendríamos a Mati en casa”, dijo.

   Además reveló un detalle que hasta el momento se desconocía. “No es real que Matías volvía a su casa porque se le había quedado sin batería el audífono que usaba. Cuando ocurrió el accidente escuchaba normalmente”, explicó.

   Matías utilizaba un implante coclear porque había nacido con una discapacidad auditiva que le llevó varios años de recuperación. Por último dijo que se decidió a hablar porque quiere que la Justicia mida el daño que provocó Ochoa en muchas otras personas y se le compute la pena máxima.

   “Y espero que también sirva para que las autoridades empiecen a cuidarnos de ese tipo de personas ”, reclamó.

   “Cuando votamos elegimos gente para que se ocupe de temas de los que no podemos ocuparnos nosotros, como hacer controles de tránsito o marcar las sendas peatonales y dialogar con los vecinos de cada barrio para saber qué necesitan”, se quejó.

   “Mi familia tiene ahora una tarea imposible de cumplir, que es aprender a vivir sin Matías. Lo único que puedo asegurar es que voy a ser su voz y a exigir para que este hecho no quede en la nada”, prometió.