Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Machos alfa, beta y gama

Reiteradas charlas con María, compañera de trabajo, se asemejan al juego de preguntados, pues las letras del alfabeto griego se suceden para ejemplificar situaciones; ambas no estamos en condiciones de participar en un programa de preguntas y respuestas, pues solo nos remitimos a tres: alfa, beta y omega; y lejos de poner a prueba nuestros conocimientos generales la conversación gira en torno a los machos alfa.

¿Cuáles son las características del macho alfa? ¿Existen los beta? ¿Qué “batallas” debe librar una mujer para no ser el simple cordero de la manada?

Se desprende de la etología, ciencia que estudia el comportamiento de los animales, la denominación alfa para hacer referencia a aquellos individuos de determinadas especies que poseen una posición de privilegio, que los habilita a ejercer el liderazgo y la conducción, garantizar la supervivencia de la especie y privilegios también a la hora de aparearse con las hembras, en definitiva. Son los de mayor rango y al que todos deben seguir.

Continuando con el mundo animal, existen otros dos roles bien definidos: beta y omega. El primero hace referencia al macho subordinado, en ocasiones contendiente del líder quien persigue su destrono; y el omega quien ocupa el escalón más bajo de la jerarquía siendo el último en recibir el alimento.

Macho alfa es una construcción lingüística que alude a la masculinidad hegemónica y se emplea para caracterizar al hombre dominante que seguramente despierta en un primer momento la atención de las féminas, pues se muestran seguros de sí, con convicciones, a veces cultivan su cuerpo, pero rara vez escuchan o reparan en el otro, pues están acostumbrados a que los siga la manada.

Hoy 8 de marzo reivindico a todas las mujeres, si bien han conquistado derechos impensados 100 años atrás, aún queda un largo camino por recorrer, pues lamentablemente las mujeres, al realizar un mismo trabajo o tal vez con mayor grado de responsabilidad reciben menos ingresos y son juzgadas y etiquetadas con diferentes parámetros.

Es sabido que cuando una mujer alza su voz, posee ideas innovadoras o simplemente es eficiente se la rotula de problemática, porque no acata, de inestable o conflictiva. En el peor de los casos sus hormonas son las responsables.

Así como en el reino animal existe el macho alfa, escasa prensa ha tenido la hembra alfa, pero esta denominación también es atribuible a la hembra con capacidad de liderazgo. El 23 de enero pasado el diario “The Economist” aseguraba que en Estados Unidos la igualdad de género parece estar cada vez más cerca, ya que la mujer es percibida en igualdad de condiciones a la hora de liderar y los hombres las juzgan como superiores respecto de cualidades tales como: honestidad, justicia, compasión y compromiso.

Tonya Reiman, autora de The Body Language to Dating, describe algunas características de las mujeres alfa: perseverantes como pocas nunca renuncian a sus objetivos, expresan sus ideas de manera frontal y no andan con rodeos. Independientes que no necesitan la aprobación de los demás, solucionan problemas, trabajan con esmero y no presentan dificultades para dejar su lugar de liderazgo y compartir con el resto del equipo.

Sin afán de ejercer presión sobre los machos alfa basta recordar a Juana Azurduy, Macacha Güemes, Carola Lorenzini, Azucena Villaflor y muchas otras, como así evocar a aquellas que hoy son líderes y seguramente tuvieron la maestría de consolidar relaciones complementarias integrando a los machos alfa, beta y omega, ya que la sabiduría residió en tener poder sobre ellas mismas.