Mirar juntos las estrellas: la mejor terapia del mundo
¿Hay algo más romántico que mirar el cielo una noche de verano, abrazado a la persona que amás? Sí, susurrarle al oído cuanto la querés con la naturaleza como único testigo.
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Anahí González
agonzalez@lanueva.com
En la ciudad todo es correr. Corremos desde que nos levantamos. Desayunamos, trabajamos y hasta manejamos a las corridas.
La calle, en hora pico, es una jungla de cemento en la que nadie quiere quedar atrapado. Bocinazos, malas caras y arriesgadas maniobras para sortear las dobles filas son algunos de los momentos más estresantes cuando ¡todo lo que querés es llegar a casa!
Y cuando por fin lo conseguís, te das cuenta de que el tiempo que tenés para relajarte, es el mismo que tenés para compartir con tu pareja.
¡Qué bien vendría un verdadero descanso romántico! ¿Qué tal una escapada a la naturaleza o, mejor, todas tus vacaciones al aire libre?
Una imagen: vos y ella, él y vos, abrazados bajo las estrellas escuchando el sonido sutil de las aves nocturnas, sintiendo como el aire puro toma envión hasta cada célula y los prepara para un encuentro relajado, real y más descontracturado.
Un paseo por la playa, una caminata breve hasta la espuma, entre mimos y palabras de amor, bebida espirituosa mediante, puede ser la mejor terapia del mundo.
La luna, si está llena, es una gran aliada, te regala la luz justa para volver a elegir esa mirada.
Y eso, puede ser solo la previa. Lo que venga después, queda en horario de protección al menor.
¡Por ahora las carpas no hablan!