En Olimpo tienen un sueño: que “Beto” sea un goleador de película
Sergio Daniel Peyssé
Antes era más común, pero ahora casi ni se ven jugadores de fútbol con largas cabelleras enruladas.
Hay que tener personalidad para lucir un look más emparentado a otras décadas que a esta, y para aguantar las cargadas de tus compañeros dentro y fuera del vestuario.
Maximiliano Daniel Pérez, nacido en Capital Federal pero nacionalizado uruguayo cuando cumplió la mayoría de edad, tiene una envidiable "peluca" con pelo rubio ensortijado, y cuando se sumó al plantel de Olimpo no necesitó entrar en confianza para que una catarata de apodos empiece a caer sobre él. Mejor dicho, sobre su cabeza...
"Me han bautizado de mil formas diferentes, me han dicho cinco millones de apodos. ¿Los más cómicos? `Beto', por el personaje de la película Metegol, es el más famoso. También `Oveja', `Colo', `cabeza con resortes', y en su momento fui el hermano menor de Coloccini", relató, con buena onda, Maxi, un jugador con gran sentido del humor, quien tuvo que soportar varios "chau Beto" mientras hablaba con La Nueva. en la puerta principal del estadio Roberto Carminatti.
--Tenés 29 años, jugaste en diez clubes diferentes y viviste en Argentina, Uruguay, Chile, México y España. Experiencia no te falta, pero, ¿en que momento estás de tu carrera?
--Estoy en un gran momento. Tengo una linda edad para un jugador de fútbol. No digo que soy joven porque en el plantel hay varios que todavía no llegaron a los 20. Encima, los pibes se prenden en las j..., algo que cuando yo empecé no pasaba...(risas).
--¿Delantero por afuera o por adentro?
--Casi siempre he jugado de referente de área o retrasado, al que acá le dicen media punta. También me desempeñé de extremo o wing, y creo que con esa idea me trajo el DT Cristian Díaz.
"Soy un jugador que se adapta a cualquier sistema táctico, y me gusta mucho el 4-3-3 con el que se está identificando este Olimpo. Cristian pretende un equipo intenso, dinámico y ofensivo, y él ya sabe que yo puedo ir por derecha o por izquierda".
--¿Cuál es tu objetivo en lo que será tu tercera experiencia en el fútbol argentino?
--Volver al fútbol argentino ya es un nuevo desafío, y sumarme a Olimpo, donde lo primero que me aclararon es que hay que hacer un campañón para evitar el descenso, lo es aún más. Los otros refuerzos que llegaron piensan de la misma manera que yo, y se empezó a formar un grupo fuerte de alma y de corazón.
"También me convenció la forma de juego que pretende el entrenador; el espíritu de Cristian, quien está convencido en que podemos hacer una campaña mejor a la de un equipo que lucha por la permanencia. Fue un conjunto de factores lindos lo que me motivó a decidirme por Olimpo".
"Antes de debutar en Primera, a los 17 años, era el goleador de Fénix (de Uruguay), pero no cobraba ni parecido a un futbolista profesional. Antes de cumplir 18, me dan la noticia de que iba a ser papá y me empezó a invadir la preocupación. Necesitaba otro ingreso de dinero, así que me puse a repartir pizza en bicicleta", contó "Beto", compenetrado en una historia que, según él, no contó nunca en una nota periodística.
"Estuve un año siendo cadete de una pizzería, en el centro de Montevideo. Me tocaba a la noche, así que al otro día iba a entrenar prácticamente sin dormir, o con tres horas de descanso. Mientras me estaba replanteando qué hacer, llegó el debut en Primera y ahí sí me enfoqué definitivamente en el fútbol".
--Es decir que tu primer hijo llegó con una "pizza bajo el brazo...."
--Ja,ja... ¡Es buena! Agustín hoy tiene 10 años, está inmenso.
--Me imagino que la pizza debe ser tu especialidad en la cocina, ¿o me equivoco?
--Me salen espectaculares, pero es como todo, de tanto cenar porciones de pizza después del reparto, me terminó cansando.
"Esa experiencia me fortaleció, porque miro hacia atrás, me acuerdo del sacrificio que hacía, y le agradezco a la vida de estar donde estoy hoy. No me arrepiento de nada, porque todo lo que tengo lo logré con esfuerzo, dedicación y entusiasmo".