Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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El globo perdido

Escribe Mario Minervino

Hace 52 años, en febrero de 1964, Santos Safontás, vecino de Pigüé, realizó una expedición a las sierras de la Ventana, convencido de que fue allí donde se estrelló “El Pampero”, globo aerostático misteriosamente desaparecido el 17 de octubre de 1908.

“El Pampero” llegó al país proveniente de París y, en la Navidad de 1907, Jorge Newbery cruzó con él el Río de la Plata, llegando hasta Conchillas, Uruguay. “El Pampero” -que tenía una capacidad de 1.200 m3- partió aquel día desde Palermo y demoró 2 horas y media, volando a una altura de 3.100 metros, en llegar a su destino. Este éxito no permitió intuir su trágico destino.

El 17 de octubre de 1908, el globo partió nuevamente, esta vez desde la quinta de Ernesto Tornquist, en Belgrano, y tripulado por Eduardo Newbery, hermano de Jorge, y el sargento Eduardo Romero. Tenían como objetivo batir el récord mundial de distancia, tratando de llegar hasta Mendoza. Poco después de las 18 horas de aquel día el aerostato inició su viaje y su figura se perdió en la bruma del atardecer. Nunca más se tuvieron noticias de él.

La idea más aceptada indica que el globo desapareció sobre el mar. Pero en 1964, 56 años después de la desaparición, Safontás tenía otra teoría. “El globo se estrelló en las sierras -sostenía- cuando una tormenta azotaba la zona”. Y sostenía un argumento para desacreditar la caída de “El Pampero” al mar: “El mar devuelve los restos”.

Pese a su convencimiento, la expedición, de la que participaron vecinos y el detector de metales -con la esperanza de ubicar el ancla, un barómetro o alguna válvula de escape de gas-, fue inútil. Nada se encontró y la teoría fue un aporte más al enigma, que tampoco pudo quebrar la única de las diez palomas mensajeras que viajaban en “El Pampero” y que -exhausta- llegó a La Plata, sin ningún mensaj